🤯 Del Set al Silencio: El Amor Prohibido de Tenoch y Natalia Que Podría Haber Dejado un Hijo 👶🏼🔒

Fue en 2015 cuando la tensión se volvió palpable.

Natalia Lafourcade, resurgiendo con fuerza tras una etapa emocionalmente oscura, lanzó Hasta la raíz, un disco íntimo que hablaba de amor, heridas abiertas y sanación lenta.

Una de esas canciones —“Nunca es suficiente”— se volvió himno… y también la puerta a uno de los vínculos más crípticos de la música y el cine mexicano.

Para el videoclip, Natalia eligió personalmente a Tenoch Huerta, entonces conocido por su intensidad actoral, pero aún lejos de la fama internacional que lo esperaba como Namor en Black Panther: Wakanda

Forever.

Lo que ocurrió en el set, según testigos y publicaciones de la época, fue pura electricidad.

Rodado en los estudios Churubusco, el video no solo mostraba una historia de amor destructivo.

Mostraba miradas que traspasaban el guion.

Gestos que no parecían actuación.

Ella lo llamó uno de sus actores favoritos.

Él no dijo mucho…hasta ahora.

A sus 44 años, Tenoch ha roto el silencio, admitiendo que hubo “algo más”.

No lo nombra.

No dice cuándo empezó.

Pero lo que sugiere en entrevistas recientes basta para encender una tormenta: hubo una conexión real, y fue más allá del arte.

Diversos medios —El Universal, Milenio, El Heraldo— ubicaron ese “algo más” entre mediados y finales de 2015.

Breve, pasional, tóxico.

Sin etiquetas oficiales, sin selfies románticas.

Solo susurros en camerinos, letras crípticas y una furcada visiblemente vulnerable en entrevistas.

“Este disco me sanó”, decía.

“Fue para alguien que me rompió”.

¿Era Tenoch ese alguien?

La intensidad no duró.

Él desapareció hacia nuevos proyectos.

Ella, hacia nuevas melodías.

Pero el silencio nunca fue total.

En redes, pequeñas pistas.

Agradecimientos ambiguos.

Y luego…el abismo.

Pasaron años sin que volvieran a cruzarse públicamente.

Hasta que en 2023, Natalia le escribió.

Solo unas palabras, suficientes para remover lo que ambos creyeron enterrado.

Él lo reveló sin dar detalles.

Ella, en conferencia de prensa, confirmó que su experiencia con Tenoch fue de respeto.

Pero no dijo más.

Porque había otra verdad acechando entre líneas.

Un embarazo.

En julio de 2025, Natalia Lafourcade sorprendió al mundo al anunciar que está embarazada de cinco meses.

El tono fue íntimo, las fotos naturales.

Pero faltaba algo: el nombre del padre.

Los fans notaron rápidamente la ausencia de Juan Pablo López Fonseca, su esposo desde 2021.

Un cineasta que había sido figura constante en su vida… hasta hace poco.

Ya no aparecía en sus redes.

Ya no se hablaba de él en sus entrevistas.

Y lo más extraño: Natalia no lo mencionó al anunciar la llegada de su primer hijo.

La especulación estalló.

Algunos apuntaron de inmediato a Tenoch.

No era la primera vez.

En 2024 se les había vinculado durante una campaña por la representación indígena en las artes.

Se les vio juntos en eventos privados.

Compartieron paneles.

Y aunque ninguno lo confirmó, los rumores nunca murieron del todo.

Ahora, con el embarazo y el silencio de Natalia, han vuelto con más fuerza que nunca.

Tenoch, por su parte, vive su propio huracán.

Enfrentó en 2023 acusaciones de agresión sexual por parte de la activista María Elena Ríos, quien lo señaló de “stealthing” —retiro no consensuado del condón—, una forma reconocida de violencia sexual.

Él lo negó con firmeza, calificando la acusación como falsa y devastadora.

Aun así, perdió papeles, amistades y tranquilidad.

En 2024 reveló haber sido amenazado anónimamente.

Incluso denunció un intento de extorsión.

Y aunque no existen cargos penales en su contra, su imagen quedó dividida.

¿Tiene sentido, entonces, que en medio de ese caos, haya recibido un mensaje de Natalia? ¿Que hayan coincidido otra vez en 2024 y que, meses después, ella esté embarazada…

pero sin aclarar quién es el padre?

Las coincidencias son demasiadas.

Los medios no paran de preguntarse.

La periodista Lorena de Iturbide fue directa: “Ese silencio dice más que mil palabras”.

Y es que para una artista tan transparente como Natalia, que no nombre al padre de su hijo en un momento tan significativo, sugiere algo más profundo.

¿Está protegiendo a alguien? ¿Está evitando una tormenta? ¿O simplemente hay heridas que nunca se cerraron?

En paralelo, la industria empieza a hablar en voz alta.

El actor Raúl Briones respaldó las acusaciones contra Huerta, asegurando que “todos sabían lo que era” y que el caso de Ríos fue solo “la gota que derramó el vaso”.

Las palabras duelen.

La presión crece.

Y el silencio de Tenoch sobre el embarazo solo echa leña al fuego.

¿Es posible que el hijo que Natalia lleva sea de él?

Ninguno lo confirma.

Ninguno lo niega.

Pero lo cierto es que, por primera vez en años, Tenoch parece agitado.

En entrevistas evita el tema.

Natalia, por su parte, ha centrado su discurso en la música y la transformación.

“Estas canciones nacen de confrontar la oscuridad y buscar la luz”, dijo en un escenario europeo.

Pero el brillo de la maternidad viene con sombra.

Y los ojos del público no parpadean.

Mientras tanto, sus representantes insisten en que no hay nada más que agregar.

Que la prioridad es la salud, el arte y la vida.

Pero todos lo sienten: esta historia aún no termina.

Y quizás, lo que comenzó como una colaboración musical se haya transformado en un lazo imposible de cortar.

Porque si algo nos ha enseñado Natalia con sus canciones… es que hay dolores que nunca se van.

Y si algo ha mostrado Tenoch con su carrera…es que algunos papeles, por más que terminen, dejan marcas.

Entonces, ¿qué sigue?

Quizá una confesión.

Quizá otro silencio.

Pero si algo es seguro, es esto: el eco de aquel “Nunca es suficiente” aún retumba en el aire.

Y lo que fue un videoclip… podría ser, en realidad, la escena más real de sus vidas.