🕊️💔 La TRISTE historia detrás del fallecimiento de Omar Geles: el vallenato con Karol G que jamás llegó
Era un martes cualquiera en Valledupar, capital mundial del vallenato.
El sol brillaba, la música resonaba como de costumbre en las calles y Omar Geles, acordeonista y poeta de pueblo, decidía pasar su tarde jugando un partido de tenis.
Nadie imaginaba que esa rutina aparentemente inofensiva sería la última.
En plena cancha, el maestro cayó.
Un infarto fulminante terminó con su vida y dejó a Colombia con un vacío imposible de llenar.
Pero más allá del dolor por su muerte, lo que ha estremecido al país y al mundo es lo que Omar Geles no pudo hacer antes de partir: cumplir su más reciente sueño musical.
Un anhelo que compartió públicamente en sus redes sociales, con palabras llenas de ilusión y admiración.
Su objetivo era claro: grabar un vallenato con Karol G.
El deseo nació en 2021, cuando Karol G, en el marco de su “Bichota Tour”, se presentó en Medellín e hizo algo que nadie esperaba.
En medio del concierto, interpretó “Tarde lo conocí”, una de las composiciones más emblemáticas de Omar Geles, popularizada en su momento por la inolvidable Patricia Teherán.
La sorpresa fue total.
Nadie en el público podía creer que una de las máximas exponentes del reguetón y la música urbana se lanzara a cantar un clásico del vallenato con esa entrega y respeto por el género.
El momento fue mágico.
Karol G, rodeada de luces y ovaciones, tomó el micrófono y dejó que su voz acariciara la melodía compuesta por Geles décadas atrás.
Fue un homenaje inesperado, sentido y completamente auténtico.
Y lo más importante: fue el detonante para que Omar, conmovido hasta los huesos, expresara su mayor ilusión.
“Gracias Karol.
Anoche no pude ir, pero ya estoy en el avión a verte hoy.
Me muero por hacer un vallenato contigo”, escribió Omar Geles en su cuenta de Instagram, con el corazón lleno de emoción.
“Dios siga bendiciendo tu hermosa carrera y tu talento bestial”, añadió, dejando claro el profundo respeto que sentía por la artista urbana.
Para él, Karol no era solo una intérprete de reguetón; era una estrella con la sensibilidad suficiente para comprender las raíces de su país.
Omar se sorprendía por varias razones: primero, por la manera en que Karol G se entregó al vallenato; segundo, por el respeto que mostró hacia una canción que él mismo había compuesto con el alma; y tercero,
porque nunca esperó que una artista de ese calibre incluyera su obra en el concierto más grande de Colombia en ese año.
Ese gesto fue más que una interpretación: fue una conexión musical entre generaciones, entre géneros, entre almas.
Desde ese momento, Omar Geles alimentó la esperanza de que algún día compartirían estudio, que unirían sus voces y talentos para crear una pieza única.
Soñaba con ver su nombre junto al de Karol en una canción que recorriera el mundo.
El vallenato, pensaba él, merecía una nueva vida, una renovación.
Y Karol, en su mirada, era la llave para abrir esa puerta.
Pero ese momento jamás llegó.
El fallecimiento de Geles a los 57 años cortó ese sueño de raíz.
No hubo oportunidad de reunión, ni llamada, ni demo, ni estudio.
Solo quedó el deseo y las palabras plasmadas en sus redes como testimonio de una ilusión que nunca se concretó.
La noticia de su muerte corrió como pólvora.
En Colombia, los medios pararon sus transmisiones habituales para rendir homenaje a su legado.
Desde los barrios más humildes hasta las élites del entretenimiento, todos lloraron la partida del hombre que escribió “Los caminos de la vida”, himno inmortal que ha acompañado a millones en sus momentos
más duros.
Karol G, hasta el momento, no ha hecho una declaración pública sobre la muerte de Omar.
Pero en redes, sus fanáticos han recordado aquel instante en el que cantó “Tarde lo conocí” con una pasión que tocó el alma del maestro.
Y hoy, más que nunca, ese homenaje toma otro significado: fue un adiós anticipado, un regalo que el destino permitió dar antes de que todo terminara.
El legado de Omar Geles no se mide solo por sus composiciones.
Se mide por los corazones que tocó, por las voces que interpretaron sus letras, por los escenarios que estremeció con su acordeón.
Y en ese legado, aunque no se haya grabado, queda también la canción que nunca fue: el vallenato junto a Karol G que él soñó y que ahora vive solo en la imaginación de los que lo querían.
En un mundo que olvida rápido, el vallenato no olvidará jamás al poeta de los pueblos.
Y tal vez, en honor a su sueño, algún día Karol decida grabar ese vallenato pendiente.
No por contrato, no por fama, sino por el alma de un artista que la admiró y que, hasta su último respiro, creyó en la magia de la música.
Omar Geles murió con un deseo en el corazón.
Y ese deseo, aunque truncado, se ha convertido en símbolo.
Porque a veces, los sueños que no se cumplen en vida, se hacen eternos en la memoria.