La Tragedia de Rubby Pérez: Revelaciones Impactantes de su Manager
La muerte de Rubby Pérez ha dejado una profunda huella en la comunidad artística dominicana y en su legión de fans.
A sus 62 años, su manager, Fernando Soto, ha decidido romper el silencio y compartir la verdad detrás de los trágicos eventos que rodearon su fallecimiento.
Este relato no solo es desgarrador, sino que también revela la fragilidad de la vida y el impacto que un ícono musical puede tener en la sociedad.
La noche del 8 de abril de 2025, Rubby Pérez se preparaba para presentarse en Jetset, uno de los clubes nocturnos más emblemáticos de Santo Domingo.
La atmósfera estaba cargada de emoción y anticipación.
Las entradas se habían agotado semanas antes, y el lugar estaba lleno de familias, parejas y devotos seguidores que esperaban disfrutar de una noche mágica.
Rubby, conocido por su voz potente y carisma, estaba en su elemento, brindando un espectáculo inolvidable.
Sin embargo, lo que comenzó como una celebración se transformó en una pesadilla.
Durante una conmovedora interpretación de “Volveré”, el ambiente festivo se vio interrumpido por un estruendo ensordecedor.
El techo del club comenzó a colapsar sin previo aviso, desatando el pánico entre la multitud.
Testigos como María Fernández recordaron que, poco antes del desastre, escucharon un sonido extraño, como si algo se estuviera desplazando arriba.
La alegría se tornó en caos cuando los fragmentos del techo comenzaron a caer, creando una escena dantesca.
Fernando Soto, quien coordinaba todo tras bastidores, describió el momento como un infierno.
La pista de baile se convirtió en un laberinto mortal de metal retorcido, vidrios rotos y cuerpos atrapados.
En medio de la confusión, la pregunta que todos se hacían era: ¿dónde estaba Rubby Pérez? La incertidumbre sobre su paradero se convirtió en un tormento para quienes lo conocían y amaban.
Mientras las ambulancias llegaban y la policía intentaba controlar la situación, los rumores comenzaron a circular.
Algunos afirmaron haber visto a Rubby siendo escoltado hacia una salida de emergencia justo antes del colapso, mientras otros insistían en que aún estaba en el escenario.
La desesperación se apoderaba de todos, y la búsqueda de respuestas se volvía cada vez más angustiante.
Dos días después del colapso, Fernando Soto finalmente se presentó ante los medios.
Su voz temblaba mientras compartía la desgarradora verdad sobre la decisión de Rubby de subir al escenario esa noche.
Tres días antes del concierto, Rubby había sufrido una caída en el baño, lesionándose la misma pierna que había sufrido en un accidente anterior.
Los médicos le habían aconsejado descansar, pero Rubby, con su carácter tenaz, decidió ignorar las advertencias.
“Esas personas compraron entradas para verme”, dijo, mostrando su compromiso con su público y su banda.
La entrevista de Fernando se volvió viral, no solo por los detalles de la tragedia, sino por la profundidad de su vínculo con Rubby.
La conexión entre ellos era evidente, y su dolor resonaba en cada palabra.
Sulinca Pérez, la hija de Rubby, también estaba presente en el escenario esa noche.
Con apenas 32 años, Sulinca había heredado el talento de su padre y estaba en medio de una canción cuando ocurrió el colapso.
En una emotiva declaración, recordó cómo su padre la miró justo antes de que todo se viniera abajo, como si supiera que sería la última vez que se verían.
El sacrificio de su esposo, Rafael Mendoza, quien se lanzó sobre ella para protegerla, fue un acto heroico que le salvó la vida, aunque le dejó múltiples fracturas.
La tragedia también afectó a otros miembros de la banda.
Luis Emilio Solís, el saxofonista que había estado con Rubby desde sus primeros shows, no sobrevivió al colapso.
Su pérdida fue devastadora, y Fernando describió a Luis como una enciclopedia andante de la música.
Con el país de luto, comenzaron a surgir preguntas difíciles sobre las condiciones del club Jetset.
Las investigaciones revelaron que el establecimiento había recibido advertencias sobre problemas estructurales semanas antes de la tragedia, advertencias que fueron ignoradas.
Sulinca, aún en silla de ruedas, dio una entrevista donde expresó su dolor y su deseo de que su padre fuera recordado por su música y su alegría, no por el caos de esa noche fatídica.
La noticia del colapso y la muerte de Rubby Pérez sacudió a la nación.
Artistas como Milly Quesada y Juan Luis Guerra expresaron su dolor y admiración por Rubby, destacando su importancia en la identidad musical dominicana.
Las radios comenzaron a tocar solo canciones de Rubby, y la gente se unió en homenaje, iluminando las calles con velas y flores.
El presidente Luis Abinader tomó medidas inmediatas tras la tragedia.
Canceló su agenda y se dirigió al lugar del desastre, mostrando su compromiso con las víctimas y sus familias.
Anunció un duelo nacional y estableció un fondo especial para ayudar a los sobrevivientes y sus seres queridos.
Su visita al hospital, donde Rafael se recuperaba, fue un momento de conexión humana que resonó en todo el país.
Apenas 48 horas después, el presidente convocó una sesión extraordinaria en el Congreso para presentar la “Ley Leira P”, que busca reformar las normas de seguridad en los recintos de entretenimiento.
Esta ley promete inspecciones regulares y sanciones severas por incumplimiento, con el objetivo de evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro.
Rubby Pérez no solo fue un artista; fue un símbolo de la música dominicana.
Su legado perdurará en las memorias de quienes lo amaron y en las melodías que llenaron sus corazones.
La historia de su vida y su trágica muerte nos recuerda la importancia de valorar cada momento y de luchar por un futuro más seguro para todos.
Mientras el país llora su pérdida, la voz de Rubby seguirá resonando, uniendo generaciones y recordándonos la fragilidad de la vida.
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