🕯️😭 “Aún Me Duele Contarlo”: El Momento Final de Selena Quintanilla Relatado Entre Lágrimas por su Hermano A.B.
Selena Quintanilla no era solo una estrella.

Para A.B., era su hermana menor, su cómplice musical, su orgullo más grande.
Hablar de ella siempre ha sido difícil, pero hablar de su final lo es aún más.
Cada vez que A.B.
intenta poner en palabras ese día, la voz se le quiebra, como si el tiempo jamás hubiera pasado.
Porque para él, esa pérdida sigue siendo presente.A.B.ha contado que los recuerdos del último día de Selena regresan sin aviso.
No como una historia lineal, sino como fragmentos: llamadas, carreras contra el tiempo, la sensación de que algo estaba mal incluso antes de saberlo con certeza.
El ambiente era confuso, irreal, como si la mente se negara a aceptar lo que estaba ocurriendo.
Cuando la noticia llegó, nada volvió a ser igual.A.B.recuerda el impacto físico del momento, el vacío inmediato, la negación absoluta.
Nadie está preparado para perder a una hermana, y mucho menos de una forma tan abrupta, tan injusta.

Selena tenía sueños, planes, una vida que apenas comenzaba a expandirse más allá de todo lo que ya había logrado.
Entre lágrimas, A.B.ha relatado que uno de los dolores más grandes fue no poder protegerla.
Esa sensación, profundamente humana, de querer retroceder el tiempo, de imaginar escenarios distintos, de preguntarse una y otra vez qué pudo haberse hecho diferente.
Son preguntas que no tienen respuesta, pero que persiguen a quienes sobreviven.
El momento final de Selena no fue solo el cierre de una vida, fue el inicio de una ausencia que se volvió eterna.
Para A.B., el recuerdo de su hermana no está ligado únicamente al escenario o a la música, sino a la risa compartida, a las discusiones creativas, a la complicidad de hermanos que construyeron algo juntos desde cero.
Hablar de ese día implica también recordar el silencio posterior.
Un silencio pesado, imposible de llenar.
La casa, los estudios, los espacios que antes vibraban con música quedaron suspendidos en un duelo que parecía no tener fin.A.B.ha confesado que durante mucho tiempo no supo cómo seguir adelante sin ella, cómo crear sin la mitad de su alma artística.
La tragedia de Selena no solo marcó a su familia, marcó a millones de personas que la amaban sin conocerla personalmente.
Pero para A.B., el dolor público nunca reemplazó el privado.
Porque mientras el mundo lloraba a una estrella, él lloraba a su hermana.
En sus relatos más íntimos, A.B.ha dicho que hay momentos en los que todavía espera escuchar su voz, recibir una llamada, compartir una idea musical.
Esa es la crudeza de la pérdida: la mente sabe que ya no está, pero el corazón se resiste a aceptarlo por completo.
Recordar el momento final de Selena es también recordar su fortaleza.A.B.habla de ella como alguien llena de luz, de generosidad, de una energía que transformaba todo a su alrededor.
Esa imagen es la que él elige sostener, incluso cuando el recuerdo del final amenaza con opacarlo todo.

El tiempo no ha borrado el dolor, pero ha enseñado a convivir con él.A.B.ha aprendido que llorar no es debilidad, que hablar de Selena no es abrir heridas, sino mantenerla viva de la única forma posible.
Cada lágrima, cada palabra, es una prueba de que el amor no desaparece con la muerte.
Selena Quintanilla se fue físicamente, pero su presencia sigue siendo abrumadora.
En la música, en la memoria colectiva y, sobre todo, en el corazón de su hermano.
El momento final puede haber sido trágico, pero no define quién fue ella ni lo que dejó.A.B.
Quintanilla III continúa contando esta historia no porque quiera revivir el dolor, sino porque entiende que Selena merece ser recordada con verdad, con humanidad y con amor.
Su relato entre lágrimas no es un espectáculo, es un acto de memoria.
El último momento de Selena no fue solo el final de una vida, fue el comienzo de un legado eterno.
Y mientras su hermano siga pronunciando su nombre con la voz quebrada, Selena seguirá viva en cada nota, en cada recuerdo y en cada lágrima que cae por ella.
Si deseas, puedo hacer una versión aún más emotiva, adaptarla a formato de crónica narrada tipo video, o enfocarla más en el vínculo entre hermanos y la música que los unía.