Ramón Valdés, conocido mundialmente por su entrañable papel de Don Ramón en “El Chavo del Ocho”, es una figura que trascendió generaciones gracias a su talento, carisma y esa mezcla de humor irreverente y ternura que tanto lo caracterizó.
Su vida fue una serie de momentos que, aunque cargados de dificultades, reflejaban su perseverancia y amor por la familia y la comedia.
Nacido el 2 de septiembre de 1923 en la Ciudad de México, Ramón Antonio Esteban Gómez Valdés Castillo creció en una familia numerosa de origen italoamericano.
Desde joven, demostró tener un gran sentido del humor, una característica que heredó de sus padres.
Su vida laboral comenzó en diversos oficios, entre los que se incluyeron chófer y fabricante de muebles, hasta que su hermano mayor, Germán Valdés (Tintán), le abrió las puertas del mundo del espectáculo.
A finales de la década de 1940, Ramón debutó en el cine, y fue en este medio donde comenzó a forjar su nombre.
A lo largo de los años, participó en numerosas películas y programas de radio, consolidándose como un actor destacado en la comedia mexicana.
Su verdadera fama, sin embargo, llegó cuando Roberto Gómez Bolaños lo eligió para formar parte de “El Chavo del Ocho” en 1972.
En este programa, Valdés encarnó a Don Ramón, un personaje querido por su pereza y su eterna lucha con el casero, el Señor Barriga, además de su conflictiva relación con Doña Florinda.
A pesar de las constantes discusiones y malentendidos en el vecindario, Don Ramón se destacaba por su bondad y sentido de la justicia, lo que lo convirtió en un ícono de la televisión.
Don Ramón no solo destacó en “El Chavo del Ocho”, sino también en “El Chapulín Colorado”, donde interpretó varios personajes memorables.
Su estilo de actuación, espontáneo y único, hizo que el público lo adorara aún más. Sin embargo, detrás de cámaras, las tensiones comenzaron a surgir.
El conflicto entre los miembros del elenco y la dirección del programa, junto con desacuerdos sobre los derechos de los personajes, llevaron a Valdés a abandonar “El Chavo” en 1978.
Aunque regresó brevemente en 1981, su salida definitiva ocurrió en 1982, cuando se concentró en otros proyectos, como su Circo.
En la década de 1980, Valdés enfrentó su batalla más difícil: fue diagnosticado con cáncer de estómago, una enfermedad que agravó debido a su adicción al tabaco. A pesar de recibir un diagnóstico terminal en 1985, Valdés continuó trabajando hasta sus últimos días.
En una de sus últimas apariciones, en el programa “Aquí está Kiko”, grabó una escena en un cementerio, que sería la última de su carrera. A pesar de su salud deteriorada, Ramón se mantuvo optimista y centrado en su familia.
El 9 de agosto de 1988, a los 64 años, Ramón Valdés falleció. Su partida dejó un vacío profundo entre sus seres queridos, compañeros de trabajo y fans.
Aunque su vida estuvo marcada por la lucha constante, su legado perdura hasta el día de hoy.
La memoria de Don Ramón sigue viva, no solo en la televisión, sino también en canciones, memes y homenajes en todo el mundo.
La despedida de Valdés fue emotiva, especialmente para aquellos que lo conocieron de cerca, como Angelines Fernández (Doña Clotilde), quien estuvo a su lado hasta el último momento.
A pesar de las tensiones dentro del elenco de “El Chavo del Ocho”, la figura de Ramón Valdés permanece intacta en la memoria colectiva, un símbolo de la comedia mexicana y un ser humano entrañable que nunca dejó de ofrecer risas y cariño.
Su legado sigue vivo, no solo en los recuerdos, sino también en el corazón de quienes lo admiraron, a través de sus inolvidables interpretaciones.