La noticia que domina la agenda mediática nacional es el debut oficial de las hijas del futbolista en el mundo de las pasarelas, un lanzamiento que coincide precisamente con el polémico regreso de “Aladino” al territorio peruano tras su salida del fútbol ecuatoriano.
Las pequeñas Briana y Yana han decidido incursionar en el mundo del modelaje, demostrando una soltura y una afinidad con las cámaras que parece ser heredada de la exposición pública de sus padres, Christian Cueva y Pamela López.

En una reciente entrevista concedida a una plataforma de TikTok, las niñas compartieron sus impresiones sobre esta primera experiencia profesional, evidenciando que se han sometido a una preparación rigurosa bajo la supervisión de su madre.
Briana, la mayor de las hermanas, expresó sentirse “súper bien” y con plena confianza en su desempeño, destacando que han practicado durante varios días para asegurar que su desfile sea un éxito rotundo en su debut.
Por su parte, la pequeña Yana manifestó con entusiasmo que le gusta mucho modelar, revelando además que, más allá de la moda, tiene otros intereses como el baile, mientras que su hermana mayor disfruta del vóley y el fútbol.
Es evidente que Pamela López está proyectando la imagen de sus hijas para que, en un futuro cercano, se conviertan en figuras influyentes del entorno digital, aprovechando el carisma natural que ambas muestran frente a los micrófonos.

Sin embargo, este debut familiar se produce en un contexto de incertidumbre deportiva para Christian Cueva, quien ha decidido rescindir su contrato con el club Emelec de Ecuador para retornar de forma definitiva al Perú.
Aunque el futbolista tenía un vínculo contractual vigente hasta mediados del año 2026, el gerente deportivo del club ecuatoriano confirmó que se llegó a un acuerdo amistoso debido a que el jugador no se sentía cómodo en dicho país.
El regreso de Cueva al Perú ha generado una ola de especulaciones, ya que muchos analistas sugieren que su motivación principal no sería estar cerca de sus hijos, sino consolidar su relación con Pamela Franco.
Los rumores en el ámbito de la farándula apuntan a que el futbolista podría estar priorizando su faceta como cantante y figura pública, alejándose cada vez más de su “prime” futbolístico para centrarse en proyectos de entretenimiento.
Incluso se ha mencionado la posibilidad de que Cueva tenga aspiraciones políticas, barajándose la idea de una candidatura al Congreso, lo que marcaría el fin definitivo de su carrera como deportista de alto rendimiento.
Esta situación pone a Pamela López en una posición compleja, mientras ella se enfoca en la formación artística y profesional de sus hijas, el padre de las menores parece estar trazando un camino alejado del entorno familiar tradicional.
El contraste es marcado: mientras las niñas dan sus primeros pasos en una carrera que exige disciplina y elegancia, su padre se encuentra en medio de un torbellino de críticas por sus decisiones personales y su futuro profesional incierto.
La prensa de espectáculos observa con atención si este regreso al Perú significará una reconciliación con su vida familiar o si, por el contrario, profundizará la distancia con la madre de sus hijos en favor de su vida con Pamela Franco.
Lo que es innegable es que las hijas de Cueva han logrado captar la atención del público por mérito propio, mostrando una madurez y una ilusión que trasciende los conflictos mediáticos de sus progenitores.

El lanzamiento de las menores como modelos no es solo un evento aislado, sino que parece ser parte de una estrategia mayor de posicionamiento en el competitivo mercado de los hijos de celebridades peruanas.
La soltura con la que respondieron a las preguntas de la prensa indica que están siendo preparadas para manejar el escrutinio público, algo indispensable dado el nivel de exposición que siempre ha rodeado a su apellido.
Mientras tanto, la opinión pública cuestiona si el talento de Cueva en la cancha volverá a brillar o si las luces de los escenarios y los conciertos junto a Pamela Franco serán su nuevo hábitat natural.
El gerente deportivo de Emelec calificó a Cueva como un “caballero” durante la rescisión del contrato, pero subrayó que el jugador simplemente “no la estaba pasando bien” fuera de su país natal.
Ahora, con su regreso al Perú ya oficializado, la incógnita reside en qué equipo le abrirá las puertas a un jugador que parece tener la mente más puesta en la farándula que en los entrenamientos diarios.
Esta dualidad entre la naciente carrera de las hijas y la aparente decadencia deportiva del padre marca un punto de inflexión en la historia de la familia Cueva-López, una de las más seguidas por los programas de chismes.
Pamela López continúa firme en su rol de madre y mentora, asegurándose de que sus hijas tengan las herramientas necesarias para brillar en las pasarelas, independientemente de las tormentas que rodeen a su esposo.
La historia de los Cueva sigue escribiéndose entre pasarelas, canchas de fútbol abandonadas y escenarios musicales, manteniendo a todo el país pendiente de cuál será el siguiente movimiento de sus protagonistas.
Este reporte subraya la fragilidad de las carreras profesionales frente a las decisiones personales, y cómo la nueva generación busca abrirse paso incluso en medio de las controversias más agudas de sus padres.
La sociedad peruana observa con una mezcla de curiosidad y crítica este nuevo capítulo, esperando ver si el talento de las pequeñas logra superar la sombra de los escándalos que persiguen al futbolista.
Christian Cueva vuelve a casa, pero no está claro si vuelve para recuperar su nivel o para cerrar definitivamente la puerta a su etapa como ídolo del balón para abrazar una vida de celebridad televisiva.