EL HIJO PERFECTO QUE ESCONDIÓ UN MONSTRUO: mató a su madre, fingió inocencia y engañó a toda la nación

🩸😱 “MATÓ A SU MADRE, LA ESCONDIÓ EN UNA LAVADORA… Y TODAVÍA LLORÓ EN TELEVISIÓN” 💔🧺

El caso que sacudió a todo Ecuador — una hija que fingió buscar desesperadamente a su madre mientras el cuerpo de la víctima se descomponía dentro de su propia casa.

La historia de Andreina La Mota, una mujer de 32 años que hoy es recordada como “la asesina de la lavadora”, ha dejado sin aliento a todo un país. Su frialdad, su capacidad de manipular a los medios y su mente retorcida han convertido su caso en uno de los más espeluznantes en la historia criminal de Ecuador.

Al principio, nadie sospechaba de ella. Lloraba frente a las cámaras, suplicaba ayuda, colocaba carteles y gritaba entre sollozos:

“¡Devuélvanme a mi madre!”

Pero detrás de esa voz quebrada se escondía una verdad aterradora: Andreina había matado a su propia madre, Marta Cecilia Solís Cruz, y escondido el cuerpo… dentro de una lavadora.

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🕯️ EL DÍA QUE DESAPARECIÓ MARTA CECILIA

Era un domingo cualquiera —5 de octubre de 2025— en la ciudadela Sauces 9, Guayaquil.
Marta Cecilia, una mujer de 49 años, abogada de medio tiempo y madre de tres hijos, desapareció sin dejar rastro.

Al principio, todo parecía una simple desaparición.
Su hija Andreina fue la primera en levantar la voz.
Salió a la calle con fotos, publicó mensajes en redes y llamó a los noticieros.

“Mi mamá salió a una entrevista y no regresó”, dijo, fingiendo angustia.
La ciudad entera se movilizó.
Los vecinos colaboraron, los medios cubrieron el caso y la policía inició la búsqueda.

Pero los días pasaban y algo no encajaba.

⚠️ CONTRADICCIONES Y SOSPECHAS

Los investigadores notaron que Andreina cambiaba de versión constantemente.
Primero dijo que su madre había sido secuestrada.
Después, que le debía dinero a una banda delictiva.
Más tarde, aseguró que la propia Marta la había llamado para decirle que “no la buscaran”.

Incluso presentó grabaciones y un video donde supuestamente su madre afirmaba estar bien.
Pero los expertos descubrieron algo espeluznante: los audios y videos habían sido creados con inteligencia artificial.

Los labios no coincidían con la voz.
Las pausas eran irreales.
Era una falsificación grotesca, pero suficiente para entender que Andreina estaba mintiendo.

💀 EL DESCUBRIMIENTO DEL HORROR

El 16 de octubre de 2025, once días después de la desaparición, los vecinos comenzaron a quejarse de un olor nauseabundo proveniente del departamento 22, bloque 12.
Pensaron que era una falla de las tuberías.
Pero el hedor era insoportable.

La policía pidió una orden de allanamiento.
Entraron al departamento y recorrieron habitación por habitación.
Cuando llegaron al área de lavandería, el olor era insoportable.

Abrieron la lavadora.
Y ahí estaba.

Dentro, envuelto en plástico y cubierto con sal, el cuerpo descuartizado de Marta Cecilia Solís Cruz.

Los agentes quedaron petrificados.
A su alrededor encontraron siete cuchillos, una sierra eléctrica, una podadora, una moledora amarilla y un machete.
Herramientas compradas, según se descubrió después, por la propia Andreina en internet.

🧠 UNA ASESINA METICULOSA

La autopsia reveló que Marta fue estrangulada con el cable de un cargador.
Después, Andreina la descuartizó con precisión quirúrgica.
Colocó los restos en la lavadora y los cubrió con sal para evitar el olor.

En su celular, la policía encontró búsquedas escalofriantes:

“Cómo desintegrar huesos humanos.”
“Cómo evitar el olor de un cadáver.”

Y lo más perturbador: una carpeta de videos y documentos sobre sus “ídolos” criminales:
Ted Bundy y Jeffrey Dahmer.
Los asesinos en serie que ella estudiaba con obsesión.

Era su inspiración.
Su modelo.
Su espejo.

La reacción que levantó las sospechas en el atroz crimen de la abogada en  Guayaquil – Metro Ecuador

🧺 LA FINGIDA HIJA ANGUSTIADA

Mientras el cuerpo de su madre se descomponía a pocos metros, Andreina daba entrevistas llorando.
Apretaba las manos, fingía temblores, mostraba fotos familiares.

“Solo quiero que vuelva”, decía ante las cámaras.
La audiencia se conmovía.
Pero los investigadores ya sabían la verdad: ella misma la había matado.

