El mundo del rock perdió a uno de sus grandes íconos el 16 de octubre de 2025, cuando Ace Frehley, guitarrista original y fundador de la legendaria banda KISS, falleció a los 74 años tras sufrir una caída en su estudio que le provocó una hemorragia cerebral.
Su familia confirmó que murió en paz, rodeado de sus seres queridos, pero su legado musical y su espíritu rebelde seguirán más vivos que nunca.
Nacido como Paul Daniel Frehley el 27 de abril de 1951 en el Bronx, Nueva York, Ace creció en una familia trabajadora con raíces holandesas y alemanas.
Desde muy joven mostró un espíritu inquieto y un amor profundo por la música, especialmente la guitarra.
Influenciado por bandas clásicas como The Who, Cream y Led Zeppelin, comenzó a tocar la guitarra a los 13 años, soñando con vivir del rock and roll.
Durante su adolescencia, Ace fue el típico chico de barrio con un sueño aparentemente imposible.
Pero su talento y personalidad lo distinguieron del resto, y en 1972, un aviso en una revista cambiaría su destino para siempre.
La banda Kiss buscaba guitarrista, y Ace audicionó presentándose con una guitarra naranja brillante y zapatos diferentes en cada pie, llamando la atención de Gene Simmons, Paul Stanley y Peter Criss desde el primer momento.
Así nació KISS, una banda que revolucionaría el mundo del rock con su estilo único, maquillaje extravagante y shows llenos de pirotecnia.
Ace fue quien propuso su icónico personaje, “The Spaceman”, un ser galáctico misterioso con maquillaje plateado y una mirada cósmica que se convirtió en su sello personal.
Su estilo de tocar la guitarra mezclaba técnica, melodía y una energía explosiva que definió el sonido de KISS durante sus años dorados en los setenta.
Fue autor de solos memorables y de himnos como “Shock Me”, inspirada en un accidente real en el que casi murió electrocutado en pleno escenario.
Durante esa década, KISS se convirtió en un fenómeno global, conquistando audiencias con su actitud salvaje y sus trajes futuristas.
A pesar del éxito, la vida en KISS no fue perfecta.
Ace Frehley tuvo problemas con el control creativo dentro del grupo, ya que mientras Simmons y Stanley buscaban un sonido más comercial, él quería mantener la crudeza del rock clásico.
Además, las constantes giras, la presión mediática y sus problemas con las adicciones comenzaron a afectar su vida personal y profesional.
En 1982, tras años de tensiones internas, Ace decidió abandonar KISS.
Muchos pensaron que su carrera había terminado, pero él demostró que su talento y personalidad eran mucho más grandes que cualquier obstáculo.
Ya en 1978, durante su etapa con KISS, Ace había lanzado su álbum solista homónimo, que incluía el éxito “New York Groove”, una canción que lo posicionó en los rankings sin el apoyo de la banda.
En las décadas siguientes, lanzó proyectos como Frehley’s Comet y continuó su carrera en solitario con discos como “Anomaly”, “Spaceman” y “Origins Volumen 1 y 2”.
Su sonido seguía siendo potente, su imagen inconfundible y su humor característico mantenían la conexión con sus fans más fieles.
Aunque tuvo múltiples reuniones con KISS, Ace siempre fue un espíritu libre, nunca dejó de ser el Spaceman, el guitarrista que tocaba como si estuviera flotando entre estrellas eléctricas.
En sus últimos años, Ace Frehley vivió tranquilo, dedicado a su música y a sus recuerdos.
En septiembre de 2025 sufrió una caída accidental en su estudio que le provocó una lesión cerebral grave.
Después de varias semanas sin mejoría, su familia tomó la dolorosa decisión de dejarlo partir.
El 16 de octubre, el Spaceman emprendió su último viaje hacia las estrellas.
Su influencia puede escucharse en generaciones de guitarristas desde los años 80 hasta hoy.
Ace Frehley no fue solo un músico, sino un símbolo de libertad, irreverencia y autenticidad.
Su legado está presente en cada escenario donde se toca rock, en cada disco que inspira a jóvenes músicos y en cada fan que alguna vez se pintó la cara de plata para sentirse un poco más cerca del espacio.
La historia de Ace Frehley es la de un rebelde con causa, un artista que rompió moldes y creó un universo propio dentro del rock.
Su vida estuvo marcada por la pasión por la música, las luchas personales y la búsqueda constante de autenticidad.
Aunque su cuerpo ya no esté entre nosotros, su guitarra sigue sonando fuerte, recordándonos que el Spaceman nunca muere.
