💔 Cash Luna al borde del colapso: su esposa confirmó entre lágrimas lo que nadie quería creer
Carlos Enrique Luna Lam, mejor conocido como Cash Luna, comenzó su historia como un joven guatemalteco criado por una madre soltera, sin saber que con el tiempo se convertiría en uno de los pastores más controvertidos
de América Latina.
Desde pequeño adoptó el apodo “Cash”, supuestamente por dificultad para pronunciar su nombre.
Pero irónicamente, esa palabra –dinero– acabaría definiendo su ministerio.
A los 30 años, ya casado y con hijos, fundó junto a su esposa Sonia la iglesia Casa de Dios.
Comenzaron con poco, predicando en salones alquilados.
Pero lo que siguió fue una expansión sin precedentes: auditorios colapsados, megaproyectos multimillonarios, templos de 270,000 metros cuadrados, tecnología de punta y un sistema que no solo organizaba cultos, sino que
operaba como una ciudad autónoma con tiendas, comida, cajeros y merchandising religioso.
Todo supuestamente financiado con “ofrendas voluntarias”.
Sin embargo, las dudas surgieron.
¿Cómo alguien que predica humildad vive rodeado de lujos? ¿De dónde salieron los millones para construir semejante imperio? En 2018, un reportaje de Univisión encendió la mecha: lo llamaron “el magnate de Dios” y lo
vincularon directamente con una figura temida del narcotráfico guatemalteco, Marllord Chacón, alias “La Reina del Sur”.
Las acusaciones eran demoledoras: vínculos financieros, asesorías personales, y transferencias de dinero sucio a la iglesia.
Testimonios de informantes aseguraban que Luna no solo sabía del origen de esos fondos, sino que los exigía con frecuencia.
Y lo más perturbador: su casa compartía entrada con la de Chacón.
Como si eso no fuera suficiente, cuando intentó frenar la publicación demandando a Univisión, perdió el caso.
La Corte de Florida falló en su contra por falta de pruebas.
Pero en Guatemala, con sus conexiones políticas, logró detener la investigación local gracias a una maniobra legal que bloqueó todo intento de indagación.
El caso fue archivado… pero no olvidado.
Las sombras seguían creciendo.
A esto se sumaban los escándalos personales: un jet privado comprado con una empresa registrada en Delaware, mansiones con zoológico privado, constantes viajes a Costa Rica sin explicación clara, eventos con entradas de
hasta 330 dólares y, según denuncias, cobros de hasta 100,000 dólares por una sola presentación.
A lo largo de los años, Cash Luna ha sido criticado por predicar una “teología de la prosperidad” mientras miles de sus fieles viven en pobreza.
Se burló públicamente de la situación económica de Guatemala, insinuó que Satanás habría usado al país para tentar a Jesús, y declaró que un verdadero creyente no solo es hijo de Dios, sino “Jehová Junior”.
Sus bromas sobre las Escrituras, como decir que Pedro estaba “drogado” cuando escribió sobre el rol de la mujer, le valieron indignación incluso dentro de círculos cristianos.
Pero lo más devastador ocurrió en 2014.
Durante un evento en México, Luna declaró “sana” a una adolescente de 15 años que padecía trombosis cerebral.
Horas después, la joven murió de un paro cardíaco.
El escándalo fue tal que su familia exigió explicaciones.
¿Dónde estaba el milagro? ¿Cuántas veces más la fe ciega podría costar vidas?
A medida que los años pasaron, la salud de Luna comenzó a resentirse.
Su esposa Sonia, una figura siempre presente pero hasta entonces discreta, rompió en llanto en una reciente conferencia privada al confesar que su esposo está atravesando una crisis espiritual y física.
Admitió que han sido años duros, y que hay cosas que ni ella logró entender del todo.
“Solo Dios sabe cuánto hemos callado”, dijo entre lágrimas.
A sus 62 años, Cash Luna habla de sus errores con un tono más reflexivo.
Pero para muchos, sus palabras llegan tarde.
Las heridas son profundas.
Los escándalos han dejado huellas imborrables.
Lo que en su momento fue considerado una obra divina, hoy es visto por muchos como el símbolo máximo del evangelio convertido en negocio.
Mientras su familia se prepara para heredar el legado, y sus hijos asumen roles cada vez más protagónicos en la iglesia, la pregunta persiste: ¿es realmente Cash Luna un líder espiritual o el rostro más evidente de una fe
deformada por el poder y el dinero? La historia de este pastor no ha terminado, pero lo que su esposa reveló es quizás la señal más clara de que algo se quebró, incluso dentro de su círculo más cercano.
Y esa verdad, por fin, comienza a salir a la luz.