El día del allanamiento, cuando los policías encontraron el cadáver, Andreina estaba en casa.
Intentó fingir sorpresa.
Lloró.
Gritó.
Pero su actuación terminó cuando la policía le mostró las pruebas:
sus huellas, sus búsquedas, los videos falsos.

Fue detenida de inmediato.

💸 EL MOTIVO: EL DINERO

Según la confesión, el crimen se originó por dinero.
Andreina le había pedido a su madre un préstamo de 6.000 dólares.
Marta se negó.
Esa negativa encendió una furia que ya venía gestándose.

La noche del 5 de octubre, la discusión escaló.
Andreina tomó el cable de un cargador y la asfixió hasta matarla.
Luego, fría y metódica, limpió la escena y comenzó a desmembrar el cuerpo.

Horas después, publicó en redes sociales una frase tan absurda como macabra:

“Creer que todo va a salir bien… es un superpoder.”

Un mensaje que hoy hiela la sangre.

😨 UNA MENTE OBSESIONADA

El análisis forense reveló que Andreina presentaba rasgos psicopáticos: falta total de empatía, manipulación extrema y una tendencia a la teatralidad.
Su comportamiento era calculador, casi cinematográfico.

Vestía con la ropa de su madre frente a las cámaras de seguridad, fingía llamadas falsas, creaba cuentas inventadas para enviar mensajes “de parte” de su víctima.

Una actriz del crimen.
Una mente sin remordimiento.

Dismembered mom's remains found after daughter used AI to hide killing -  World News - News - Daily Express US

🧩 MÁS VÍCTIMAS, MÁS SOMBRAS

Cuando la policía revisó los archivos de su celular, el caso dio un giro más oscuro.
Encontraron objetos personales de Jennifer Juliana Banguera, su mejor amiga desaparecida desde 2022.

Jennifer solía quedarse a dormir en casa de Andreina.
Una noche de enero, fue dejada por sus padres y nunca regresó.
Andreina dijo que “se había ido en un taxi”.
Pero entre las pertenencias halladas en su departamento estaban la libreta de ahorros, una laptop y una tarjeta bancaria de Jennifer.

La historia se repetía: mensajes falsos enviados desde cuentas creadas por Andreina diciendo “estoy bien, no me busquen.”

Las autoridades creen que Jennifer fue asesinada del mismo modo que Marta.
Y no sería la única.

También se investiga la muerte sospechosa de un exjefe y un intento de envenenamiento contra un hombre identificado como Gerardo Vargas, quien casi muere tras beber un jugo adulterado que ella le ofreció.

🔥 EL PERFIL DE UNA DEPREDADORA

El comandante Galo Muñoz, jefe de la unidad especial de desapariciones, declaró:

“Andreina La Mota sabía cómo manipular. Tenía una inteligencia fría, sin emoción. Cada movimiento suyo era una trampa.”

Incluso alquiló una habitación bajo el nombre de su madre, entró vestida como ella y salió vestida como sí misma, tratando de engañar a las cámaras.

Pero su propio padre, exmarido de Marta, la reconoció en las grabaciones.
Ahí terminó su actuación.

Hoy, las autoridades analizan más de 200 gigabytes de información de su teléfono: fotos, videos, búsquedas y conversaciones.
Todo apunta a que no actuó por impulso, sino con planificación.

⚖️ UN MONSTRUO DETRÁS DEL ROSTRO LLOROSO

Andreina enfrenta cargos por homicidio agravado, manipulación de evidencia y posible conexión con múltiples desapariciones.
Podría recibir una condena de hasta 30 años de prisión.

Su defensa busca alegar “trastornos mentales”, intentando trasladarla a un hospital psiquiátrico.
Pero para las familias de las víctimas, no hay duda:

“No está loca. Es malvada.”

Mientras tanto, su caso continúa abierto.
La policía busca restos, pruebas, y sobre todo, respuestas.

🕯️ EL GRITO QUE NO SE OLVIDA

Las vecinas de Marta aún recuerdan a Andreina gritando en televisión:

“¡Ayúdenme a encontrar a mi mamá!”

Nadie imaginó que esas lágrimas eran el disfraz de una asesina.
Que la lavadora donde buscaban ropa escondía un cuerpo.
Que la hija que decía amar tanto a su madre la había convertido en su víctima.

Hoy, en Guayaquil, el departamento 22 sigue vacío.
Las paredes aún conservan el olor del horror.
Los vecinos evitan pasar cerca.
Y el nombre de Andreina La Mota se pronuncia en voz baja, como si nombrarla trajera mala suerte.

💔 “Mató a su madre. Fingió buscarla. Y lloró frente al país entero.”
Un crimen tan frío que parece imposible de creer, pero que ocurrió de verdad.

Y mientras la justicia avanza, Ecuador se queda con una sola pregunta, tan dolorosa como inevitable:

👉 ¿Cómo puede una hija mirar a las cámaras y llorar… mientras el cuerpo de su madre se pudre en su propia casa?

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