Mariska Hargitay es conocida mundialmente por su papel icónico como la detective Olivia Benson en la serie de televisión de NBC *La Ley y el Orden: Unidad de Víctimas Especiales* (UVE), un personaje que ha marcado a varias generaciones desde 1999.
Sin embargo, detrás de su éxito profesional y su vida familiar feliz, se esconde una historia de tragedias, pérdidas y luchas personales que moldearon a la mujer y actriz que hoy conocemos.
Este artículo repasa la vida de Mariska, desde su infancia marcada por la tragedia, hasta su carrera y vida actual.
Mariska Magdolna Hargitay nació el 23 de enero de 1964 en Santa Mónica, California, en el seno de una familia que ya estaba en el ojo público.
Su madre, Jayne Mansfield, fue una famosa actriz conocida por sus papeles de “chica tonta” en Hollywood, aunque se decía que tenía un coeficiente intelectual de genio.
Su padre, Mickey Hargitay, era un culturista, actor y ex Mr. Universo.
La historia de amor entre sus padres comenzó en 1956, cuando Mickey actuaba como modelo en un club nocturno y Jayne estaba entre el público.
Sin embargo, su matrimonio fue complicado y se separaron poco después del nacimiento de Mariska.
La tragedia golpeó a la familia cuando Mariska tenía apenas tres años.
En 1967, Jayne Mansfield murió en un accidente automovilístico cuando el vehículo en el que viajaba chocó contra un tractor-remolque que rociaba niebla contra mosquitos en plena noche.
Aunque los adultos en el asiento delantero murieron, Mariska y sus dos hermanos mayores, que iban en la parte trasera, sobrevivieron milagrosamente.
Mariska quedó atrapada bajo el asiento y fue rescatada por los equipos de emergencia.
Esta pérdida dejó una cicatriz profunda en Mariska, quien años después declararía que la muerte de su madre a tan temprana edad fue “la cicatriz de su alma”.
A pesar del dolor, reconoció que esa experiencia la formó y la convirtió en la persona que es hoy, dándole una comprensión única del viaje de la vida.
Tras la muerte de Jayne Mansfield, la casa familiar fue saqueada y la mayoría de los objetos personales de la actriz desaparecieron o fueron vendidos a coleccionistas.
Años después, algunos de esos objetos fueron ofrecidos a Mariska, quien logró recuperar una pulsera con un dije que llevaba el nombre de su madre, un pequeño tesoro que aún conserva con cariño.
Durante su adolescencia y principios de los 20 años, Mariska enfrentó serias dificultades emocionales.
Luchaba contra la ansiedad y la baja autoestima, y sentía intensamente el vacío de no haber conocido realmente a su madre.
Esta tristeza la llevó a evitar eventos sociales y fiestas, sintiendo que su presencia pasaría desapercibida.
Su padre volvió a casarse con Ellen Siano, una azafata que se convirtió en una figura materna para Mariska y sus hermanos.
Ellen fue una gran influencia positiva en sus vidas, ayudándolos a sobrellevar la ausencia de su madre biológica.
La vida no dejó de poner pruebas a Mariska.
En 1973, su madrastra sufrió un grave accidente aéreo con turbulencias violentas que dejó a varios pasajeros heridos y a Ellen con múltiples golpes.
Para Mariska y su familia, fue otro episodio traumático que se sumaba a las dificultades que habían vivido.
A pesar de estos retos, Mariska ingresó a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde estudió actuación.
Durante esos años, compaginaba sus estudios con trabajos como camarera y audiciones.
Incluso apareció en un videoclip musical, aunque tuvo un curioso incidente al ser arrestada por multas de aparcamiento impagas.
Mariska no alcanzó la fama hasta sus 35 años, cuando consiguió el papel de Olivia Benson en *La Ley y el Orden: UVE*.
Antes de eso, enfrentó problemas económicos, acumulando deudas significativas y viviendo con incertidumbre laboral.
En algún momento, su novio tuvo que ayudarla con sus gastos, y ella se comprometió a pagarle cuando pudiera.
Con el tiempo, aprendió a manejar mejor sus finanzas, ahorrando y evitando gastos innecesarios.
Su perseverancia y talento la llevaron a convertirse en una de las actrices más reconocidas de la televisión estadounidense.
Mariska conoció a su esposo, el actor Peter Hermann, en el set de *La Ley y el Orden: UVE* en 2001.
Se casaron en 2004, cuando ella tenía 40 años, y tuvieron a su primer hijo, August, en 2006.
Sin embargo, justo cuando estaba a punto de dar a luz, su padre fue diagnosticado con cáncer y falleció meses después.
Mariska ganó su primer premio Emmy ese mismo año y dedicó su discurso a su padre, a quien consideraba la razón de su éxito.
La pareja decidió ampliar su familia mediante la adopción, un proceso que no estuvo exento de dificultades.
En 2010, vivieron un duro golpe cuando una madre biológica que les había entregado a su hijo cambió de opinión días después.
A pesar del dolor, Mariska comprendió que fue lo mejor para todos y continuó con su sueño de formar una familia numerosa.
Finalmente, en 2011 adoptaron a otros dos niños, Amaya y Andrew, completando así su hogar.
En 2008, Mariska sufrió un grave accidente durante el rodaje de una escena peligrosa, lo que le provocó una hemorragia pulmonar que requirió cirugía.
A pesar del riesgo, logró recuperarse completamente y hoy goza de buena salud.
Esta experiencia reforzó su filosofía de vida: aprender de las dificultades y valorar cada bendición.
Mariska ha declarado que la vida es dura, pero que no hay que rendirse.
Cree que el miedo solo limita las posibilidades y que es necesario dejarlo de lado para alcanzar la grandeza.
Mariska Hargitay no solo es una actriz exitosa, sino también un ejemplo de fortaleza y superación.
Su vida ha estado marcada por la pérdida, el dolor y la lucha, pero también por el amor, la familia y la esperanza.
Su personaje de Olivia Benson ha inspirado a muchas personas, y su historia personal demuestra que, a pesar de las adversidades, es posible construir una vida plena y feliz.
Con una actitud positiva, Mariska sigue adelante, enfocándose en lo que puede controlar y enfrentando cada día con valentía.
Su mensaje es claro: no dejar que el miedo nos detenga y valorar cada momento, porque la recompensa es enorme.
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