El enigma sobre la verdadera identidad del padre de Cristian Castro es una de las historias más persistentes y dolorosas del show business mexicano.
Durante décadas, la versión oficial ha señalado a Manuel “El Loco” Valdés.
Sin embargo, el inconfundible parecido de Cristian con otro hombre ha alimentado rumores que se niegan a morir.

Ese hombre era Jorge Alberto Riancho.
Un locutor de radio carismático y talentoso, cuyo nombre desapareció del ojo público casi tan rápido como apareció.
Detrás de las cámaras, en el México conservador de los años setenta, Verónica Castro vivía una vida secreta, atrapada entre romances y un escándalo que podría haber destruido su ascendente carrera.
En las sombras de ese silencio quedó Jorge Alberto Riancho.
Olvidado por muchos, borrado por otros y finalmente devorado por una tragedia que pocos comprenden realmente.
Hoy desvelamos la verdad sobre la misteriosa vida y el desgarrador destino de este hombre, el supuesto padre biológico de la “Voz de México”.
EL RUMOR QUE NACIÓ EN UN LIBRO PROHIBIDO.

La controversia sobre la paternidad de Cristian Castro no comenzó en un tabloide.
Nació con un libro titulado Carne de Cañón.
La autora, Judith Chávez, conocida como la cantante Gabi Gabin en los setenta, había tenido una relación con Sergio Andrade, lo que le dio acceso al lado más oscuro y a las historias íntimas de la industria del entretenimiento mexicano.
El libro revelaba los polémicos “catálogos de Televisa”, junto con acusaciones de drogas distribuidas dentro de la empresa.
Debido a su contenido explosivo y controversial, la obra fue rápidamente bloqueada y su circulación desapareció durante años.
Resurgió brevemente después de que Gabi defendió su trabajo en el programa de Cristina Saralegui, para luego la autora desaparecer misteriosamente del ojo público.
No obstante, las impactantes historias contenidas en el libro fueron las que, con el tiempo, se vincularon con el misterio de Jorge Alberto Riancho y la verdad sobre Cristian Castro.
Según Carne de Cañón, en los años setenta, mientras Verónica Castro comenzaba su carrera, mantuvo relaciones sentimentales con varias figuras de Televicentro simultáneamente.
En ese momento, su romance público con Manuel “El Loco” Valdés ya era serio y duró más de cinco años, con rumores de infidelidad que eventualmente causaron la ruptura.
Pero el libro sugirió que, tras bambalinas, Verónica también estaba involucrada con Víctor Iturbe “El Pirulí” y con la figura ascendente de la radio: Jorge Alberto Riancho.
Riancho era un carismático locutor originario de Mérida, Yucatán, que se había popularizado en la estación 620 AM antes de saltar a la televisión.
Aparecería en producciones importantes como La Carabina de Ambrosio y Variedades de Medianoche, convirtiéndose en un rostro familiar.
El libro afirmó que la relación de Verónica con Valdés, Riancho e Iturbe se mantuvo al mismo tiempo.
Un secreto a voces en Televisa en ese entonces que se convirtió en la línea temporal enredada de la que nació la controversia sobre la verdadera paternidad de Cristian Castro.
LA EVIDENCIA VISUAL CONTRA LA HISTORIA OFICIAL.

Personas que habían pasado décadas detrás de cámaras en la industria confirmaron que las afirmaciones del libro, aunque exageradas, tenían algo de verdad.
Según ellos, Jorge Alberto Riancho era el verdadero padre de Cristian Castro, un secreto que había circulado en silencio durante años.
El parecido físico se convirtió en el argumento más poderoso para quienes dudaban de la paternidad de “El Loco” Valdés.
Si bien Cristian comparte algunos gestos con el Loco, presentaba características inconfundibles que lo vinculaban directamente a Jorge Alberto Riancho.
Los que comparaban los rostros uno al lado del otro juzgaban que las características físicas, las expresiones e incluso la manera de moverse de Riancho eran sorprendentemente similares a las de Cristian Castro.
No obstante, la historia oficial se mantuvo firme.
Verónica Castro nunca abordó esta versión públicamente, manteniendo a Manuel Valdés como el padre reconocido de su hijo.
De hecho, Cristian tuvo una relación distante y mínima con “El Loco” Valdés.
Pasaron más de 35 años antes de que se conocieran formalmente.
EL FIEL Y VEHEMENTE DESMENTIDO DE MARCOS VALDÉS.

El rumor encontró un férreo opositor en Marcos Valdés, hijo de “El Loco” Valdés y medio hermano de Cristian.
Marcos Valdés negó firmemente la premisa de Carne de Cañón y cualquier sugerencia alternativa.
Insistió en que Cristian era “sin duda, un Valdés”.
Para revivir el momento, Marcos recordó una conversación con Verónica Castro en la que ella le dijo: “Tu padre ha sido el amor de mi vida”, refiriéndose a “El Loco” Valdés.
Marcos afirmó con total confianza, “100%”, que Cristian era hijo de su padre.
Según él, la voz y el talento musical de Cristian eran prueba de la herencia artística de “El Loco”.
Para Marcos, las similitudes entre Cristian y su padre, incluyendo gestos y pequeñas expresiones que solo los hermanos comparten, eran inconfundibles.
A pesar del desmentido categórico de Marcos Valdés, muchos espectadores que compararon las imágenes de Cristian con Riancho y con “El Loco” quedaron con la decisión de sacar sus propias conclusiones, ya que las características faciales de Riancho eran casi idénticas a las de Cristian.
LA VOZ QUE MARCO UNA ÉPOCA Y SU TRÁGICO FINAL SIN RESOLVER.
Más allá del misterio de la paternidad, Jorge Alberto Riancho dejó una huella indeleble en la cultura mexicana.
Su voz, potente y carismática, fue sinónimo de grandes marcas y programas por más de dos décadas.
Comenzó haciendo locuciones comerciales icónicas para camiones Dina y luego para la pasta de dientes Colgate, con el famoso eslogan: “Protejo a mi familia con lo mejor”.
Su versatilidad lo llevó de la comedia en El rifle de Ambrosio a la promoción de vuelos transatlánticos para Aeroméxico.
En 1986, Riancho fue la voz de Canal 2, celebrando el mundial con la famosa línea: “Ah, viva la fiesta del fútbol en Exo, televisión, el canal del mundial México 86”.
Su voz se convirtió en parte del paisaje sonoro cultural de México.
Finalmente, la historia de Jorge Alberto Riancho, el hombre que encarnaba la voz y el carisma de una época, termina en una promesa no cumplida.
Su nombre desapareció, “devorado por una tragedia que pocos comprenden”.
A pesar de la promesa de revelar su “desgarradora muerte”, el misterio de cómo y por qué se extinguió su vida sigue sin resolverse.
Verónica Castro, por su parte, nunca se ha pronunciado sobre Riancho, manteniendo un silencio que solo ha magnificado la especulación.
La verdad sobre la paternidad de Cristian Castro queda suspendida entre el amor de una madre que protegió un secreto y la evidencia visual que insiste en contar otra historia.