🔥 ¡ROMPE EL SILENCIO! El nieto de Cantinflas revela verdades que México nunca quiso escuchar
La historia de Cantinflas no solo se escribe con carcajadas y aplausos.
Según revelaciones explosivas de su nieto, detrás del hombre que puso a México y al mundo entero a reír, existía un personaje complejo, contradictorio y, en ocasiones, dolorosamente humano.
Mario Moreno Reyes, mejor conocido como Cantinflas, creció en una vecindad del centro de la Ciudad de México, en medio de carencias económicas y una familia numerosa.
Desde muy joven tuvo que buscar el sustento trabajando como telegrafista, boxeador, soldado, y artista de carpas, donde realmente nació el personaje que lo llevaría a la eternidad.
Pero el origen de su nombre artístico tiene un giro curioso.
Durante una de sus presentaciones, al quedarse en blanco, improvisó de forma tan peculiar que un espectador ebrio gritó “¡Cantinflas!”, bautizándolo accidentalmente para siempre.
Desde entonces, ese nombre se convirtió en leyenda.
En 1936 debutó en el cine con No te engañes corazón, pero fue con Ahí está el detalle que se consolidó como ícono de la comedia popular, conectando con el pueblo mexicano como nadie más.
Lo que muy pocos sabían hasta ahora, es que su familia guardaba secretos difíciles de asimilar.
Según su nieto, Cantinflas fue un hombre profundamente marcado por sus orígenes humildes, pero también por sus decisiones en la vida personal.
A pesar de estar casado durante más de 30 años con Valentina Ivanova, una bailarina rusa a quien adoraba, el actor fue conocido por sus numerosos romances, muchos de los cuales habrían derivado en
situaciones turbias.
Entre ellos, un supuesto hijo con Rosario “Charito” Granados, a quien nunca reconoció legalmente, pero cuya existencia ha sido confirmada por periodistas como Miguel Ángel Morales.
Y si eso no fuera suficiente, otra figura se suma al drama: Irán Eory.
La actriz habría mantenido una relación con Cantinflas que incluso llegó a poner en riesgo su vínculo con su familia.
Según se cuenta, el propio hijo adoptivo del actor habría amenazado con dañar a su padre si formalizaba la relación.
Todo terminó con una bofetada y una ruptura definitiva, marcada por el escándalo y la tensión familiar.
El nieto también reveló episodios oscuros con otras mujeres, como Miroslava Stern, actriz que supuestamente cayó en una profunda depresión luego de que Cantinflas le prometiera un futuro que nunca cumplió.
La tragedia de Miroslava habría estado marcada por las ilusiones rotas y una carta devastadora en la que el comediante le confesó que nunca dejaría a su esposa.
Incluso se mencionan figuras como Rosita Fornés, quien fue cortejada por el actor en una historia donde los padres de la artista descubrieron que sus intenciones eran mucho más superficiales de lo que
aparentaban.
En la cima de su fama, el personaje de Cantinflas también fue objeto de polémica.
Un debate encendido surgió por las similitudes con “Chupamirto”, un personaje de cómic creado en 1927 por Jesús Acosta Cabrera.
La ironía fue que el propio Acosta terminó diseñando los cómics y afiches de las películas de Cantinflas, lo que abrió aún más las especulaciones sobre si el personaje era realmente una creación original o una
adaptación disimulada.
Pero eso no es todo.
En 1989, una exempleada doméstica, Joc Chat, lo demandó por presunto maltrato, alegando una supuesta relación sentimental con él.
Aunque el caso no prosperó judicialmente, puso nuevamente en tela de juicio el comportamiento íntimo de Cantinflas y su trato hacia las mujeres que lo rodeaban.
A pesar de estas revelaciones impactantes, su nieto defiende el legado de su abuelo como símbolo de lucha, resiliencia y conexión con el pueblo.
Reconoce sus errores, pero también destaca el lado humano de un hombre que vivió entre luces y sombras.
La figura de Cantinflas, a pesar de las polémicas, sigue viva en el corazón de México.
Sus películas aún hacen reír a millones y su influencia se extiende incluso al lenguaje: el verbo “cantinflear” forma parte oficial del diccionario como testamento de su estilo único.
Sin embargo, el mayor golpe emocional de la historia llegó con la muerte de Valentina, su esposa.
Ese momento, según su nieto, dejó a Cantinflas completamente roto.
Y aunque intentó seguir adelante, nunca volvió a ser el mismo.
Su adopción de Mario Arturo, a quien amó profundamente, también fue motivo de especulación.
Algunos rumores sugerían que no era adoptado, sino hijo biológico de una de sus amantes, concretamente Mary Roberts, una joven estadounidense que vivió una breve y enigmática historia con el actor.
Cantinflas murió el 20 de abril de 1993, y México lloró como nunca antes.
El país se paralizó durante tres días, y hasta el Congreso de los Estados Unidos le rindió homenaje con un minuto de silencio.
Fue enterrado como un verdadero ídolo nacional, pero ahora, décadas después, su nieto nos recuerda que incluso los más grandes esconden heridas que la fama no puede curar.
Hoy, su legado sigue más vivo que nunca, pero esta vez no solo con risas, sino también con una verdad que por fin sale a la luz.
Cantinflas no fue un hombre perfecto, fue un hombre real, complejo, apasionado, contradictorio.
Y quizás, justamente por eso, fue tan grande.
