Los antiguos sacerdotes de Egipto y los siete sabios mencionados en el templo de Edfu habrían conservado conocimientos avanzados que influyeron en la civilización y podrían estar relacionados con relatos del Gran Diluvio.

Durante milenios, los sacerdotes de Egipto han mantenido en secreto un vasto conocimiento que ha influido en la ciencia moderna, desde la genética hasta la tecnología nuclear.
Este legado ancestral sugiere que los antiguos sabios poseían un entendimiento sorprendente y misterioso del mundo.
Pero, ¿quiénes eran estos hombres sabios que, según se dice, sobrevivieron al Gran Diluvio y sentaron las bases de la civilización? En este artículo, exploraremos sus orígenes y su conexión con algunos de los relatos más famosos de la historia.
Las inscripciones en el templo de Edfu, ubicado entre Luxor y Asuán, son testigos de esta historia. Construido entre 237 y 257 a.C., este templo es considerado por los científicos como uno de los pocos vestigios que explican el inicio del cosmos.
Los textos en sus muros hacen referencia a un grupo de siete hombres sabios, considerados las únicas divinidades que sabían construir templos y ciudades sagradas.
Estos sabios supervisaron la construcción en una colina antigua, que muchos expertos creen que se relaciona con la ubicación de las pirámides de Giza.
El dios Thoth, una deidad egipcia asociada con la sabiduría y la escritura, también está vinculado a estos hombres. Se cree que juntos construyeron los primeros templos míticos, incluidas las pirámides, como se relata en los Rollos Esmeralda.
Pero, ¿quiénes eran realmente estos siete sabios? Aunque los arqueólogos modernos han encontrado poca información sobre ellos, su número y su papel en la historia de los sitios sagrados son indiscutibles.
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El relato del Diluvio, que aparece en muchas culturas, es un tema recurrente en la historia de la humanidad. En la Biblia, Moisés narra la historia de Noé, un hombre elegido por Dios para sobrevivir a un diluvio que destruiría la civilización corrupta.
Sin embargo, al investigar más a fondo, encontramos que las leyendas mesopotámicas, como la Epopeya de Gilgamesh, contienen relatos más detallados y antiguos sobre este cataclismo.
En estas historias, un dios advierte a un hombre, Utnapishtim, sobre un inminente desastre natural y le instruye para construir un barco y salvarse junto con su familia y semillas.
George Smith, un joven arqueólogo británico, fue el primero en sugerir que Noé y Utnapishtim podrían ser la misma persona.
En 1876, después de años de trabajo, Smith regresó a Inglaterra con su teoría revolucionaria, pero lamentablemente falleció a los 36 años, sin poder ver cómo su investigación era confirmada por otros científicos.
En 1998, el Dr. William Ryan utilizó tecnología moderna para confirmar que un gran deshielo en el hemisferio norte había elevado el nivel del océano, lo que podría haber causado inundaciones catastróficas en la región del Mar Negro.
Los relatos de estas inundaciones están respaldados por más de 300 leyendas alrededor del mundo, todas haciendo referencia a un Gran Diluvio y a un elegido por los dioses.
Las inscripciones en el templo de Edfu sugieren que los siete sabios provenían de una isla que fue destruida por un diluvio, y que los pocos sobrevivientes se establecieron en Egipto, convirtiéndose en los dioses constructores de la civilización.

Estos relatos antiguos nos llevan a cuestionar la precisión de la Biblia y a considerar si hay una historia más profunda y misteriosa detrás del relato de Noé.
La conexión entre estos textos antiguos y las inscripciones en los templos egipcios sugiere que la historia del Diluvio es un eco de eventos reales que han sido transmitidos a lo largo de generaciones.
La historia de estos hombres sabios y su relación con el Diluvio nos invita a reflexionar sobre el conocimiento perdido de la humanidad, un legado que ha sido ocultado por siglos.
A medida que exploramos más sobre estas antiguas civilizaciones, nos encontramos con la posibilidad de que la historia que creemos conocer sea solo una fracción de la verdad.
Al final, la historia de Noé y el Gran Diluvio no es solo un relato bíblico; es un reflejo de la experiencia humana a lo largo del tiempo, un recordatorio de que la verdad a menudo se encuentra más allá de lo que se nos ha enseñado.
Así, mientras nos adentramos en los misterios del pasado, nos preguntamos: ¿qué otras verdades están esperando ser descubiertas en las sombras de la historia?