Mario Cimarro es un nombre que evoca recuerdos de pasión, drama y personajes inolvidables en la televisión latinoamericana.
A sus 54 años, el actor cubano ha logrado mantener un aura cautivadora que lo ha posicionado como uno de los galanes más reconocidos de la industria.
Sin embargo, su historia es mucho más que fama; es un relato de disciplina, controversia y el gusto por lo extravagante que ha contribuido a construir una fortuna estimada en 5 millones de dólares en 2025.
La carrera de Mario Cimarro comenzó en México a mediados de los años 90, donde empezó a ganar reconocimiento con papeles secundarios en telenovelas como “Acapulco”, “Cuerpo y Alma” y “La Usurpadora”.
Aunque esos primeros contratos eran modestos y de corta duración, le brindaron la oportunidad de establecerse en el ecosistema de Televisa, permitiéndole acceder a mejores coproducciones y mayores ingresos en el mercado hispano de Estados Unidos.
El verdadero despegue de su carrera llegó con el éxito de “Gata Salvaje”, que le permitió ganar cerca de $70,000 al mes en contratos protagónicos.
Este éxito se multiplicó con “Pasión de Gabilanes”, donde su salario se disparó a $400,000 por la segunda temporada, consolidándolo como uno de los actores mejor pagados de la televisión.
La riqueza de Cimarro no proviene únicamente de su carrera actoral. A medida que su popularidad crecía, también comenzó a explorar otras avenidas para diversificar sus ingresos.
La explotación de su imagen a través de campañas de modelaje y promociones para marcas en México, Colombia y Estados Unidos le permitió obtener ganancias significativas.
Los contratos de modelaje se pagaban en cifras de cinco dígitos por un solo día de trabajo, lo que le proporcionó una fuente adicional de ingresos.
Además, su incursión en la música, aunque no generó éxitos masivos, le permitió obtener regalías en las regiones donde sus telenovelas tenían mayor arrastre.
Las apariciones en eventos privados y corporativos también le ofrecieron ingresos sustanciales, con tarifas que oscilaban entre $8,000 y $40,000 por unas pocas horas de presencia.
Uno de los movimientos más inteligentes de Cimarro fue canalizar sus ganancias hacia inversiones en bienes raíces.
Tras el éxito de “Pasión de Gabilanes”, adquirió una mansión multimillonaria en Los Ángeles, que no solo se convirtió en su hogar, sino también en una estrategia financiera.
Ubicada en un vecindario exclusivo, la propiedad le proporcionó un estatus significativo y una exposición en dólares estadounidenses, resguardándolo contra las fluctuaciones de las economías latinoamericanas.
La mansión, rodeada de jardines cuidados y con lujosos acabados modernos, se convirtió en un refugio personal y un escenario para su actividad en redes sociales.
Durante la pandemia, la propiedad se transformó en el telón de fondo de su vida en línea, mostrando a sus seguidores destellos de su estilo de vida lujoso.
Más tarde, Cimarro invirtió en una finca en Villa de Leiva, Colombia, un lugar pintoresco y famoso por su belleza colonial.
La casa, que combina tradición y lujo moderno, refleja su conexión con sus raíces y su aprecio por la cultura colombiana.
La terraza vibrante de la finca se convirtió en un símbolo de su vida personal, donde disfruta de puros cubanos y momentos de tranquilidad.
La colección de autos de Mario Cimarro es otro aspecto destacado de su vida lujosa. Con un garaje valorado en más de 15 millones de dólares, su colección rivaliza con la de las estrellas de Hollywood y los atletas de élite.
Entre sus vehículos más destacados se encuentra un Ferrari Sergio, uno de solo seis producidos en el mundo, así como un Lamborghini Veneno Roadster y un McLaren P1 LM.
Estos autos no solo representan un lujo, sino que también son una forma de expresión personal y un símbolo de su éxito en la industria del entretenimiento.
Cimarro comparte frecuentemente su pasión por las motos y los autos en sus redes sociales, consolidando su estatus entre los actores más acaudalados de las telenovelas latinas.
La vida personal de Cimarro ha estado marcada por relaciones públicas y controversias.
Su primer matrimonio con la actriz venezolana Natalia Strignard atrajo la atención de los medios, pero terminó en divorcio tras años de tensiones.
Posteriormente, tuvo relaciones con otras figuras del entretenimiento, pero fue su actual pareja, la modelo eslovaca Bronislava Gregushova, quien ha tenido un impacto significativo en su vida.
La pareja confirmó su compromiso en 2019 y se convirtieron en padres en 2022, lo que ha cambiado la imagen pública de Cimarro hacia la de un hombre de familia.
Juntos, han sido vistos en eventos internacionales y desfiles de moda, presentándose como una unidad cohesiva tanto en lo personal como en lo profesional.
Sin embargo, la carrera de Cimarro no ha estado exenta de conflictos. En 2009, fue despedido de la producción de “Mar de Amor” tras reportes de tensiones con productores y coestrellas.
A pesar de las controversias, su regreso a la pantalla con “Pasión de Gabilanes 2” en 2021 reafirmó su atractivo y consolidó su posición en la industria.
La vida de Mario Cimarro en 2025 es un reflejo de su arduo trabajo, habilidades y la capacidad de reinventarse a lo largo de los años.
Su patrimonio de 5 millones de dólares, aunque modesto en comparación con las élites de Hollywood, lo coloca entre los actores más ricos de la televisión latinoamericana.
Con mansiones, autos de lujo y un estilo de vida envidiable, Cimarro ha construido una vida que refleja la intensidad y el glamour de los personajes que ha interpretado.
Su historia es un recordatorio de que el éxito en la industria del entretenimiento no solo se mide en términos financieros, sino también en la capacidad de mantenerse relevante y conectar con el público.
A medida que avanza en su carrera, Cimarro continúa siendo una figura fascinante, cuya vida y logros seguirán siendo objeto de admiración y análisis en el mundo del espectáculo.
La pregunta que queda es: ¿serán sus controversias recordadas tanto como sus éxitos?
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