¡La Coconaza Revela su Terrible Secreto a los 51 Años y Deja a Todos en Shock!

Gladiuska Acosta, conocida como La Coconaza, revela cómo los biopolímeros que se inyectó afectaron gravemente su salud y movilidad durante años.

 

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A sus 51 años, Gladiuska Acosta, conocida como La Coconaza de Radio Rochela, ha decidido romper el silencio sobre su dolorosa experiencia con los biopolímeros que transformaron su vida.

En un conmovedor relato, la famosa figura de la televisión venezolana comparte cómo un procedimiento estético que parecía inofensivo la llevó a una lucha diaria por su salud y bienestar.

“Yo nunca pensé que un día iba a terminar arrastrándome para ir al baño, pero así mismo me tocó”, confiesa La Coconaza, recordando cómo su vida cambió drásticamente.

“La gente me piropeaba, me decían que parecía más joven, más figura, más todo… pero nadie te dice que esa sustancia es traicionera”, añade, refiriéndose a los biopolímeros que se inyectó en un intento de mejorar su figura.

Al principio, todo parecía perfecto. Gladiuska disfrutaba de su cuerpo curvilíneo y el reconocimiento del público, pero pronto comenzaron los problemas.

“Primero fueron unos dolores raros, unos pinchazos que me despertaban en la madrugada”, relata. A pesar del dolor, ella continuó trabajando en la televisión, manteniendo su sonrisa y su energía.

Sin embargo, la situación se tornó insostenible. “Los dolores se hicieron tan fuertes que mis piernas dejaban de responderme y terminé perdiendo la movilidad”, recuerda con tristeza.

La Coconaza, quien se hizo famosa por su humor y su carisma en programas de televisión, se vio enfrentada a una dura realidad: su salud se estaba deteriorando.

“Cuando los biopolímeros empezaron a deformar mis glúteos, mi mundo se me vino abajo”, dice. Para ella, no solo era una cuestión física, sino también emocional.

“Era mi autoestima, mi carrera, mi rutina, todo… y ahí me dije: ‘Gladiuska, esto hay que contarlo, porque a muchas mujeres les puede pasar lo mismo’”.

 

La Coconaza' cuenta el sufrimiento de cómo perdió la movilidad +VIDEO –  Somos Noticia Col

 

Con el corazón abierto, La Coconaza desea que su historia sirva de advertencia para otras mujeres. “Detrás de cada chiste había una mujer que luchaba contra un dolor que avanzaba en silencio”, explica.

Su viaje comenzó cuando decidió probar suerte en el modelaje, impulsada por su figura voluptuosa en un momento en que las modelos delgadas eran la norma. “Yo era pura carne venezolana, curvas de verdad, sin Photoshop ni nada”, recuerda con orgullo.

A pesar de su éxito en la televisión, su vida personal tomó un giro inesperado cuando quedó embarazada del pelotero Henry Blanco, quien estaba casado.

“Aquello se volvió portada de todas las revistas de chismes”, dice. Para proteger a su hijo del escándalo, Gladiuska decidió mudarse a Estados Unidos, donde pensó que podría comenzar de nuevo. Sin embargo, los problemas de salud la siguieron.

Después de años de sufrimiento, La Coconaza se dio cuenta de que debía actuar. “Ella recuerda que antes de hacerse el procedimiento solo quiso despejar una duda.

No tendré problemas más adelante. No me hará daño”, recuerda con amargura. Sin embargo, 15 años después, su cuerpo comenzó a gritar la verdad. “Empecé a sentirme pesada, hinchada, llena de líquidos, con un cansancio extraño”, dice.

El miedo y la confusión la llevaron a buscar respuestas. “Una entrenadora en mi gimnasio fue quien me soltó la frase que me estremeció: ‘Eso que tienes es biopolímero’”, revela.

Gladiuska se sumergió en la investigación, buscando información sobre el material que había inyectado en su cuerpo. “Aprendí algo nuevo porque sentía que mi vida dependía de entender qué me estaba pasando”, confiesa.

 

La "Coconaza" Gladiuska Acosta antes y después de las cirugías

 

Tras varias consultas médicas, se dio cuenta de que los diagnósticos eran contradictorios. “El segundo médico me dijo que estaba perfecta, que no me operaría”, dice, frustrada.

Sin embargo, su intuición le decía que algo estaba mal. “Yo sabía que no era así. Algo dentro de mí gritaba que algo estaba mal”, afirma con determinación.

Finalmente, encontró al Dr. Carlos Ríos, con quien sintió una conexión inmediata. “Era difícil dejar Miami porque estaba en pleno trámite migratorio, pero el dolor ya no me dejaba vivir”, explica.

Después de esperar un mes para poder operarse, Gladiuska finalmente se sintió aliviada. “Estoy profundamente agradecida con su equipo, con cada persona que estuvo conmigo en ese proceso tan duro”, dice, con lágrimas en los ojos.

Hoy, La Coconaza se considera una sobreviviente. “Si algo aprendí y que grito a quien quiera escucharlo, es que antes de meterse cualquier cosa en el cuerpo, investiguen, pregunten, duden, exijan”, aconseja.

“Hoy cuido mi salud, entreno como mejor y pongo mi bienestar emocional por encima de cualquier vanidad”, concluye, con la fuerza que siempre la ha caracterizado.

Su historia es un recordatorio poderoso de que la belleza no debe comprometer la salud y que es fundamental cuestionar las decisiones que tomamos en nombre de la estética.

La Coconaza, con su carisma y valentía, sigue siendo un ícono, no solo en la televisión, sino también como un ejemplo de resiliencia y superación.

 

EN VIDEO: El dramático relato de «La Coconaza» de cómo perdió la movilidad  – Impacto Venezuela

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