Un bus escolar que transportaba a estudiantes del Liceo Antioqueño de Bello cayó por un abismo de más de 60 metros en la carretera entre Segovia y Remedios, dejando al menos 12 muertos y más de 20 heridos.

En una madrugada trágica que quedará grabada en la memoria de muchos, un grupo de estudiantes de grado 11 del Liceo Antioqueño de Bello se vio envuelto en un accidente fatal en la carretera que conecta los municipios de Segovia y Remedios, en el departamento de Antioquia.
El bus, que transportaba a cerca de 40 jóvenes que regresaban de una excursión en Coveñas, perdió el control y cayó por un abismo de más de 60 metros, resultando en una devastadora cifra de al menos 12 muertos y más de 20 heridos.
La noticia del accidente ha conmocionado a la comunidad educativa y a los familiares de los estudiantes, quienes esperaban ansiosos el regreso de sus hijos tras un viaje lleno de actividades recreativas.
“Es una tragedia inimaginable, son jóvenes que apenas comienzan a vivir, con sueños y esperanzas por delante”, expresó una madre con lágrimas en los ojos, mientras se dirigía a uno de los hospitales donde fueron atendidos los heridos.
Las autoridades locales activaron de inmediato toda la red hospitalaria en Antioquia para atender la emergencia.
Los heridos fueron trasladados a diferentes centros asistenciales, y aunque muchos de ellos se encuentran estables, las complejidades de sus lesiones han llevado a que algunos sean remitidos a hospitales de mayor capacidad en Medellín.
“Estamos haciendo todo lo posible para salvar a los que aún están en estado crítico”, afirmó el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, quien se trasladó a la zona del accidente para evaluar la situación.

El bus, que quedó completamente destrozado tras la caída, era conducido por un chofer que, según las primeras versiones, pudo haber sufrido una falla técnica o haber perdido el control del vehículo.
Sin embargo, las causas exactas del accidente están siendo investigadas por las autoridades competentes.
“Es un tramo nuevo y quizás no se conocen bien las condiciones de la vía. Necesitamos respuestas para que algo así no vuelva a suceder”, comentó un funcionario del gobierno local.
Los estudiantes, que tenían entre 16 y 18 años, estaban disfrutando de su excursión en la costa caribeña cuando ocurrió la tragedia.
“Era un viaje que todos esperaban con ansias, y ahora nos encontramos en esta situación desgarradora”, dijo un profesor del colegio, visiblemente afectado por lo ocurrido.
Las imágenes del bus destrozado han circulado en las redes sociales, capturando la atención de miles, quienes han expresado su solidaridad con las víctimas y sus familias.
En Bello, la atmósfera es de luto. Las familias de los fallecidos buscan respuestas y consuelo, mientras que los padres de los sobrevivientes esperan noticias sobre la salud de sus hijos.
“Estamos aquí, esperando que Dios nos dé fuerzas y que nuestros niños se recuperen”, dijo una madre que se encontraba en el hospital, rodeada de otros padres que compartían su dolor.
Las labores de rescate y recuperación de los cuerpos han sido complicadas debido a las difíciles condiciones del terreno. Equipos de emergencia trabajaron incansablemente para extraer a los heridos y recuperar a las víctimas fatales.
“Es un trabajo arduo y desgastante, pero estamos comprometidos a hacer lo necesario”, comentó un rescatista mientras continuaba con su labor.

A medida que avanza la investigación, las autoridades han instado a la comunidad a mantener la calma y a esperar los resultados de las indagaciones.
“Estamos trabajando para esclarecer lo sucedido y para que se tomen las medidas necesarias para evitar futuros accidentes”, aseguró el gobernador.
Esta tragedia no solo ha dejado una profunda herida en las familias de los estudiantes, sino que también ha puesto de relieve la necesidad de mejorar la seguridad en las carreteras del país.
“Es hora de que se tomen acciones concretas para garantizar la seguridad de nuestros jóvenes”, concluyó un líder comunitario, quien pidió justicia para las víctimas y sus familias.
Mientras tanto, la comunidad educativa del Liceo Antioqueño se ha unido en un acto de solidaridad, organizando vigilias y actividades para honrar la memoria de aquellos que perdieron la vida en el accidente.
“No los olvidaremos, su espíritu vivirá en nosotros”, declaró un estudiante, quien se mostró decidido a mantener viva la memoria de sus compañeros.
La tragedia en Antioquia es un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida y de la importancia de cuidar a nuestros jóvenes. En medio del dolor y la pérdida, la esperanza de un futuro mejor y más seguro sigue siendo el faro que guía a aquellos que enfrentan esta difícil situación.