💔 ¡Lucero rompe el silencio! La verdad más dolorosa sobre Manuel Mijares que estuvo oculta por años 😱
Fue la pareja más querida de México, un romance de cuento que parecía indestructible.
Manuel Mijares y Lucero construyeron no solo una historia de amor pública, sino una familia, una carrera conjunta y una imagen que se grabó en la memoria colectiva.
Pero la realidad, como ahora revela Lucero, fue mucho más dolorosa, compleja y silenciosamente devastadora de lo que nadie imaginaba.
En una entrevista que sacudió a toda la audiencia, Lucero habló por primera vez con una sinceridad brutal: “Lo amaba, pero me estaba volviendo loca.
Escuchaba voces femeninas al otro lado del teléfono.
Él siempre tenía una respuesta, pero yo sabía que algo no estaba bien”.
Fue el inicio de una confesión que desenterró años de dudas, angustias calladas y heridas jamás cerradas.
Mijares, un artista que ha mantenido una trayectoria impecable durante más de 40 años, también ha vivido una vida marcada por el dolor desde antes de la fama.
Perdió a sus padres siendo muy joven: primero a su padre, el doctor José María Mijares, a los 20 años, y poco después a su madre, María del Pilar Morán, su mayor apoyo emocional y artístico.
Aquellas muertes lo dejaron con una herida emocional profunda que, como él mismo confesó, jamás sanó.
“Con ella se fue mi compañera de alma”, dijo alguna vez.
Estas pérdidas moldearon a un hombre que, aunque romántico en el escenario, llevaba dentro una tristeza persistente, una necesidad de llenar vacíos que ni el éxito, ni los premios, ni el amor lograron borrar
completamente.
Lucero, su compañera durante casi 14 años, vivió de cerca esos vacíos.
Compartieron escenario, hogar, hijos y hasta proyectos musicales.
Pero también compartieron la distancia, las giras interminables, la soledad de dos artistas que siempre estaban entre maletas y escenarios.
Y en ese ir y venir constante, el amor comenzó a fracturarse.
“No fue una sola cosa, sino pequeñas grietas que terminaron por romperlo todo”, confesó ella.
La sospecha de una infidelidad, que tomó fuerza con la aparición de Clara Elena González en 2018 asegurando que Mijares tenía un hijo ilegítimo, fue la gota que desbordó un vaso lleno de dudas y dolor.
Aunque la prueba de ADN descartó toda paternidad, Lucero reveló que la sombra de aquella historia ya había existido dentro de su matrimonio mucho antes del escándalo mediático.
“Había noches en que me iba a dormir con el corazón encogido.
Lo amaba, pero no podía confiar completamente”, dijo.
No hubo gritos, ni peleas públicas.
Lo que hubo fue algo más silencioso pero igual de corrosivo: la erosión lenta de la confianza.
Y cuando decidieron separarse en 2011, no fue por falta de amor, sino por exceso de desgaste.
Se amaban, pero el amor ya no bastaba para sostener un matrimonio que se venía desmoronando por dentro.
A pesar de todo, nunca se convirtieron en enemigos.
Su respeto mutuo, la devoción por sus hijos y la conexión artística que aún persiste los ha mantenido cerca, incluso después de la separación.
“Él fue el amor de mi vida, y quizás todavía lo sea de alguna forma”, confesó Lucero, dejando claro que aunque el romance terminó, el vínculo emocional jamás desapareció del todo.
La historia de Manuel Mijares, sin embargo, va mucho más allá de los escándalos personales.
Su carrera es una epopeya musical forjada con disciplina, pasión y una constancia inquebrantable.
Desde su debut en el concurso Valores Juveniles, hasta su consagración con temas como “Bella” o “Para Amarnos Más”, Mijares ha conquistado generaciones enteras con su voz melódica y su estilo inconfundible.
Ha representado a México en festivales internacionales, vendido millones de discos y realizado giras que lo llevaron desde Japón hasta Estados Unidos.
Pero mientras el público celebraba sus éxitos, él seguía lidiando con una lucha interna que nunca abandonó del todo: demostrarle a sus padres, dondequiera que estén, que su camino valía la pena.
A lo largo de los años, Mijares ha enfrentado momentos difíciles que lo pusieron al borde de la caída: fracasos comerciales como el disco “Nuda Liberta” en italiano, la incursión frustrada en el cine tras “Escápate
Conmigo”, e incluso el escándalo del supuesto hijo ilegítimo.
Pero en cada tropiezo, volvió más fuerte.
Con serenidad, con respeto y con una actitud que muchos consideran ejemplar.
Su respuesta al escándalo de paternidad fue clara: someterse a una prueba de ADN sin escándalos, sin declaraciones altisonantes.
“Me sentí mal por el niño, no tiene culpa de nada”, dijo, mostrando una empatía que desarmó a sus detractores.
Esa misma dignidad ha guiado su vida financiera.
Con una fortuna estimada entre 10 y 15 millones de dólares, Mijares ha vivido con discreción, sin excesos ni lujos desmedidos.
Prefiere una vida sobria, centrada en su arte y en su familia.
Tiene propiedades en zonas exclusivas como Polanco y Lomas de Chapultepec, así como un rancho en Valle de Bravo donde se retira a componer, a reflexionar y a reconectarse con su esencia.
Allí, lejos de los reflectores, sigue escribiendo música y compartiendo tiempo con sus hijos, José Manuel y Lucero, los dos grandes amores de su vida.
Hoy, tras décadas de carrera, Manuel Mijares no solo es una leyenda viva de la música latina, sino también un hombre que ha sabido reinventarse, sobrevivir a las pérdidas, sanar las heridas del pasado y mantener
la cabeza en alto incluso en medio de los escándalos.
La confesión reciente de Lucero no busca destruirlo, sino mostrar al ser humano detrás del artista: vulnerable, contradictorio, pero profundamente humano.
Esa es quizás la verdad más dolorosa… y también la más hermosa.
Porque demuestra que incluso los ídolos sufren, dudan, se equivocan y aún así siguen adelante.
Y eso, más allá de cualquier canción, es lo que hace que millones sigan amando a Manuel Mijares.