💣 Una pelea épica, un millón perdido y un escándalo oculto: la historia REAL detrás de la enemistad entre Cantinflas y Jorge Negrete 😱
Todo comenzó con la fundación de la Asociación Nacional de Actores, la ANDA, en 1934, cuando un grupo selecto de artistas decidió crear un sindicato para proteger los derechos de los
trabajadores del espectáculo.
Entre los fundadores estaban dos leyendas: Mario Moreno “Cantinflas” y Jorge Negrete.
Aunque compartían apellido, talento y fama, pronto surgió entre ellos una rivalidad que marcó a fuego la historia del gremio artístico en México.
Cantinflas fue el primero en llegar al cargo de secretario general de la ANDA, de 1942 a 1944.
Luego, Jorge Negrete lo sucedió y volvió a ocupar el puesto en 1952.
Y fue precisamente ese año cuando estalló un escándalo que destapó todas las tensiones acumuladas.
En el centro del huracán estaba la actriz Leticia Palma, acusada de incumplimiento de contrato y, en un acto desesperado, de haber robado su propio expediente de los archivos del sindicato.
Jorge Negrete, en su calidad de líder, denunció públicamente el hecho.
Pero Palma contraatacó con una acusación aún más explosiva: afirmó que Jorge la había abofeteado y había intentado matarla arrollándola con su camioneta en pleno Paseo de la Reforma.
Las acusaciones eran escandalosas, pero lo que sucedió después fue aún más impactante.
Durante una asamblea celebrada en el teatro Iris, Leticia Palma reiteró las acusaciones frente a toda la comunidad artística.
En ese momento, Cantinflas, sorpresivamente, se levantó para apoyar a la actriz y lanzó una bomba: acusó a Jorge Negrete de haber malversado un millón de pesos de los fondos de la ANDA.
La tensión explotó.
Ambos se enfrentaron verbalmente, intercambiando insultos en pleno teatro.
Cantinflas llamó “charro” a Negrete con tono despectivo, y Negrete respondió llamándolo “chango”.
El escándalo había alcanzado su punto más alto.
Pero la historia dio un giro inesperado cuando se le pidió a Leticia Palma que precisara la fecha del supuesto intento de homicidio.
Su versión fue rápidamente desmentida por testigos que afirmaron que ese día Jorge estaba en una larga junta.
Peor aún, cuando se le pidió que describiera cómo iba vestido Jorge Negrete ese día, Leticia respondió “de traje”, pero se comprobó que vestía una chamarra.
Quedó en evidencia que había mentido.
Jorge fue exonerado públicamente.
Sin embargo, Cantinflas no se retractó.
Aseguró que la malversación de fondos debía investigarse.
El contador Francisco Castellanos explicó finalmente que Jorge sí usó el dinero, pero como vales de préstamo entregados a tres actores en situación difícil: Germán Valdés “Tin Tan”, María
Antonieta Pons y Pedro Infante.
Jorge nunca dijo nada públicamente para no perjudicar la reputación de sus colegas.
Su silencio, que casi destruye su imagen, fue en realidad un acto de dignidad.
Después del escándalo, se votó si Leticia Palma debía seguir en la ANDA.
Solo dos personas se levantaron a su favor: Cantinflas y su abogado.
Todo el resto del teatro apoyó a Jorge Negrete y exigió la expulsión de Leticia.
La actriz nunca volvió a filmar una película.
Décadas más tarde, en los años 90, Leticia revelaría que fue vetada no por Jorge Negrete, sino por el productor Óscar Brooks, quien la presionó para tener una relación íntima y, al ser rechazado,
la eliminó del medio.
Aunque sus diferencias eran públicas y notorias, Cantinflas y Jorge Negrete sabían dejar de lado el odio cuando se trataba de defender los derechos de los actores.
A pesar de todo, lucharon juntos en varias ocasiones por el bien común.
Pero la tensión nunca desapareció del todo.
Cuando Jorge murió en 1953, Cantinflas acudió a dar el pésame a María Félix, viuda del charro cantor.
Ella, conocedora del desprecio mutuo entre su esposo y Cantinflas, le respondió fríamente: “Gracias, pero ahórrate las lágrimas de cocodrilo”.
Así terminó una de las rivalidades más intensas y ocultas del espectáculo mexicano.
Detrás de los aplausos y los premios, había orgullo, heridas, traiciones y silencios que nunca sanaron.
La historia entre Cantinflas y Jorge Negrete no fue solo una disputa sindical: fue un duelo de egos que marcó una era entera del cine de oro.