El caso de la desaparición y muerte de Sara Sofía Galván, la niña de dos años originaria del barrio Kennedy, sigue generando conmoción y controversia en la opinión pública.
Recientemente, una testigo cercana a Carolina Galván, madre de la menor, ofreció una declaración que contradice versiones anteriores y aporta detalles impactantes sobre lo ocurrido con la niña.
Según esta testigo, la versión de que la madre “regaló” a la menor es falsa; en cambio, Carolina le confesó que Sara Sofía había fallecido y narró cómo, junto a su compañero Nelson Díaz, habrían ocultado el cuerpo de la niña.
Sara Sofía Galván desapareció en 2021, y desde entonces su caso ha sido objeto de investigaciones y procesos legales.
La Fiscalía acusó formalmente a Carolina Galván y a Nelson Díaz por desaparición forzada agravada, señalando que ambos habrían ocultado a la niña y proporcionado información falsa sobre su paradero.
Sin embargo, las versiones sobre lo que realmente ocurrió con Sara Sofía han sido contradictorias y confusas, generando dudas e incertidumbre en la sociedad.
Marisela, una mujer que mantuvo una relación de amistad con Carolina Galván, relató en una entrevista cómo Carolina le contó que su hija había fallecido.
Según Marisela, Carolina le dijo que Sara Sofía murió el 28 de enero, aproximadamente un mes antes de la conversación, y que los hechos que siguieron fueron dramáticos y dolorosos.
Carolina narró que la niña estaba muy inquieta, lloraba mucho, no comía ni dormía bien. En un momento, al despertar a la niña, se dio cuenta de que ya estaba muerta.
El miedo y la desesperación la llevaron, junto a Nelson Díaz, a tomar la terrible decisión de envolver el cuerpo de la menor en una bolsa, meterlo en una caja y arrojarlo a un cañón o río cercano.
Marisela también explicó que Nelson Díaz ha dado varias versiones sobre la desaparición de Sara Sofía.
En una primera versión, Díaz afirmó que la niña estaba al cuidado de una señora y que Carolina la había llevado a un parque, pero que luego la niña murió.
En otra versión, Díaz mencionó que Carolina “regaló” a la niña a unas personas en un carro, pero no pudo proporcionar detalles concretos como el número de teléfono.
Estas versiones contrastan con la declaración de Carolina a Marisela, quien siempre sostuvo que la niña había muerto y que ambos, ella y Nelson, decidieron ocultar el cuerpo por miedo a las consecuencias.
Marisela aseguró que Carolina siempre le habló con sinceridad y que nunca le contó que hubiera regalado a la niña.
De hecho, negó rotundamente esa versión, calificándola de mentira.
Además, explicó que Carolina era una persona reservada, con pocas amistades, y que incluso les pedía a sus conocidos que no hablaran de ella ni se hicieran amigas de nadie, lo que podría indicar un intento de mantener en secreto la situación.
La testigo también confesó que, a pesar de la tragedia, no cree que Carolina haya hecho daño intencionalmente a Sara Sofía.
Según su percepción, Carolina estaba afectada y angustiada por lo sucedido, y su relato constante sobre la muerte de la niña le parecía sincero.
La declaración de Marisela aporta una visión humana y dolorosa sobre el caso, alejándose de las versiones simplistas o sensacionalistas que han circulado.
La tragedia de Sara Sofía no solo es un hecho judicial, sino también un drama familiar que refleja la vulnerabilidad y el sufrimiento de quienes están involucrados.
Este testimonio pone en evidencia la complejidad del caso, donde la verdad parece estar fragmentada en múltiples relatos que deben ser analizados con rigor y sensibilidad.
La sociedad exige justicia, pero también comprensión y protección para los niños y las familias en situaciones difíciles.
La Fiscalía continúa con el proceso judicial contra Carolina Galván y Nelson Díaz, quienes enfrentan cargos por desaparición forzada agravada.
La audiencia preparatoria está próxima, y se espera que se presenten nuevas pruebas y testimonios para esclarecer los hechos.
Mientras tanto, el caso sigue siendo un tema de gran interés público, con llamadas a fortalecer los mecanismos de protección infantil y a garantizar que se sancione a quienes vulneran los derechos de los menores.
El relato de Marisela invita a reflexionar sobre la importancia de buscar la verdad con objetividad y empatía.
Más allá de las acusaciones y versiones contradictorias, está el dolor de una familia y la memoria de una niña que merece justicia.
Este caso también subraya la necesidad de políticas públicas efectivas para prevenir tragedias similares y proteger a los niños en contextos vulnerables.
La sociedad debe unirse para exigir transparencia, justicia y, sobre todo, el respeto y cuidado de los derechos de los menores.
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