Mayra Alejandra Rodríguez Lesama fue una de las actrices más emblemáticas y queridas de Venezuela, cuya carrera en el mundo de las artes escénicas dejó una huella imborrable en la televisión, el cine y el teatro latinoamericano.

Nacida el 7 de mayo de 1958 en Caracas, Mayra Alejandra creció en un ambiente familiar profundamente vinculado a la creatividad y el arte, lo que marcó el inicio de una trayectoria brillante que terminó prematuramente con su fallecimiento en 2014 a los 55 años, tras una larga batalla contra el cáncer.
Mayra Alejandra provenía de una familia con fuertes raíces en la industria del entretenimiento venezolano.
Su padre, Charles Barry, fue un renombrado humorista y miembro fundador del icónico programa de comedia “Radio Rochela”, mientras que su madre, Ligia Lesama, fue una destacada guionista y actriz de telenovelas y teatro.
Este entorno creativo hizo casi inevitable que Mayra y sus hermanos desarrollaran una pasión por las artes desde muy jóvenes.
Su debut en la actuación se dio poco después de terminar la secundaria, con su participación en la telenovela “Valentina” (1970), producida por Radio Caracas Televisión.
Su talento fue rápidamente reconocido, lo que la llevó a protagonizar “Angélica” (1976), un papel creado especialmente para ella por su madre.
Este papel marcó el inicio de una carrera como actriz principal en la televisión venezolana.

Mayra Alejandra protagonizó más de 25 telenovelas, con 18 papeles protagónicos que la consolidaron como una figura central en la industria.
Entre sus trabajos más destacados se encuentran “Leonela” (1983), “La hija de Juana Crespo” (1977), “Luisana mía” (1981), “Bienvenida Esperanza” (1983), “Martha y Javier” (1983) y “La mujer prohibida” (1991).
Su papel en “Leonela” fue especialmente significativo, catapultándola a la fama internacional.
La telenovela narraba la historia de una mujer que enfrenta la adversidad tras un episodio traumático, y Mayra Alejandra supo transmitir la complejidad emocional de su personaje con una interpretación profunda y conmovedora que resonó en toda América Latina.
Además, Mayra Alejandra se destacó por interpretar personajes de fuerte carácter y gran profundidad emocional.
En 1978, interpretó a “Carmen, la que contaba 16 años”, un papel que dejó una impresión duradera por su sensualidad y dramatismo.
Ocho años después, asumió el papel de “Manón Lescaut” en otra adaptación de Román Chalbaud, mostrando su versatilidad y capacidad para abordar personajes complejos y matizados.

Más allá de la televisión, Mayra Alejandra también tuvo una destacada participación en el teatro y el cine venezolano.
Su trabajo en películas como “Carmen, la que contaba 16 años” y “Manón” la consolidó como una actriz versátil capaz de transitar entre diferentes formatos artísticos con éxito.
Su carrera teatral y cinematográfica, junto con su extensa trayectoria en televisión, reflejan su compromiso y dedicación al arte, dejando un legado que continúa siendo celebrado en Venezuela y más allá.
La vida personal de Mayra Alejandra estuvo marcada por experiencias tanto felices como desafiantes.
Estuvo casada dos veces y vivió los complejos procesos de divorcio, que aunque no opacaron sus logros profesionales, añadieron profundidad a su imagen pública.
Uno de los episodios más recordados fue su relación con el actor mexicano Salvador Pineda.
La pareja planeaba casarse en diciembre de 1987, pero el matrimonio nunca se concretó debido a que Pineda la dejó plantada en el altar.
De esta relación nació su único hijo, Aarón Salvador Pineda Rodríguez, en 1989.
La relación con su hijo y el drama personal que la rodeó añadieron una dimensión más humana a la figura pública de Mayra Alejandra, mostrando su capacidad para enfrentar adversidades con dignidad y fortaleza.
En 2012, Mayra Alejandra recibió el diagnóstico de cáncer de pulmón, una noticia que marcó el comienzo de una dura batalla.
A pesar de someterse a tratamientos intensivos de quimioterapia y lograr estabilizar su condición en un momento, su salud se deterioró nuevamente y en 2014 falleció en Caracas a los 55 años.
Su muerte fue un golpe para la comunidad artística y el público venezolano, que perdió a una de sus figuras más queridas y respetadas.
El ministro de cultura Néstor Viloria y la actriz Dilia Waikaran rindieron homenaje a su legado, destacando su nobleza, talento y contribución al arte nacional.
Diez años después del fallecimiento de Mayra Alejandra, el destino de su hijo Aarón Salvador Pineda sigue siendo un tema de preocupación y misterio.
Aarón, que tendría alrededor de 35 o 36 años, ha enfrentado importantes desafíos de salud, incluyendo autismo y esquizofrenia.
Informes indican que ha recibido atención en una fundación especializada en Venezuela.
Sin embargo, su situación actual no es ampliamente conocida y permanece envuelta en incertidumbre.
La negativa de Salvador Pineda a involucrarse activamente en el cuidado de su hijo ha generado controversia y críticas públicas.
Mayra Alejandra dejó un impacto duradero en la televisión venezolana y en la cultura popular latinoamericana.
Su carrera fue un ejemplo de talento, versatilidad y compromiso artístico.
Fue una pionera que, junto con otras grandes actrices venezolanas, ayudó a elevar el nivel de las producciones nacionales y a abrir camino para futuras generaciones.

Su interpretación en “Leonela” sigue siendo un referente del género, y su contribución al cine y teatro venezolano es igualmente valorada.
Más allá de su éxito profesional, su vida personal y su lucha contra la enfermedad la humanizan y la hacen aún más admirada por sus seguidores.
La historia de Mayra Alejandra es un relato de éxito, pasión y tragedia.
Su carrera brillante y su dedicación al arte contrastan con los desafíos personales y de salud que enfrentó.
Su legado sigue vivo en la memoria de quienes disfrutaron de su trabajo y en la influencia que dejó en la industria del entretenimiento venezolano.
El misterio que rodea a su hijo Aarón añade una dimensión emocional a su historia, recordándonos que detrás de la fama y el talento, hay vidas humanas con luchas y esperanzas.
Mayra Alejandra será siempre recordada como una estrella que iluminó la pantalla y el escenario con su talento único y su autenticidad.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.