José Feliciano a sus 79 años: La Revelación que Sacudió al Mundo
José Feliciano es mucho más que el genio detrás del popular tema “Feliz Navidad”.
A lo largo de su carrera, ha roto barreras musicales y culturales, convirtiéndose en uno de los iconos latinos más influyentes del siglo XX.
Pero detrás de su éxito, Feliciano ha llevado durante décadas secretos y vivencias que pocos conocen.
En una reciente y profunda conversación, el artista reveló su admiración por Fidel Castro, una declaración que ha generado gran controversia, especialmente entre la comunidad de exiliados cubanos.
Esta confesión, inesperada para muchos, revela una faceta poco conocida de Feliciano, quien asegura que esa relación lo marcó profundamente.
Nacido en Lares, Puerto Rico, en 1945, José Monserrate Feliciano García llegó a este mundo ciego debido a un glaucoma congénito.
Sin embargo, la música fue su primer lenguaje, una pasión que descubrió desde muy pequeño.
A los tres años ya tocaba latas de galletas al ritmo del cuatro que su tío tocaba, y a los cinco años se mudó con su familia a Spanish Harlem, Nueva York, donde empezó a dar sus primeros pasos en la música.
Desde niño, Feliciano mostró un talento prodigioso para la guitarra y la música en general.
A los nueve años recibió su primera guitarra y dedicaba largas horas a aprender de oído, absorbiendo influencias de rock and roll, jazz y música clásica.
Su maestro, Harold Morris, también ciego, fue una inspiración que lo ayudó a perfeccionar su técnica.
A los 17 años, debido a la necesidad económica de su familia, José comenzó a presentarse en cafeterías de Greenwich Village, Nueva York, con su guitarra y su sombrero para recibir monedas.
Fue en uno de esos lugares donde fue descubierto por casualidad, cuando imitaba a Bob Dylan frente a un público que incluía al propio Dylan.
Firmó con RCA Víctor en 1963 y lanzó su primer sencillo, “Everybody Do the Click”, que se convirtió en un éxito inesperado en Filipinas.
Esto abrió la puerta a una carrera internacional que lo llevó a grabar álbumes como “The Boys and Guitar of José Feliciano” y “Abag Full of Soul”, ganándose el apodo de “el mago de los diez dedos”.
Su presentación en el Festival de Mar del Plata, Argentina, en 1966, fue un punto de inflexión.
Allí, impulsado por RCA, grabó su primer álbum en español, revolucionando el bolero con un estilo único que mezclaba blues y folk.
Canciones como “Poquita Fe” y “La Copa Rota” marcaron el inicio de su éxito en América Latina.
Sin embargo, no todo fue fácil.
En 1967, enfrentó una dolorosa experiencia en el Reino Unido, donde no le permitieron entrar con su perra guía a menos que ésta pasara seis meses en cuarentena.
Esta injusticia inspiró la canción “No Dozeloud”, que se convirtió en un éxito en Europa.
Su carrera siguió creciendo y en 1968 alcanzó uno de los momentos más controversiales de su vida: su interpretación del himno nacional de Estados Unidos en la Serie Mundial.
Con su guitarra de cuerdas de nylon, cantó una versión íntima y lenta que fue percibida por muchos como una protesta, generando críticas y acusaciones de profanación.
A pesar del escándalo, Feliciano se mantuvo firme, explicando que su intención era que la gente escuchara la letra y no solo la repitiera sin sentido.
Esta interpretación histórica llegó a estar cinco semanas en las listas del Billboard Hot 100 y hoy es vista como un acto de valentía artística.
En los años siguientes, Feliciano colaboró con grandes figuras y se consolidó como una leyenda.
Su canción “Feliz Navidad”, nacida de recuerdos de su infancia en Puerto Rico, se convirtió en un himno navideño mundialmente reconocido, versionado por cientos de artistas y parte del Salón de la Fama de los Grammy.
A lo largo de su vida, José Feliciano ha vivido momentos de gloria y también de lucha personal.
Se casó dos veces, perdió a su primera esposa en 2018 y ha sido un defensor constante de sus raíces puertorriqueñas, a pesar de haber conquistado escenarios en todo el mundo.
En 2018, celebró 50 años de carrera con un emotivo concierto en Puerto Rico y fue homenajeado en lugares emblemáticos como el Museo Nacional de Historia Americana del Smithsonian, donde donó la guitarra con la que cantó el himno nacional en 1968.
Ese mismo año, su interpretación del himno en el estadio de los Detroit Tigers fue recibida con respeto y ovaciones, un reconocimiento tardío pero merecido que cerró un ciclo en su carrera.
Además, Feliciano llevó su música hasta el Vaticano, ofreciendo un concierto navideño que reunió a cardenales, diplomáticos y fieles, demostrando que su arte trasciende fronteras y religiones.
A pesar de los años, su pasión por la música sigue intacta.
En 2020 lanzó el álbum “Being Guitar”, un trabajo íntimo que refleja sus emociones y vivencias a lo largo de décadas.
José Feliciano no solo es un músico prodigioso, sino un símbolo de resiliencia y autenticidad.
Su historia, marcada por la superación de obstáculos y la expresión sincera de sus convicciones, sigue inspirando a generaciones.
Hoy, a sus 79 años, su voz y su guitarra continúan encendiendo corazones, recordándonos que la música es un lenguaje universal capaz de transformar y unir.
Esta revelación de su vida y sus pensamientos más profundos nos invita a conocer no solo al artista, sino al hombre detrás del mito, cuya historia está llena de luces, sombras y una pasión que nunca se apaga.
