Joan Sebastian, conocido internacionalmente como “El Rey del Jaripeo”, fue una de las voces más emblemáticas y queridas de la música mexicana.
Su vida estuvo marcada por el éxito, la pasión por la música y también por grandes tragedias personales.
Después de luchar durante años contra un cáncer que amenazó su vida en múltiples ocasiones, el cantante falleció rodeado de su familia en su rancho Cruz de la Sierra, en Guerrero, dejando un legado imborrable y una historia llena de luces y sombras.
José Manuel Figueroa Figueroa, nombre real de Joan Sebastian, nació el 8 de abril de 1951 en Juliantla, Guerrero.
Desde pequeño mostró un talento especial para la música, aunque inicialmente su vocación parecía estar dirigida hacia la vida religiosa.
Sin embargo, su padre se opuso rotundamente a que se convirtiera en sacerdote, alentándolo a seguir su don musical.
Su abuela, por otro lado, apoyaba su inclinación religiosa, lo que llevó a Joan a ingresar al seminario conciliar de San José en Cuernavaca.
Fue allí donde compuso una misa que tuvo gran aceptación, pero pronto comprendió que su verdadera vocación era la música.
A los 17 años comenzó su carrera musical, dejando el seminario para dedicarse por completo a su pasión.
Durante sus primeros años, trabajó en diversos lugares turísticos y centros vacacionales, hasta que su talento fue descubierto por la actriz y cantante Angélica María, quien le presentó al productor Eduardo Magallanes.
Fue entonces cuando adoptó el nombre artístico Joan Sebastian, un alias que marcaría su carrera y lo convertiría en una leyenda.
Joan Sebastian fue un artista prolífico, creador de más de 30 discos de estudio y ganador de 12 premios Grammy y Grammy Latino, un récord que lo posicionó como uno de los músicos mexicanos más premiados de la historia.
Su estilo único, que mezclaba el jaripeo tradicional con baladas y música romántica, conquistó a varias generaciones y dejó huella en la industria musical.
Además de su carrera como cantante, Joan fue el compositor detrás de muchas bandas sonoras de telenovelas que marcaron a México y otros países de habla hispana.
Su voz y sus letras profundas y emotivas lo convirtieron en un referente del género regional mexicano.
Aunque su vida profesional fue brillante, Joan Sebastian enfrentó numerosas tragedias en su vida personal.
Tuvo varios hijos con diferentes parejas, y sus relaciones sentimentales estuvieron siempre bajo el escrutinio público.
Su primera esposa fue Teresa González, con quien tuvo tres hijos: José Manuel, Juan Sebastián y Trigo de Jesús.
Posteriormente, tuvo una hija con Mara del Carmen Campo y otra con la actriz Maribel Guardia, con quien también tuvo a su hijo Julián Figueroa.
La vida familiar de Joan estuvo marcada por la tragedia. Tres de sus hijos fallecieron en circunstancias trágicas y violentas.
En 2006, Trigo, quien se encargaba de la seguridad del cantante, fue asesinado en Texas durante un incidente con fanáticos.
Cuatro años después, Juan Sebastián fue asesinado afuera de un club nocturno en Cuernavaca, en un hecho que aún genera controversia y teorías sobre los responsables.
Más recientemente, falleció Julián Figueroa, cuyo deceso también conmocionó al público y a la familia.
Estas pérdidas han sido rodeadas de rumores y teorías sobre una supuesta maldición que afectaría a la familia Figueroa, algo que Joan Sebastian mismo mencionó en varias ocasiones, aunque nunca pudo confirmarse.
Las tragedias familiares contrastan con la imagen pública de un hombre sencillo y cercano a su gente.
Joan Sebastian luchó durante 16 años contra el mieloma múltiple, un tipo de cáncer de huesos que se manifestaba y remitía, afectando su salud de manera intermitente.
Fue diagnosticado por primera vez en 1999 y tuvo varias recaídas, la última de ellas en 2015.
A pesar de la enfermedad, nunca dejó de trabajar y de crear música, demostrando una fortaleza admirable.
En sus últimos años, el desgaste físico fue evidente y tuvo que dejar el jaripeo, una de sus grandes pasiones, debido a las recomendaciones médicas.
Sin embargo, mantuvo siempre una actitud positiva y un espíritu luchador, enfrentando cada recaída con valentía y esperanza.
Joan Sebastian falleció el 13 de julio de 2015 en su rancho Cruz de la Sierra, el lugar que él mismo eligió para pasar sus últimos días y donde quiso que se celebrara su despedida.
Rodeado de familiares y amigos, exhaló su último suspiro a las 7:15 de la tarde, dejando un legado musical y humano que trasciende generaciones.
Su funeral fue una emotiva celebración de su vida, con una misa en el rancho y otra en la catedral de Cuernavaca, a la que asistieron artistas de renombre como Armando Manzanero, Ana Bárbara, Diego Fernández y muchos más.
Su hijo mayor, José Manuel, fue el encargado de pronunciar las palabras de despedida, recordando el amor y la pasión que su padre entregó a la música y a su familia.
Tras su fallecimiento, comenzó un proceso legal para la repartición de su patrimonio, que se estima en alrededor de 40 millones de dólares, incluyendo 51 propiedades en varios estados de México.
Sin embargo, el proceso ha estado marcado por controversias y disputas familiares, complicando la herencia y el manejo de sus bienes.
A pesar de estas dificultades, el legado artístico de Joan Sebastian sigue vivo.
Su música continúa siendo escuchada y apreciada en todo el mundo, y su influencia en la música regional mexicana es incuestionable.
Joan Sebastian fue mucho más que un cantante; fue un símbolo de la música mexicana, un hombre que supo conectar con su público a través de sus letras, su voz y su autenticidad.
A lo largo de su vida, demostró ser una persona humilde, cercana y generosa, que siempre puso a su familia y a sus fans en primer lugar.
Su partida dejó un vacío enorme en el mundo de la música, pero también un ejemplo de lucha, perseverancia y amor por el arte.
Joan Sebastian será recordado por siempre como el Rey del Jaripeo, un hombre que vivió intensamente y que dejó una huella imborrable en el corazón de México y del mundo hispanohablante.
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