El mundo del merengue está de luto tras la trágica partida de Rubby Pérez, un ícono musical que marcó generaciones con su voz inigualable y su carisma en el escenario.

Sin embargo, en medio del dolor, Miriam Cruz, también una leyenda del género, decidió romper su silencio y compartir una confesión que ha dejado a todos sorprendidos: “Sí, yo lo amé”.

Esta declaración no solo refleja el profundo respeto y admiración que Miriam tenía por Rubby, sino que también revela una conexión especial que trascendía la música y se adentraba en el ámbito personal.

Entre lágrimas y nostalgia, Miriam recordó momentos compartidos con Rubby, momentos que ahora forman parte de la memoria colectiva de un país que llora su partida.

Rubby Pérez no solo fue un cantante excepcional, sino también un hombre cuya vida personal estuvo marcada por el amor y la resiliencia.

Desde su matrimonio de casi medio siglo con Inés Lizardo hasta su relación con Lady Altagracia Rosario en sus últimos años, Rubby demostró que el amor puede manifestarse de muchas formas y en diferentes etapas de la vida.

Inés Lizardo, su esposa de toda la vida, fue su apoyo incondicional.

Juntos enfrentaron desafíos, criaron a una hermosa familia y compartieron un amor que superó las pruebas del tiempo.

La pérdida de Inés en 2022 debido al cáncer dejó a Rubby devastado, pero también abrió la puerta para un nuevo capítulo en su vida con Lady Rosario, quien le devolvió la sonrisa en medio del dolor.

Lady, cónsul dominicana en Houston, no solo fue su compañera en sus últimos años, sino también una figura clave en su vida.

Su relación, aunque breve, estuvo llena de amor y significado, y fue precisamente este amor el que llevó a Rubby a adelantar su presentación en la discoteca Jetset, un acto que, trágicamente, marcó su destino final.

El 8 de abril de 2025 será recordado como un día oscuro en la historia del merengue y de la República Dominicana.

La discoteca Jetset, un lugar emblemático para la música en vivo, colapsó durante la presentación de Rubby Pérez, dejando más de 220 víctimas fatales.

Esta tragedia no solo se llevó a un ícono de la música, sino que también desató una ola de preguntas sobre la seguridad en los lugares de entretenimiento.

Las investigaciones apuntan a fallos estructurales y negligencia, pero las respuestas aún son escasas.

Mientras tanto, el país entero se unió en un luto colectivo, recordando a Rubby no solo como un cantante, sino como un símbolo de la cultura dominicana.

El funeral de Rubby fue un evento que reflejó la magnitud de su impacto.

Desde el Teatro Nacional, donde se llevó a cabo la ceremonia, hasta las calles llenas de personas cantando “Volveré”, el legado de Rubby resonó con fuerza.

Miriam Cruz, presente en el homenaje, expresó conmovida: “Ruby no era solo un colega, era un hermano del merengue”.

La música de Rubby Pérez continúa viva, cruzando fronteras y generaciones.

Canciones como “Enamorado de Ella” y “Volveré” no solo siguen sonando en emisoras y plataformas digitales, sino que también se han convertido en himnos que conectan a personas de todas las edades.

En TikTok, jóvenes de 15 años bailan sus merengues con la misma emoción que sus padres lo hicieron décadas atrás.

Sin embargo, el legado de Rubby va más allá de la música.

Su labor humanitaria, como la ayuda a las víctimas del terremoto de Haití, y su cercanía con el público lo convirtieron en un símbolo de esperanza y solidaridad.

Hoy, su familia trabaja para mantener vivo su espíritu a través de una fundación que apoya a nuevos talentos del merengue.

Miriam Cruz, en su emotivo discurso, destacó la importancia de proteger lo que Rubby representaba: “El merengue seguirá, pero no será el mismo sin él.

Ahora depende de nosotros mantener su fuego encendido”.

El impacto de Rubby Pérez no se limita a la República Dominicana.

Su música trascendió fronteras, conquistando corazones en América Latina, Estados Unidos y más allá.

En países como Venezuela y Puerto Rico, sus canciones se convirtieron en la banda sonora de innumerables momentos especiales.

En Miami, su nombre es sinónimo de fiesta y alegría, mientras que en Nueva York, especialmente en el Bronx, su música sigue siendo un puente cultural entre generaciones.

La partida de Rubby Pérez deja un vacío imposible de llenar, pero también nos recuerda la fragilidad de la vida y la necesidad de valorar a quienes amamos.

Su historia, llena de amor, música y resiliencia, es un testimonio de cómo un individuo puede impactar a una nación entera.

Mientras el merengue encuentra nuevas formas de evolucionar y conectar con las generaciones actuales, el nombre de Rubby Pérez seguirá siendo un faro que ilumina el camino.

Porque, como dijo Miriam Cruz, “aunque las luces del teatro se apaguen, su voz jamás va a desaparecer”.

El legado de Rubby también plantea preguntas importantes sobre el futuro del merengue.

En un mundo dominado por géneros como el reguetón y la música urbana, ¿cómo puede el merengue mantener su relevancia? Algunos artistas han comenzado a experimentar con fusiones, mezclando el merengue con sonidos electrónicos, pop y dembow.

Miriam Cruz ve esto no como una traición, sino como una evolución necesaria para mantener vivo el género.

Por otro lado, la tragedia del Jetset ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad en los lugares de entretenimiento.

La industria musical debe aprender de esta experiencia y garantizar que eventos futuros se lleven a cabo en entornos seguros.

Como dijo Miriam: “No podemos perder más vidas en nombre del espectáculo”.

La familia de Rubby, liderada por su hija Sulinca, ha demostrado una fortaleza admirable en medio del dolor.

Además de honrar la memoria de su padre, están trabajando para convertir su legado en una oportunidad para otros.

La fundación que lleva su nombre busca apoyar a jóvenes talentos del merengue, asegurando que el género siga creciendo y evolucionando.

El impacto de Rubby Pérez no se limita a su música.

Su vida y su legado son un recordatorio de la importancia de la pasión, la resiliencia y el amor.

En un mundo que a menudo parece estar en constante cambio, Rubby nos enseñó que algunas cosas, como la música y el amor, son eternas.