💔 ¡NADIE LO ESPERABA! María Sorté cumple más de 70 y su vida actual causa conmoción
Durante décadas, María Sorté fue sinónimo de talento, elegancia y fuerza escénica.
Desde su debut en la televisión mexicana, se ganó el cariño de millones gracias a papeles inolvidables en telenovelas como “La trampa”, “El derecho de nacer” o “Mi segunda madre”.
Su rostro era parte habitual de los hogares latinoamericanos y su voz, tanto cantada como hablada, transmitía una energía que parecía inquebrantable.
Sin embargo, el tiempo no perdona y la vida le ha cobrado a María Sorté una factura que muchos aún se niegan a aceptar.
Hoy, con más de 70 años, su realidad es muy diferente.
Lejos de las cámaras, de los reflectores y de los escenarios, la actriz lleva una vida marcada por la soledad, las pérdidas y la lucha silenciosa contra los estragos del tiempo.
A pesar de haber tenido una carrera brillante y ser madre de uno de los políticos más influyentes de México —el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Omar García Harfuch— María Sorté enfrenta su vejez con una dignidad que emociona, pero también con un entorno que preocupa a sus seguidores.
Fuentes cercanas han revelado que la actriz vive con una rutina muy discreta, casi recluida en su hogar.
Sus apariciones públicas son cada vez más escasas, y cuando lo hace, se la ve más frágil, con pasos lentos y un rostro que, aunque conserva la nobleza de siempre, ya refleja el paso de los años.
En entrevistas recientes, ha confesado que extraña profundamente los escenarios y que el alejamiento no fue tanto una decisión como una consecuencia natural del abandono de la industria a sus grandes figuras.
Pero no es solo la edad lo que ha afectado su vida.
En 2011, María Sorté enfrentó uno de los golpes más duros que una madre puede vivir: la muerte de su esposo, el comandante Javier García Paniagua.
Desde entonces, quienes la conocen afirman que su espíritu cambió.
Aunque ha sido fuerte por sus hijos, el vacío que dejó esa pérdida se refleja hasta hoy en sus palabras y en su mirada.
“Cuando uno pierde al compañero de vida, algo dentro se apaga”, dijo en una de sus últimas declaraciones públicas.
El aislamiento no ha sido total, pero sí constante.
María mantiene contacto con su círculo más íntimo, y aunque tiene el apoyo emocional de su familia, especialmente de su hijo Omar, no ha logrado volver a la vida activa que tanto amaba.
Incluso ha rechazado propuestas para regresar a la televisión, alegando que “ya no es su momento”.
Esa frase, lejos de sonar resignada, refleja la melancolía de una estrella que sabe que su tiempo en el escenario terminó, pero que aún guarda el brillo en el alma.
Lo más alarmante es que, según varios reportes, su estado de salud ha comenzado a deteriorarse.
Problemas articulares, pérdida de movilidad y agotamiento crónico serían algunas de las complicaciones que enfrenta.
No obstante, María Sorté se niega a ser vista como una víctima.
Su fortaleza interior sigue intacta, y a pesar de las adversidades, continúa siendo una figura de inspiración para muchos.
Pero eso no quita que su realidad sea dura, silenciosa y, en muchos aspectos, triste.
El contraste entre lo que fue y lo que es hoy ha conmocionado a sus seguidores.
Las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo, oraciones y recuerdos emotivos de sus mejores momentos.
Muchos piden que se le rinda un homenaje en vida, que se le reconozca todo lo que dio a la cultura y el entretenimiento mexicano.
Porque si algo está claro, es que María Sorté no merece ser olvidada ni vivir en la sombra.
Esta es la cara oculta del espectáculo, esa que pocas veces se muestra: cuando las luces se apagan y las ovaciones cesan, lo que queda es la persona real.
Y en el caso de María Sorté, lo que queda es una mujer valiente, sensible, marcada por el amor y la pérdida, por la gloria y el olvido.
Una mujer que, a sus más de 70 años, lucha cada día por mantener viva su dignidad, su historia y su legado.
Aunque la tristeza haya tocado su puerta, el cariño del público la sigue acompañando… incluso en silencio.