💔🇨🇴 “MINUTOS ETERNOS”: EL TESTIMONIO DEL PRIMER MÉDICO QUE SALVÓ A MIGUEL URIBE TURBAY TRAS EL ATENTADO QUE SACUDIÓ A COLOMBIA 🔫🕊️
En la noche del 7 de septiembre de 2024, Bogotá vivió uno de los momentos más tensos y dolorosos de los últimos años. El senador Miguel Uribe Turbay, nieto del expresidente Julio César Turbay, cayó herido de bala en un atentado sicarial que, según las investigaciones, fue ordenado desde una cárcel por estructuras criminales vinculadas a disidencias de las FARC.
Cincuenta días después, por fin habló el hombre que fue su primer contacto con la vida tras la tragedia: el doctor Marco García García, neurocirujano de la clínica Medicentro Familiar de Fontibón. Su relato —crudo, humano y estremecedor— revela el instante exacto en que la línea entre la vida y la muerte dependió de unos segundos.

🩸 “LLEGÓ INCONSCIENTE, SIN PODER RESPIRAR”
“Llegó con pérdida severa de conciencia y sin reflejos respiratorios”, recuerda el doctor García.
En ese momento, su instinto médico se impuso al miedo: había que actuar o el senador moriría en cuestión de minutos.
“Tuvimos que entubarlo de inmediato. Pusimos el tubo hacia los pulmones para que el cerebro no se quedara sin oxígeno. Su sangrado era abundante, su estado crítico. No podía hacerlo por sí mismo.”
Mientras el equipo de enfermeros corría por medicamentos, oxígeno y compresas, García observó la herida:
la bala había entrado por la parte posterior del cráneo, fracturando el hueso y quedándose alojada en el interior.
“No había orificio de salida. Eso era lo más grave. Sabíamos que algo muy delicado íbamos a encontrar.”
En ese instante, las manos del médico se convirtieron en el último escudo de Miguel Uribe.
⚖️ “MINUTOS ETERNOS ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE”
El neurocirujano, acompañado de internistas y personal de urgencias, logró estabilizarlo lo suficiente para mantener sus signos vitales.
Cada minuto contaba.
“Fueron minutos… casi segundos. Hicimos control de sangrado, vendaje compresivo, acceso venoso y arterial para mantener presión. Fueron 17 minutos eternos hasta poder entregarlo a la Fundación Santa Fe.”
Mientras tanto, la esposa del senador, María Claudia, llegó desesperada a la clínica.
El doctor recuerda ese momento con un nudo en la garganta:
“Ella le hablaba, le decía: ‘Mi amor, te esperamos en casa. Colombia te necesita’.
Y yo, como padre, también le hablé. Le dije que no se rindiera, que ya había trabajado por su país, que aún podía hacerlo más.”
El traslado en ambulancia fue una carrera contrarreloj.
Cada semáforo, cada bache, cada segundo de tráfico podía ser el último.
“Íbamos limpiando sangrados adicionales, revisando el monitor, vigilando el ventilador.
Esos 20 minutos fueron los más largos de mi vida.”
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🧠 EL IMPACTO EN EL CEREBRO
La bala, según confirmó García, entró por la parte posterior del cráneo y quedó alojada cerca de una zona vascular crítica.
Las imágenes del TAC revelaron múltiples esquirlas y daño en un vaso cerebral importante.
“Uno, en el fondo, espera que la lesión sea superficial. Pero cuando vimos la tomografía… sabíamos que no lo era.
Aun así, estábamos preparados para todo.”
Su tarea fue estabilizarlo para que pudiera llegar con vida a los neurocirujanos de la Fundación Santa Fe.
Lo lograron.
🏥 “SI NO HUBIERA LLEGADO A TIEMPO, NO ESTARÍA VIVO”
El Medicentro Familiar de Fontibón, fundado por Álvaro Romero y su esposa Liliana Ángel, se convirtió en el inesperado escenario de un milagro médico.
Acostumbrado a accidentes de tránsito y riñas violentas, ese día enfrentó uno de los casos más difíciles de su historia.
“Si no lo hubiéramos recibido a tiempo, sus posibilidades de vida eran mínimas”, reconoce García.
Gracias a esa atención inicial, Miguel Uribe llegó con signos vitales a la Fundación Santa Fe, donde desde entonces libra un proceso lento de rehabilitación neurológica.
Su pronóstico sigue siendo reservado, pero las esperanzas crecen.
🕵️♂️ LA INVESTIGACIÓN: EL HILO DE LA MUERTE CONDUCE A CAQUETÁ
Mientras la ciencia lucha por mantener con vida al senador, la justicia intenta desentrañar el entramado criminal detrás del atentado.
El general Carlos Fernando Triana Guzmán, director de la Policía Nacional, confirmó que los responsables estarían vinculados a las disidencias de las FARC, concretamente a la estructura de Iván Mordisco.
