💣🔥 De la gloria al encierro: la historia jamás contada del ídolo que conquistó el mundo y terminó tras las rejas

 La sonrisa que se apagó: lo que nadie te contó sobre los días más oscuros de Ronaldinho en prisión

 

La noticia cayó como una bomba: Ronaldinho, el ídolo mundial, había sido detenido en Paraguay junto a su hermano Roberto por ingresar al país con pasaportes falsos.

Ronaldinho habla de su estancia en la cárcel: "Me han recibido con  amabilidad" | Fútbol | Deportes | Cadena SER

La policía los arrestó en un hotel de lujo en Asunción y, de un día para otro, el hombre que había sido el rostro de la alegría del fútbol se convirtió en prisionero.

Las imágenes de su arresto recorrieron el mundo.

Todos querían saber cómo había llegado tan bajo aquel que, solo unos años antes, era tratado como un dios.

Los primeros días fueron un torbellino.

Ronaldinho, acostumbrado a los aplausos y la fama, fue trasladado a una cárcel de alta seguridad.

Lo que debía ser una detención preventiva se convirtió en un encierro de 32 días.

Sin embargo, pronto comenzó a correr un rumor: dentro de la prisión, “Dinho” era tratado como un rey.

Los guardias lo admiraban, los presos lo aplaudían y hasta los partidos de fútbol se convirtieron en eventos legendarios.

Según testigos, en cuanto Ronaldinho pisó el patio, los reclusos lo recibieron con respeto absoluto.

Uno de ellos declaró: “Cuando lo vimos entrar, nadie podía creerlo.

Era como si Messi o Pelé estuvieran con nosotros.

Jugaba con una sonrisa y hacía magia incluso con una pelota de trapo.

” Las anécdotas se multiplicaron.

Se decía que el equipo del “Dinho” ganó todos los partidos del torneo interno de la prisión.

En uno de ellos, metió cinco goles y dio seis asistencias, y los presos lo ovacionaron como si estuvieran en el Maracaná.

Pero detrás de esa imagen alegre, la realidad era más oscura.

Ronaldinho no entendía del todo lo que estaba pasando.

Ronaldinho cumple un mes en la cárcel: por qué sigue preso y los detalles  de su reclusión - Infobae

“No sabía que estaba haciendo algo ilegal”, aseguró luego.

La investigación reveló una red de corrupción y falsificación de documentos en la que él y su hermano habrían sido usados como señuelos por empresarios locales para blanquear actividades ilícitas.

El caso, que empezó como una anécdota ridícula, se tornó en un laberinto judicial que lo dejó atrapado sin salida durante meses.

Dentro de la cárcel, Ronaldinho se mantenía tranquilo, aunque por dentro se derrumbaba.

Su sonrisa, que parecía inquebrantable, empezó a ser una máscara.

Un guardia paraguayo relató: “Siempre sonreía, pero en las noches, cuando creía que nadie lo veía, se quedaba en silencio, mirando al techo.

Parecía perdido.

” En entrevistas posteriores, el exfutbolista admitiría que esos días fueron los más duros de su vida.

“Era como vivir una pesadilla despierto.

Pensaba en mi madre, en mis hijos, en todo lo que había perdido.

Los motivos por los que Ronaldinho está en prisión

Su hermano, Roberto de Assis, intentaba mantenerlo fuerte, pero el desgaste emocional era evidente.

Los abogados presentaron múltiples apelaciones mientras el mundo entero observaba atónito.

Los fans enviaban cartas, camisetas y mensajes de apoyo.

Desde Brasil hasta Barcelona, las redes se llenaron de la etiqueta #FuerzaRonaldinho.

Pero la justicia paraguaya no cedía fácilmente.

Después de un mes tras las rejas, el exjugador fue liberado de la prisión… solo para ser trasladado a arresto domiciliario en un lujoso hotel de Asunción.

Allí, Ronaldinho vivió otros 140 días de encierro, esta vez rodeado de comodidades, pero aún lejos de la libertad.

Paradójicamente, incluso ese periodo fue surrealista: en lugar de perder popularidad, su fama creció.

Liberan a Ronaldinho tras pasar más de 5 meses detenido en Paraguay por  falsificación de documentos - BBC News Mundo

Las fotos filtradas de él jugando ping-pong, sonriendo con los empleados del hotel y saludando desde su balcón se hicieron virales.

La sonrisa eterna del “crack” parecía indestructible, pero quienes lo conocían sabían que no era la misma.

En agosto de 2020, después de pagar una multa equivalente a más de 90 mil dólares y de demostrar que no había participado directamente en la falsificación, Ronaldinho finalmente recuperó la libertad.

Pero algo dentro de él se había roto.

El hombre que hizo bailar al mundo con su alegría ahora hablaba pausado, con nostalgia.

En una entrevista, confesó: “Aprendí mucho.

A veces uno confía demasiado en la gente equivocada.

Yo solo quería hacer las cosas bien, pero terminé en un lugar donde nunca pensé estar.

Su regreso a Brasil fue recibido con euforia, pero también con una sombra.

Muchos se preguntaban si el ídolo podría volver a sonreír como antes.

Lo intentó: participó en eventos, campañas benéficas y partidos de exhibición.

Sin embargo, los rumores de su crisis económica, sus problemas con el alcohol y las dificultades legales persistieron.

La prensa, que antes lo adoraba, comenzó a retratarlo como un hombre perdido entre los recuerdos de su propia gloria.

Pero los que lo conocen aseguran que Ronaldinho sigue siendo el mismo en esencia: un niño eterno con una pelota.

“Él juega porque es lo único que le da paz”, dijo un amigo cercano.

“El fútbol es su refugio.

” Y quizás por eso, incluso después de haber vivido la vergüenza y la soledad de una celda, sigue apareciendo en canchas de barrio, riendo con los niños, recordando lo que lo hizo inmortal.

La historia de su paso por la cárcel no es solo un episodio oscuro, sino el reflejo de un sistema que no perdona ni siquiera a los dioses del balón.

Ronaldinho, el hombre que transformó el fútbol en arte, descubrió que la vida, fuera del campo, también puede ser una cancha peligrosa.

Y aunque el mundo ya no lo vea igual, su sonrisa —esa que ni las rejas pudieron borrar— sigue siendo su mayor victoria.

Porque el genio cayó… pero nunca dejó de jugar.

 

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