Javier Solís, la verdad de porque lo mataron

Javier Solís, conocido como “El Rey del Bolero Ranchero” y “El Señor de Sombras”, es una de las voces más emblemáticas y queridas de la música mexicana.

Su carrera, aunque breve, dejó una huella imborrable en el género ranchero y bolero, y su muerte prematura a los 34 años sigue generando preguntas y leyendas en torno a las circunstancias que la rodearon.

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Nacido como Gabriel Siria Levario el 1 de septiembre de 1931 en el hospital homeopático de la Colonia Obrera, Ciudad de México, Javier Solís tuvo una infancia marcada por la adversidad.

Su padre, panadero, abandonó a la familia cuando él tenía apenas un año, y su madre, comerciante, lo dejó al cuidado de sus tíos en el barrio de Tacubaya, donde creció y estudió hasta quinto de primaria.

Desde pequeño, tuvo que trabajar para ayudar en casa, desempeñándose en oficios como panadero, ayudante de carnicero, carpintero y hasta mecánico.

 

Su pasión por el canto y el boxeo lo acompañó desde joven, y fue precisamente su voz privilegiada la que le abrió las puertas a la fama.

En 1950, comenzó su carrera artística grabando canciones junto al Trío Los Galantes, y en 1956 firmó con Discos Columbia (actual Sony Music).

Fue en 1957 cuando alcanzó su primer gran éxito con el sencillo “Voy a mojarme los labios con agua bendita”, que le valió un disco de platino.

 

Durante poco más de una década, Javier Solís grabó más de 300 canciones y participó en más de 300 películas, consolidándose como uno de los artistas más populares de México y América Latina.

Su estilo único combinaba el bolero romántico con la música ranchera, lo que le valió el título de “Rey del Bolero Ranchero”.

Además, su talento fue reconocido con múltiples premios, incluyendo discos de oro y plata, y trofeos entregados en Estados Unidos.

 

Su fama trascendió fronteras, llegando a países como Estados Unidos, donde incluso Frank Sinatra expresó admiración por su voz y estilo.

En 1965, Javier viajó a Nueva York para grabar un disco con boleros clásicos, consolidando su presencia internacional.

Javier Solis - En mi viejo San Juan - YouTube

La vida amorosa de Javier Solís fue tan intensa y compleja como su carrera.

Se sabe que tuvo múltiples matrimonios y relaciones simultáneas, lo que generó conflictos, especialmente en sus últimos días.

Sus dos esposas más conocidas, Socorro González y Blanca Estela Saens, mantuvieron una relación tensa y conflictiva, incluso llegando a enfrentarse en el hospital cuando Javier estuvo internado por una operación.

 

Socorro González, su primera esposa, y Blanca Estela Saens, con quien tuvo varios hijos, reclamaban ambas el derecho de estar a su lado, lo que complicó aún más la situación familiar.

A pesar de estos conflictos, Javier siempre mostró un profundo cariño por sus hijos y amigos de la infancia, quienes lo apoyaron desde sus inicios en Tacubaya.

 

El 12 de abril de 1966, Javier Solís fue internado debido a fuertes dolores de estómago.

Fue sometido a una operación para retirar la vesícula, y aunque inicialmente su recuperación parecía favorable, falleció el 19 de abril de 1966, a los 34 años, en la cima de su carrera.

 

La causa oficial de su muerte fue una colecistitis (infección de los conductos biliares) que derivó en una descompensación cardíaca irreversible.

Sin embargo, desde entonces han surgido múltiples teorías y rumores que cuestionan esta versión.

The Comprehensible Classroom | México lindo y querido - Javier Solís

Uno de los mitos más difundidos es que Javier murió por beber un vaso de agua después de la operación, algo que tenía prohibido y que habría provocado un deterioro fatal en su corazón.

Además, se dice que fue víctima de una golpiza por parte de los guardaespaldas del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, debido a su relación con “La Tigresa”, una famosa actriz que también era amante del presidente.

Esta agresión habría agravado sus problemas de salud y contribuido a su muerte prematura.

 

La desaparición inexplicable de su expediente médico y la falta de una explicación clara por parte del hospital alimentaron aún más las sospechas y teorías conspirativas.

Blanca Estela Saens, su representante y esposa, fue una de las primeras en denunciar irregularidades en el manejo del caso.

 

A pesar de su muerte trágica y prematura, Javier Solís dejó un legado imborrable en la música mexicana.

Su voz única y su estilo inconfundible continúan siendo admirados y escuchados por nuevas generaciones.

Canciones como “Sombras”, “Payaso y Esclavo”, “Llorarás”, y “Amigo Organillero” se convirtieron en clásicos que aún emocionan y evocan nostalgia.

 

Curiosamente, la canción “Amigo Organillero” fue lanzada el mismo día de su funeral, lo que muchos interpretaron como un presagio de su partida.

Esta coincidencia reforzó la leyenda en torno a su muerte y añadió un aura de tristeza a su memoria.

Tributan a Javier Solís a 46 años de su muerte en Torreón, Coahuila | El  Informador

Además, su influencia fue fundamental para otros grandes artistas mexicanos, como Vicente Fernández, quien fue impulsado por la industria musical tras la muerte de Solís para convertirse en el nuevo ícono del género ranchero.

 

Javier Solís fue mucho más que un cantante; fue un símbolo de la música mexicana, un hombre que supo transformar su difícil pasado en una carrera llena de éxitos y emociones.

Su vida estuvo marcada por el talento, la pasión, el amor y también por la controversia y el misterio.

La verdad sobre su muerte probablemente nunca se conocerá por completo, pero su voz y legado musical siguen vivos, recordándonos la grandeza de un artista que murió demasiado joven, pero que para siempre será “El Rey del Bolero Ranchero”.

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