La película *Los Tres García* es un clásico del cine mexicano que marcó una época dorada en la industria cinematográfica.
Estrenada en 1947 y dirigida por Ismael Rodríguez, esta cinta reunió a tres grandes figuras del cine nacional: Pedro Infante, Abel Salazar y Víctor Manuel Mendoza.
Aunque hoy en día la película es recordada principalmente por la actuación de Pedro Infante, en aquel entonces los tres actores eran considerados galanes destacados y la película tuvo un contexto especial que vale la pena explorar.
Además, la relación entre Pedro Infante y la icónica actriz Sara García, quien formó parte del elenco, dejó anécdotas y revelaciones que enriquecen aún más la historia detrás de este filme.
Las filmaciones de *Los Tres García* comenzaron el 21 de octubre de 1946.
En ese momento, Pedro Infante no era todavía la superestrella que conocemos hoy; de hecho, su carrera apenas estaba despegando.
Para esta película, Pedro cobró una cantidad modesta, equivalente a 1500 pesos de la época, que aunque hoy parece insignificante, en ese tiempo era un pago razonable para un actor en ascenso.
Pedro Infante era conocido por ser una persona insegura, algo que sorprendía a muchos dada la imagen de ícono que desarrollaría con el tiempo.
Esta inseguridad se reflejaba en su actitud durante las filmaciones, lo que llevó a que Sara García tuviera un papel importante no solo como actriz sino también como apoyo moral para Pedro.
Sara García es considerada una institución en el cine mexicano, reconocida como “la abuela del cine” por sus numerosos papeles icónicos interpretando a figuras maternas y abuelas.
Su trayectoria es extensa y respetada, y su presencia en *Los Tres García* fue fundamental para el desarrollo de la película.
En sus memorias, Sara García relata que antes de esta producción nunca había tenido contacto con Pedro Infante.
Fue la primera vez que coincidieron y, según ella, Pedro estaba muy renuente a participar en la película.
Se sentía inseguro y dudaba de su capacidad para destacar al lado de otros galanes ya establecidos como Abel Salazar y Víctor Manuel Mendoza, además de la misma Sara, que ya era una figura consolidada.
El director Ismael Rodríguez le pidió a Sara que hablara con Pedro para convencerlo de bajar al set, ya que él se negaba a filmar.
Sara logró persuadirlo con paciencia y comprensión, ayudándolo a superar sus miedos y dudas.
Sara García recuerda una anécdota que refleja la inseguridad inicial de Pedro Infante.
Un día, Pedro llegó tarde a la filmación y Sara, molesta, le reclamó por su falta de puntualidad, recordándole que ella tenía muchos años de experiencia y siempre llegaba a tiempo.
Lo curioso es que ambos eran vecinos en la Colonia Narvarte de la Ciudad de México, viviendo a pocas casas de distancia.
Sara pasó por la casa de Pedro justo cuando él estaba lavando su coche, claramente nervioso por la hora.
A pesar de eso, Pedro se apresuró a llegar puntual y no volvió a llegar tarde durante toda la filmación.
Esta anécdota muestra la humildad y humanidad de Pedro, así como el respeto que Sara le tenía.
Durante la filmación de *Los Tres García*, se forjó una amistad especial entre Pedro Infante y Sara García.
Ella no solo fue una colega sino también una mentora para Pedro, dándole consejos y apoyo para que ganara confianza frente a las cámaras.
Un momento destacado fue cuando Pedro tuvo que filmar una escena muy emotiva en la que su personaje llora desconsoladamente en un panteón.
Para inspirarse, Pedro insistió en que Sara estuviera presente en la filmación, a pesar de que ella no tenía que participar en esa escena.
Su actuación conmovió tanto al equipo que fue ovacionado por todos.
Un dato curioso sobre Pedro Infante es que durante la época en que vivía en la Colonia Narvarte tenía una mascota muy especial: un loro llamado Lorenzo.
Este loro aparece incluso en fotografías inéditas junto a Pedro y su esposa María Luisa León.
Lo más interesante es que Lorenzo también apareció en la película *Los Tres García*.
En una escena, Pedro habla con su loro y bromea diciendo: “Qué hablador periquito”, lo que añade un toque personal y entrañable al filme.
Pedro Infante no solo fue un cantante y actor talentoso, sino que también tenía una fuerte conexión con la charrería, una tradición mexicana que combina habilidades ecuestres y culturales.
Pedro aprendió diversas suertes y técnicas de charrería gracias a Don Miguel Lara, una figura reconocida en este ámbito.
Sara García también relata que Pedro solía llevarle serenatas a caballo los días 10 de mayo, cantándole a capela canciones populares como “Mi Cariñito”.
Esta costumbre refleja la nobleza y romanticismo que Pedro llevaba en su vida personal, más allá del escenario.
La película no solo es un reflejo del cine de la Época de Oro mexicana, sino que también muestra valores tradicionales y costumbres mexicanas, como la charrería y la vida en familia.
La química entre los actores y las historias detrás de cámaras enriquecen la experiencia para el espectador.
La colaboración entre Pedro Infante y Sara García fue clave para el éxito de la película, y sus anécdotas personales aportan una dimensión humana a estas leyendas del cine.
*Los Tres García* es mucho más que una película clásica; es un testimonio de la evolución de Pedro Infante como artista y persona.
Gracias al apoyo y amistad de Sara García, Pedro pudo superar sus inseguridades y brillar en un papel que lo catapultó hacia la fama.
Las historias detrás de cámaras, como la llegada puntual de Pedro tras la advertencia de Sara, la presencia del loro Lorenzo, y su aprendizaje en la charrería, nos muestran un lado más íntimo y humano de este ícono mexicano.
Sara García y Pedro Infante no solo compartieron escenas, sino también una relación de respeto y cariño que quedó plasmada en la historia del cine mexicano.
Estas revelaciones nos permiten apreciar aún más la grandeza de ambos artistas y la magia que lograron crear juntos en *Los Tres García*.
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