El popular programa de talentos *Yo me llamo* ha generado, una vez más, una fuerte polémica que ha dado mucho de qué hablar en redes sociales y medios de comunicación.
En esta ocasión, la controversia gira en torno a la jurado Amparo Grisales y una de las participantes eliminadas, quien no dudó en responder con contundencia a los comentarios duros y la actitud crítica de la diva colombiana.
Durante uno de los recientes capítulos de *Yo me llamo*, la tensión se hizo palpable cuando una participante, imitadora de la cantante urbana Fariana, fue eliminada tras una presentación que no convenció al jurado.
Amparo Grisales, conocida por su carácter fuerte y sus críticas mordaces, no dudó en expresar su opinión, señalando con dureza los errores de la concursante, sin permitirle siquiera defenderse o explicar su punto de vista.
La cantante urbana no tuvo más opción que aceptar su eliminación, pero antes de abandonar el concurso, decidió dejar un mensaje claro y directo a los jurados.
“Por favor, que el jurado no le dé tanto palo a sus compañeros, todos se esfuerzan, yo los he visto”, dijo la concursante, buscando un poco de empatía y comprensión.
Lejos de suavizar su postura, Amparo Grisales respondió con firmeza: “Hay que aprender a escuchar para mejorar cuando se tiene talento”.
Para la jurado, las críticas no son ataques personales, sino herramientas necesarias para el crecimiento artístico.
Sin embargo, la participante insistió en que “un buen comentario ayuda a que la persona no se sienta tan pequeña aquí en el escenario, porque no es fácil estar aquí parado”.
La discusión escaló rápidamente, con intercambios de palabras donde la cantante buscaba resaltar la importancia de los comentarios constructivos y positivos, mientras que Amparo defendía su derecho a ser crítica y exigente.
“A punta de malas críticas tampoco se crece.
No son críticas, estamos aquí como jurados, un jurado juzga las presentaciones”, sentenció Grisales, despidiendo a la participante con un “chao, chao querida” que no pasó desapercibido.
El episodio no tardó en viralizarse y generar un intenso debate en redes sociales.
Muchos seguidores del programa criticaron el comportamiento de Amparo Grisales, calificando su actitud como ácida, grosera y poco profesional.
En Twitter, Facebook y otras plataformas, usuarios expresaron su descontento por la forma en que la jurado trató a la concursante eliminada, argumentando que su dureza y comentarios mordaces han deteriorado la imagen del programa.
“Qué lamentable el deterioro del programa por la grosería de Amparo, no aporta nada”, fue uno de los comentarios más recurrentes.
Otros señalaron que el estilo agresivo de la actriz y jurado no solo afecta a los participantes, sino que también aleja a la audiencia que busca entretenimiento, pero también respeto y apoyo para los talentos emergentes.
La controversia no terminó en el escenario.
Un video difundido en redes sociales mostró a la hermana de la cantante eliminada defendiendo a su familiar y arremetiendo contra Amparo Grisales, calificándola de “mala clase” por el trato recibido.
“Mire señora, mi hermana no se puede defender, pero tiene una hermana que le sigue después de ella que la defiende, una familia.
Usted es una mala clase”, expresó con indignación.
Además, la madre de la concursante también se unió a las críticas, manifestando su dolor por la forma en que su hija fue tratada durante el programa.
“A mí sí me dolió cómo me trataron a mi hija”, comentó en redes sociales, sumando su voz a la ola de desaprobación contra la jurado.
En contraste, no faltaron quienes defendieron a Amparo Grisales, argumentando que su estilo y carácter fuerte han sido parte fundamental de la esencia del programa desde sus inicios.
Para estos seguidores, la autenticidad y la franqueza de Grisales aportan un valor único al concurso, haciendo que el show sea más real y emocionante.
“Amparo ha sido así durante todos estos años y sin ella el programa no sería lo mismo”, señalaron varios usuarios, destacando que la jurado no tiene miedo de decir lo que piensa y que eso también forma parte del espectáculo.
Sin embargo, la polémica abrió un debate importante sobre los límites entre la crítica constructiva y el maltrato verbal.
Muchos opinan que la línea entre ser auténtico y ser grosero es muy delgada, y que en ocasiones Amparo Grisales la ha cruzado, afectando la autoestima y el ánimo de los participantes.
“Una cosa es ser auténtica y otra es ser tan grosera y no respetar a la gente.
¿Cómo le permiten que trate así a los participantes?”, cuestionaron algunos espectadores, quienes piden un ambiente más respetuoso y profesional en el programa.
El comportamiento de Amparo Grisales ha generado una división entre los fans de *Yo me llamo*.
Mientras unos valoran su sinceridad y exigencia, otros creen que su actitud está dañando la imagen del concurso y alejando a la audiencia.
En un formato donde la competencia es fuerte y la presión alta, muchos consideran que el apoyo y la motivación deberían prevalecer para ayudar a los participantes a crecer y mejorar.
El programa, que ha sido un semillero para talentos imitadores de grandes artistas, enfrenta ahora el reto de equilibrar la crítica profesional con el respeto y la empatía hacia quienes se atreven a subir al escenario.
La polémica entre Amparo Grisales y la participante eliminada en *Yo me llamo* refleja las tensiones que pueden surgir en programas de competencia donde la crítica es parte esencial del proceso.
Sin embargo, también pone en evidencia la necesidad de encontrar un balance que permita que los talentos se sientan valorados y apoyados, sin dejar de lado la exigencia artística.
El debate sigue abierto, y seguramente seguirá dando de qué hablar en las próximas emisiones del programa.
Mientras tanto, los seguidores esperan que se mantenga la calidad del espectáculo, pero con un trato más humano hacia los concursantes.
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