¡Misterios sin resolver! 3 mitos del cine mexicano que nadie ha podido confirmar ni desmentir
La historia del cine mexicano está llena de pasajes ocultos, rumores sin confirmar y verdades a medias que han alimentado el imaginario popular por décadas.
Hoy repasamos tres de las historias más polémicas y comentadas: el supuesto hijo secreto de Jorge Negrete, la hija perdida de Sarita Montiel, y el aterrador caso de Joaquín Pardavé, quien habría
sido enterrado vivo.
Comencemos con Vitola y el rumor sobre Jorge Negrete.
Fanny Kauffman, mejor conocida como Vitola, fue una actriz y comediante canadiense que conquistó México con su singular estilo y figura.
Se casó con un diplomático regiomontano del que poco se sabe, y de esa unión nació el actor Humberto Elizondo.
Sin embargo, desde hace décadas, ha corrido el rumor de que el verdadero padre de Humberto fue nada menos que Jorge Negrete.
La teoría se sostiene principalmente en el sorprendente parecido físico entre ambos, y en el hermetismo sobre la identidad del supuesto diplomático.
A esto se suma que Jorge Negrete y Vitola trabajaron juntos y se conocían bien.
Aunque ella siempre lo negó, los rumores no han cesado.
¿Por qué no reconocerlo si fuera cierto? Algunos creen que fue por respeto a la memoria de Negrete, quien oficialmente solo tuvo una hija: Diana Negrete.
Hoy en día, los nietos del charro cantor, Lorenzo y Rafael, muestran un parecido innegable con su abuelo… pero también, curiosamente, con Humberto Elizondo.
¿Coincidencia? ¿O una verdad silenciada por décadas?
Pasemos al segundo caso, aún más misterioso: Sarita Montiel y la supuesta hija secreta.
La actriz española fue una de las mujeres más deseadas del cine de su época.
Sin embargo, siempre existieron dudas sobre su maternidad.
Se decía que era estéril o que una mala práctica médica la dejó imposibilitada para concebir.
Lo cierto es que adoptó oficialmente a dos hijos.
Pero un ex peluquero suyo aseguró a una revista que Sarita le confesó haber tenido una hija en México, a la que le dijeron al nacer que había muerto… cuando en realidad se la quitaron.
Esa hija, según el mito, habría crecido sin saber su origen y actualmente viviría en España.
Para alimentar aún más la teoría, una mujer apareció recientemente en redes sociales asegurando ser hija de Sarita y de Pedro Infante, algo que no tiene sustento documental.
De hecho, familiares de esta mujer la desmintieron públicamente, mostrando incluso fotos del verdadero padre.
Aunque la mujer guarda cierto parecido con Montiel, la falta de pruebas claras y las imprecisiones de su historia le restan credibilidad.
Además, está documentado que Sarita y Pedro Infante no se llevaban bien.
Aun así, este mito ha ganado fuerza en internet, atrapando a miles de curiosos.
¿Es solo una fantasía bien narrada… o hay algo más?
Y por último, el mito más macabro y perturbador: el supuesto entierro en vida de Joaquín Pardavé.
El actor, guionista y compositor murió el 20 de julio de 1955 a los 54 años, víctima de un derrame cerebral.
Pero poco después surgió el escalofriante rumor: Pardavé habría sido enterrado vivo, víctima de un estado cataléptico, una rara condición médica que puede simular la muerte al detener los
signos vitales perceptibles.
Según el mito, días después hubo que exhumarlo porque un documento importante quedó en su saco.
Al abrir el ataúd, supuestamente encontraron signos de desesperación en el cadáver: uñas rotas, rasguños en la tapa, y una expresión de terror.
Esta historia fue difundida por el diario La Prensa, y desde entonces se ha contado una y otra vez.
Sin embargo, su familia siempre lo desmintió rotundamente, aclarando que nunca hubo exhumación alguna.
Uno de sus sobrinos incluso dio declaraciones en radio y televisión negando todo.
Aun así, el mito persiste.
Y con razón: la idea de haber sido enterrado vivo por error médico es tan terrorífica que cuesta soltarla, incluso si no es verdad.
Estos tres casos muestran cómo el cine mexicano, además de arte, también ha sido escenario de leyendas, secretos y misterios.
Algunos nacieron de simples coincidencias físicas, otros de confesiones a medias y otros de rumores que jamás fueron desmentidos a tiempo.
Lo cierto es que estos relatos siguen vivos hoy en día gracias a quienes se niegan a dejar morir el misterio.
Porque en el fondo, el público no solo quiere recordar a sus ídolos… también quiere creer que sus historias no terminaron cuando se apagó la cámara.
Y por eso, estos mitos —aunque inverificables— seguirán siendo parte del folklore que rodea a las más grandes estrellas del cine mexicano.