La reciente liberación bajo fianza de los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, propietarios del club nocturno Jet Set, ha generado una profunda indignación en la sociedad dominicana.
Esta decisión judicial, tomada tras el colapso del techo del establecimiento que causó la muerte de 235 personas, heridas a 180 y dejó a más de 130 niños huérfanos, ha sido considerada por muchos como una burla hacia las víctimas y sus familias.
En medio de esta polémica, también ha salido a la luz la compensación recibida por Zulinka, hija del famoso cantante Rubby Pérez, quien perdió a su padre en la tragedia.
El 30 de octubre de 2022, una noche que prometía diversión terminó en una de las peores tragedias en la historia reciente de República Dominicana.
El techo del club nocturno Jet Set, ubicado en Santo Domingo, colapsó durante una fiesta, provocando una estampida y causando la muerte de 235 personas, muchas de ellas jóvenes y niños.
Además, 180 resultaron heridas y más de 130 niños quedaron huérfanos por la pérdida de sus padres.
Este desastre conmocionó a toda la nación y desató una ola de indignación y demandas de justicia.
Desde entonces, los dueños del establecimiento, los hermanos Espaillat, han sido el centro de un proceso judicial que busca determinar responsabilidades y reparar el daño causado.
Después de más de 12 horas de audiencias, un juez dominicano decidió liberar bajo fianza a Antonio y Maribel Espaillat, imponiéndoles una caución equivalente a 847,500 dólares y la obligación de presentarse periódicamente ante las autoridades, además de la prohibición de salir del país.
Esta medida, aunque legalmente válida, fue recibida con rechazo y enojo por parte de la sociedad y de las familias afectadas.
La Fiscalía anunció que apelará esta decisión, argumentando que la gravedad de los hechos no fue debidamente valorada y que la medida coercitiva impuesta es insuficiente para la magnitud del daño causado.
Muchos consideran que la sentencia es demasiado indulgente, ya que la legislación dominicana vigente data del siglo XIX y limita severamente las penas aplicables en casos como este.
Las declaraciones de quienes sobrevivieron al colapso y de familiares de las víctimas reflejan el profundo sufrimiento causado por la tragedia y la frustración ante la liberación de los responsables.
Una víctima relató cómo pasó más de ocho horas atrapada bajo los escombros, perdió a su pareja y sufrió graves heridas que la mantuvieron en coma y hospitalizada durante días.
Aún enfrenta secuelas psicológicas, insomnio y trauma, y continúa luchando por justicia.
Para muchos, la compensación económica y la libertad bajo fianza de los dueños del Jet Set representan una burla y una falta de respeto hacia quienes perdieron a sus seres queridos o quedaron marcados para siempre por el desastre.
En medio de este escenario, surgió otro tema polémico: la compensación económica entregada a Zulinka, hija del cantante Rubby Pérez, quien falleció mientras animaba la fiesta en el Jet Set.
La suma entregada, poco más de 16,000 dólares, ha generado críticas y debates en la opinión pública.
Zulinka aclaró en redes sociales que el dinero recibido fue como miembro de la orquesta y no en calidad de hija del artista.
Ella y su esposo, también músico, dejaron de percibir ingresos tras la tragedia, por lo que esta compensación representa un apoyo económico, no un reconocimiento especial por su parentesco.
Por su parte, el hermano de Rubby Pérez, tío de Zulinka, enfatizó que cada quien es responsable de sus propias acciones, distanciándose de cualquier controversia.
Aunque los hermanos Espaillat están libres bajo fianza, el caso sigue abierto y bajo investigación.
El abogado de los acusados afirmó que aceptan que el proceso continúe y que si se determina responsabilidad penal, la asumirán.
La Fiscalía, por su parte, insiste en que la medida es solo para evitar la fuga y que la búsqueda de justicia no termina con la liberación.
Se espera que en los próximos días se realicen nuevas diligencias y que se resuelvan las apelaciones presentadas.
La liberación de los dueños del Jet Set ha provocado una fuerte reacción en la sociedad dominicana, que considera insuficiente la respuesta judicial ante una tragedia que dejó un impacto profundo y duradero.
Las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo a las víctimas y de críticas hacia el sistema legal, que muchos perciben como débil y permisivo con los poderosos.
Además, existen denuncias sobre posibles presiones y manipulaciones en el proceso, incluyendo el intento de controlar testigos para influir en el juicio.
Estas acusaciones aumentan la desconfianza y el escepticismo sobre la posibilidad de que se haga justicia plena.
Más allá del proceso penal, numerosas demandas civiles han sido presentadas contra los dueños del Jet Set y otras entidades responsables.
Se calcula que hay más de 108 demandas, incluyendo una presentada por la esposa del jugador de béisbol Octavio Dotel, que reclama una indemnización de 300 millones de pesos dominicanos.
Estas demandas serán tramitadas en paralelo y podrían tardar años en resolverse.
En muchos casos, las compañías de seguros de las empresas involucradas tendrán que responder por los daños materiales y personales ocasionados.
La tragedia del Jet Set y sus consecuencias judiciales reflejan las dificultades de enfrentar la responsabilidad en casos de gran magnitud y la necesidad de reformas legales que permitan sanciones justas y efectivas.
Para las víctimas y sus familias, el camino hacia la reparación y la justicia es largo y lleno de obstáculos.
La sociedad dominicana sigue atenta al desarrollo del caso, esperando que no solo se haga justicia, sino que se establezcan medidas para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir.
La memoria de las víctimas y el sufrimiento de sus familiares exigen un compromiso firme de las autoridades y la sociedad en su conjunto.
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