Sergio Vargas Rompe en Llanto y Confiesa la Premonición que Tuvo Antes de la Muerte de Ruby Pérez

💔 Sergio Vargas Rompe en Llanto y Confiesa la Premonición que Tuvo Antes de la Muerte de Ruby Pérez

Cantante dominicano Sergio Vargas dio escalofriante testimonio sobre la  discoteca donde murió su colega, el merenguero Rubby Pérez | NTN24.COM

A sus 65 años, Sergio Vargas no se guardó nada.

Frente a cámaras, frente al país, frente al duelo, rompió el silencio con una confesión tan dolorosa como reveladora.

Lo que parecía un homenaje terminó siendo una catarsis.

Un grito de rabia, de tristeza, pero también de amor.

Todo comenzó con una llamada a la 1:30 de la madrugada.

Oliver le daba la noticia que su alma ya sospechaba: Ruby Pérez se había ido.

Y no de cualquier forma.

Se había ido como vivió: cantando, en una tarima que jamás debió estar habilitada.

Pero lo que más lo impactó a Sergio fue recordar que, apenas dos semanas antes, él mismo había estado en ese mismo escenario.

“A mí me pudo tocar también”, dijo.

Esa noche, Ruby también había hecho un comentario que hoy cobra un nuevo significado: “Cómprate una casa en Houston conmigo”.

Como si estuviera despidiéndose sin decirlo.

El Avance

Sergio y Ruby compartían mucho más que escenarios.

Compartían vida.

Una hermandad que venía desde los días en que ninguno tenía nada, ni fama, ni dinero, ni siquiera zapatos propios.

Y sin embargo, Ruby siempre lo trató como a un igual.

Como alguien que, aunque no encajara en el molde, merecía su lugar.

Sergio lo recuerda con devoción: “Cuando él cantaba, el mundo se callaba.

Nadie tenía su voz.

Nadie tenía su alma”.

Pero también recuerda el dolor.

La ausencia.

El vacío.

Porque Ruby ya no vivía en República Dominicana.

Sergio Vargas y Rubby Pérez, en concierto hoy | Acento

Se había hecho una vida en Nueva York, donde era leyenda viva.

Pero esa noche fatídica regresó a su tierra para recibir un homenaje.

Un reconocimiento.

Y fue en ese mismo homenaje donde perdió la vida.

Bajo una estructura negligente.

En un lugar que nadie cuestionó.

“Jesé parecía firme, pero era una bomba de tiempo”, dice Sergio con rabia contenida.

Esa rabia se mezcla con una tristeza que no logra disimular.

“Yo no podía cantar sobre el cadáver de mi amigo”, confiesa.

Pero lo hizo.

Lo hizo porque en Puerto Rico, las autoridades prometieron convertir su presentación en un tributo, no en una fiesta más.

Y porque él sabía que Ruby merecía ser despedido cantando.

Quién es Rubby Pérez y de qué murió?

Mientras hablaba, Sergio recordó detalles que hielan la sangre: personas que no iban nunca a ese sitio y que justo ese día estuvieron allí.

Hijos de políticos, figuras públicas, músicos, todos atrapados en una noche trágica.

Una ruleta macabra donde cada quien estuvo ahí por un capricho del destino.

“Si Antonio no hubiese estado en la feria, estaría muerto también”, suelta, dejando al público sin aliento.

Y luego llegó la confesión más dura: la última conversación con Ruby.

Un abrazo, un te amo, una promesa de cantar juntos.

Pero también un quiebre emocional que dejó a Sergio sin voz, sin voluntad, sin fuerzas.

“Pensé que al verte me iba a poner a llorar.

Pero aquí estoy.

La hicimos”, dice con los ojos cristalinos.

Rubby Pérez: el recorrido de toda una vida amparado en el Salmo 103

Lo más poderoso de sus palabras no fue el dolor.

Fue la enseñanza.

Sergio no solo lloró a su amigo, lo honró.

Lo convirtió en símbolo.

Porque Ruby no fue solo un cantante.

Fue un maestro de vida, un filántropo silencioso, un alma buena que no hacía ruido, pero que cambiaba vidas.

“Yo lo vi alquilar una casa entera para ayudar a heridos del terremoto de Haití”, cuenta.

Nadie lo supo.

Nadie lo publicó.

Porque Ruby no buscaba cámaras, solo ayudar.

Y por eso, su muerte duele tanto.

Porque fue injusta.

Porque no era su momento.

La voz más alta del merengue se une al Negrito de Villa en concierto  «Merengueros» – 3 Chismes y 1 Café

Porque no se fue por enfermedad, ni por vejez.

Se fue por descuido.

Por negligencia.

Por irresponsabilidad de quienes debían asegurar que un escenario no se convirtiera en una tumba.

Sergio lanza una advertencia: “Esto no puede volver a pasar.

Los músicos no somos carne de cañón.

No podemos seguir tocando en sitios que nadie revisa.

Esta vez fue Ruby.

Mañana puede ser cualquiera”.

Pero también deja un mensaje de paz.

Uno que aprendió en un sueño con su padre.

“Hijo, tienes que dejar de sufrir para que yo pueda descansar.

” Y esa frase cambió su vida.

Lo llevó a entender que el duelo solo se sana cuando se transforma en gratitud.

En recuerdo.

La voz más alta del merengue": Rubby Pérez, el artista dominicano que llegó  a la música por un accidente y perdió la vida tras el derrumbe en la  discoteca Jet Set

En amor.

Por eso, decidió soltar.

Soltar el dolor.

La rabia.

Y abrazar el recuerdo de Ruby con alegría.

Con honor.

Con la certeza de que su voz sigue viva en cada merengue bien hecho, en cada tarima bien pisada, en cada nota cantada desde el alma.

Porque Ruby no se fue.

Ruby está en cada canción, en cada historia que dejó, en cada músico que ayudó, en cada fan que lo sigue cantando.

Sergio lo resume en una frase que queda para la historia: “No murió solo Ruby.

Murió una parte de todos nosotros”.

Y por eso, cuando suba otra vez a una tarima, Sergio Vargas sabe que no estará solo.

Porque su hermano de vida lo seguirá acompañando, como una melodía eterna que ni la muerte puede apagar.

Related Posts

Our Privacy policy

https://colombia24h.com - © 2025 News