La vida de Ruby Pérez, una de las voces más icónicas del merengue dominicano, estuvo marcada por la gloria de los escenarios, el amor eterno hacia su esposa Inés Antonia Lizardo, y profundas reflexiones sobre sus errores y sacrificios personales.
Antes de fallecer en 2025, Ruby dejó una confesión que impactó a sus seguidores y que reveló el peso emocional que cargó durante toda su vida.
Esta historia es un viaje por sus triunfos, sus pérdidas y su legado, que continúa resonando en los corazones de millones de fanáticos.
El 15 de octubre de 2022 fue un día que marcó para siempre la vida de Ruby Pérez.
Ese día falleció su esposa, Inés Antonia Lizardo, tras una larga batalla contra el cáncer de mama.
Con 48 años de matrimonio, Inés no solo fue su compañera de vida, sino también su confidente, su apoyo incondicional y su mayor impulsora.
Ruby, en una emotiva entrevista con Listín Diario en 2023, expresó: “Perder a Inés fue como perder la mitad de mi corazón.
Ella era la única persona que me entendía, incluso cuando yo mismo no me entendía.”
Los últimos días de Inés estuvieron llenos de amor y dolor.
Ruby estuvo a su lado en el hospital Plaza de la Salud de Santo Domingo, cantándole su canción favorita, “Volveré”.
Este gesto fue su manera de prometerle que siempre volvería a ella, ya sea en este mundo o en el próximo.
Sin embargo, esta despedida estuvo acompañada de un profundo sentimiento de culpa.
Ruby confesó que durante años, su carrera lo llevó lejos de casa, dejando a Inés sola al cuidado de sus cuatro hijos: Julai Alberto, Sulinka, Yusulka y Rub Mariel.
“Me perdí tantos momentos con ella por culpa de la música”, admitió en una entrevista en 2024.
Después de la muerte de Inés, Ruby cayó en una profunda depresión.
Pasaba horas en su sala de estar en Jaina, mirando su foto de boda y preguntándose qué más podría haber hecho para estar junto a ella.
Esta tristeza no solo provenía de la pérdida personal, sino también de las críticas sociales y mediáticas.
Algunos artículos insinuaron que Ruby no había cuidado lo suficiente de su esposa en sus últimos días, lo que lo dejó herido y enfurecido.
“¿No saben que yo rezaba todas las noches para que Dios me diera un día más con ella?”, expresó con lágrimas en los ojos.
Incluso en los últimos meses de su vida, Ruby llevaba un pañuelo de Inés en el bolsillo como una forma de sentir que ella todavía estaba con él.
Este pequeño gesto simbolizaba el amor eterno que sentía por ella.
A pesar de su dolor, Ruby siguió adelante con su carrera, dejando un legado musical que abarcó más de cuatro décadas.
Desde sus inicios cantando en un coro de iglesia hasta convertirse en un icono del merengue, Ruby siempre tuvo a Inés como su mayor apoyo.
Sin embargo, su matrimonio no estuvo exento de tormentas.
Ruby admitió haber tenido tres hijos fuera del matrimonio, lo que provocó intensas discusiones con Inés.
“La lastimé y me arrepentiré por siempre”, confesó en una entrevista en 2015.
A pesar de todo, Inés eligió perdonarlo, demostrando una fortaleza y un amor inquebrantables.
“Ella era quien mantenía el fuego encendido en la casa”, recordó Ruby en una ocasión.
La carrera de Ruby Pérez estuvo llena de éxitos y desafíos.
Desde su debut en la banda Los Juveniles de Baní hasta convertirse en el cantante principal de la orquesta de Wilfrido Vargas, Ruby dejó una marca imborrable en la música latina.
Canciones como “Volveré” y “Buscando tus besos” no solo lo llevaron a la fama mundial, sino que también le valieron el apodo de “la voz más alta del merengue”.
A pesar de los reveses, como el fracaso del álbum “Corazón Herido” en 1998, Ruby siempre encontró la manera de reinventarse y conectar con su público.
En sus últimos años, Ruby se esforzó por preservar y elevar el merengue como parte de la cultura dominicana.
“Quiero que la gente sienta la alegría y el dolor de Dominicana cuando escuche ‘Volveré'”, dijo en 2020.
También invirtió en entrenamiento vocal para mantener su característica voz aguda, incluso a la edad de 60 años.
Su dedicación a la música y su amor por su familia lo convirtieron en un artista atemporal y un padre ejemplar.
Ruby Pérez falleció en 2025, dejando un patrimonio neto estimado en 8 millones de dólares.
Su legado musical, con más de 10 millones de álbumes vendidos y giras internacionales exitosas, sigue vivo en los corazones de sus fans.
Sin embargo, su mayor legado es el amor y la devoción que mostró hacia su esposa y sus hijos.
“El éxito no se trata solo de vender discos; se trata de marcar la diferencia”, dijo en una entrevista en 2022.
En los últimos días de su vida, Ruby hizo una confesión que conmovió a todos: “Mi mayor arrepentimiento no es haber pasado tanto tiempo en el escenario, sino no haber estado más tiempo en casa, junto a Inés y mis hijos.
La música fue mi pasión, pero mi familia fue mi vida.”
Estas palabras resumen la lucha interna de un hombre que dedicó su vida a su arte, pero que nunca dejó de amar profundamente a su familia.
En conclusión, la vida de Ruby Pérez fue un viaje lleno de altibajos, pero siempre guiado por su pasión por la música y el amor por su familia.
Su confesión antes de partir nos recuerda que, detrás de cada estrella, hay una historia de sacrificio, amor y arrepentimiento.
Ruby Pérez será recordado no solo como un ícono del merengue, sino también como un hombre que amó profundamente y dejó un legado imborrable.
Su historia es un testimonio de que, incluso en medio del éxito, el amor y la familia son los pilares más importantes de la vida.