La hipótesis principal apunta a que la orden de asesinato fue planeada desde una cárcel del Meta.
En el centro de la trama aparece Elder José Arteaga Hernández, alias “El Costeño” o “Chipi”, un hombre de 40 años con antecedentes de sicariato y microtráfico, dueño de una barbería en Engativá.
Desde prisión, El Costeño habría contactado a alias Daniel o David, miembros de la llamada Segunda Marquetalia, para coordinar el ataque.
“En la cárcel conoció a los hombres que lo reclutaron para trabajos de sicariato. Consolidó su poder criminal desde adentro. Desde ahí se dio la orden.”
👩🦰 CATHERINE, LA MUJER QUE ENTREGÓ EL ARMA
En los videos de seguridad de Fontibón se ve a una mujer caminando junto a El Costeño el día del atentado:
Catherine Andrea Martínez, de apenas 19 años.
Ella fue quien entregó la pistola Glock al sicario adolescente que disparó contra el senador y le mostró fotografías de la víctima para identificarlo.
“Le dijo: ‘Este es Miguel Uribe.’ Él no sabía quién era. Solo obedecía órdenes.”
Cuando la Policía interceptó los chats entre Catherine y El Costeño, descubrieron los detalles del crimen.
Dos oficiales de inteligencia comenzaron a seguirla día y noche.
“Catherine cambió el color del cabello, se escondía en residencias distintas, viajó a Florencia… pero ya la teníamos infiltrada.”
Con ayuda de un mecánico, los agentes sabotearon el motor del bus que la llevaba a Caquetá para ganar tiempo y capturarla.
Nunca supo que su compañero de viaje era un policía encubierto.
“Era una chica adicta a los dulces y a la música urbana. Por eso fue fácil rastrear sus hábitos. Finalmente, la detuvimos en Florencia.”
🔍 LA CAÍDA DE “EL COSTEÑO”
La persecución del cabecilla fue una operación internacional.
Con apoyo del FBI, la DEA, el Reino Unido y agencias de inteligencia de EE.UU., Colombia desplegó drones de alta definición y cámaras térmicas.
Uno de esos drones detectó la casa donde El Costeño se escondía en Engativá.
Durante días, la policía observó cada movimiento: la camioneta blanca estacionada afuera, la luz que se encendía a la 1 a.m., las comidas a domicilio.
Finalmente, lo capturaron en su propia barbería.
Desconcertado, sin entender cómo lo habían encontrado, rompió en llanto.
“No lo podía creer. Pensaba que era intocable.”
Los agentes lo esposaron y lo trasladaron bajo custodia.
Con su detención, la Fiscalía identificó a los demás implicados, incluidos menores de edad y colaboradores logísticos.
🔫 UNA TRAMA CON ORDEN DESDE LA GUERRA
Las comunicaciones interceptadas revelan una conexión directa con Belén de los Andaquíes, Caquetá, zona dominada por la columna Teófilo Forero, responsable de atentados históricos como la bomba del Club El Nogal en 2003.
“Todo nos conduce a Caquetá,” dijo el general Triana.
“Los chats, las rutas, los pagos. Todo lleva al mismo origen.”
Según la investigación, el ataque contra Miguel Uribe fue ordenado por estructuras criminales que hoy actúan como brazo armado y financiero de las disidencias.
⚖️ “NO VAMOS A DESCANSAR HASTA SABER QUIÉN DIO LA ORDEN”
La Fiscalía General de la Nación y 180 investigadores especializados trabajan para identificar al autor intelectual.
Hasta el momento, seis personas han sido judicializadas, incluidos dos menores.
Uno de ellos, el que disparó la pistola Glock, se entregó recientemente.
“Tenemos claro que este grupo fue contratado para cometer un acto de sicariato con motivaciones políticas.
No descansaremos hasta conocer quién pagó por esto.”
💪 CIENCIA, MILAGROS Y RESISTENCIA
Cincuenta días después del atentado, Miguel Uribe Turbay sigue vivo.
Su recuperación es lenta, su pronóstico aún reservado, pero los médicos no pierden la fe.
El doctor García lo resume con humildad:
“Hicimos lo que cualquier médico haría. Pero hubo algo más… una fuerza que no se puede explicar.
Miguel tenía que vivir.”
Mientras tanto, Colombia entera espera.
Entre el dolor y la esperanza, el país sigue preguntándose quién quiso callar la voz de un senador joven que incomodaba a muchos.
🕯️ EPÍLOGO: UN MILAGRO ENTRE EL CAOS
En Fontibón, el pasillo del Medicentro aún huele a desinfectante y a historia.
Allí, un grupo de médicos anónimos luchó contra la muerte.
Y ganó.
El caso sigue abierto.
La justicia avanza.
Y en la habitación de rehabilitación de la Fundación Santa Fe, Miguel Uribe Turbay respira, vive, y con cada respiración, recuerda los “minutos eternos” que separaron la tragedia… del milagro.