Rivelino: La leyenda del Elástico que conquistó el mundo en 1970
Rivelino, uno de los jugadores más icónicos en la historia del fútbol mundial, es recordado no solo por su destreza técnica, sino también por su capacidad para deslumbrar a las multitudes con su estilo único y su habilidad para hacer magia con el balón.

Conocido por su famoso “elástico”, un regate que lo llevó a la fama, Rivelino no solo conquistó a los aficionados de Brasil, sino a millones alrededor del mundo, dejando una huella imborrable en el fútbol.
Su nombre completo era Roberto Rivelino, nacido el 1 de enero de 1946 en la ciudad de São Paulo, Brasil.
Desde joven, Rivelino mostró un talento excepcional para el fútbol, lo que le permitió sobresalir en equipos locales y, con el tiempo, ganarse un lugar en los grandes clubes de Brasil.
Su carrera profesional comenzó en el Corinthians, uno de los clubes más populares del país, donde rápidamente se destacó por su habilidad para regatear y por su visión de juego.
Lo que realmente catapultó a Rivelino a la fama fue su incursión en la selección nacional de Brasil, con la que tuvo el honor de ser parte del equipo que conquistó el Mundial de 1970 en México.
Este torneo, considerado por muchos como el mejor de la historia, marcó el cenit de la carrera de Rivelino, quien fue una pieza clave en el esquema de juego de Brasil, un equipo que pasó a la historia por su fútbol atractivo y lleno de talento.
El Mundial de 1970 fue el escenario perfecto para que Rivelino dejara su sello en el fútbol.
A lo largo del torneo, demostró ser un jugador versátil, capaz de adaptarse a diferentes roles en el campo.
Sin embargo, lo que realmente lo destacó fue su habilidad para ejecutar uno de los regates más impresionantes y complejos en la historia del fútbol: el “elástico”.

Este movimiento, que consistía en un rápido cambio de dirección utilizando el exterior del pie para engañar al adversario, dejó a los defensores rivales perdidos y a los aficionados de todo el mundo maravillados.
En el Mundial de 1970, Rivelino compartió equipo con otras leyendas del fútbol, como Pelé, Jairzinho, Tostão y Gérson.
Juntos, formaron una máquina imparable que dominó el torneo.
La final contra Italia, que Brasil ganó 4-1, es considerada por muchos como una de las mejores exhibiciones de fútbol de todos los tiempos.
Rivelino, con su visión de juego y capacidad para ejecutar jugadas impredecibles, fue fundamental para el triunfo de su selección.
Más allá de su habilidad para regatear y su visión en el campo, Rivelino también fue conocido por su potente disparo de larga distancia.
Su capacidad para anotar desde fuera del área era una de sus características distintivas, y muchos de sus goles se convirtieron en verdaderas joyas del fútbol, aplaudidos por los aficionados de todo el mundo.
En cada partido, Rivelino no solo mostraba su talento, sino que también transmitía la alegría y la pasión que define al fútbol brasileño.
Tras su victoria en 1970, Rivelino continuó siendo un referente en el fútbol mundial, tanto en el ámbito de clubes como en la selección.
En su carrera a nivel de clubes, jugó en equipos como Fluminense, donde continuó demostrando su habilidad y liderazgo en el campo.
Su paso por el fútbol internacional también lo llevó a jugar en el fútbol de Arabia Saudita, donde dejó su marca en equipos como el Al Hilal, aunque nunca dejó de ser recordado por sus hazañas con la selección brasileña.
Pero más allá de su carrera profesional, Rivelino ha sido una figura de admiración para generaciones de futbolistas y aficionados.
En Brasil, es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia y un referente para los jugadores de fútbol de la nueva generación.
Muchos jugadores actuales citan a Rivelino como una de sus principales influencias, destacando su capacidad para hacer del fútbol un espectáculo lleno de creatividad y emoción.
En cuanto a su vida fuera de los terrenos de juego, Rivelino ha mantenido un perfil relativamente bajo.
Aunque ha sido una figura pública, siempre se ha mantenido alejado de los reflectores fuera de las canchas, prefiriendo disfrutar de su vida personal lejos del tumulto mediático.
Su amor por el fútbol sigue vivo, y ha continuado contribuyendo al desarrollo del deporte en Brasil, en ocasiones como comentarista o asesor, compartiendo su vasto conocimiento del juego con las nuevas generaciones.
Hoy en día, a pesar de estar retirado, Rivelino sigue siendo una de las figuras más respetadas y admiradas del fútbol brasileño.
Su legado como campeón del mundo en 1970 y su habilidad para dejar una marca indeleble en el corazón de los aficionados al fútbol continúan vivos, no solo en los recuerdos de aquellos que lo vieron jugar, sino también en las enseñanzas que dejó en el campo.
La historia de Rivelino es la historia de un hombre que, con su talento y creatividad, transformó el fútbol en una obra de arte.
El “Maestro del Elástico”, como es conocido por muchos, sigue siendo una leyenda que ha marcado un antes y un después en la historia del fútbol mundial.