José Guadalupe Esparza, conocido popularmente como Lupe el de Bronco, es mucho más que un cantante y compositor exitoso.
Su historia de vida es un testimonio de lucha, perseverancia y pasión por la música, que lo ha llevado a convertirse en un ícono de la música regional mexicana.
En una entrevista exclusiva para el podcast *Luchando por tus sueños*, Lupe comparte detalles íntimos de su infancia, sus inicios difíciles y cómo la música transformó su vida.
Lupe nació en un pequeño pueblo llamado Hermenildo Galiana, en Durango, donde su infancia estuvo marcada por la pobreza y la carencia.
Creció en un ambiente rural, rodeado de tierra, animales y sin luz eléctrica.
A los siete años, su familia emigró a Monterrey, Nuevo León, donde comenzó una nueva etapa que definiría su futuro.
Siendo el mayor de doce hermanos, Lupe tuvo que asumir responsabilidades desde muy joven.
Trabajó desde niño para ayudar en casa, realizando tareas como ordeñar vacas y limpiar.
A pesar de las dificultades, su infancia le dejó enseñanzas valiosas y un carácter fuerte que más tarde lo ayudaría a enfrentar los retos de la vida artística.
En la escuela, Lupe enfrentó discriminación y burlas por su color de piel, lo que afectó su autoestima y lo hizo sentirse inseguro.
Su obsesión en la adolescencia no era la música, sino el baloncesto; soñaba con llegar a la NBA, aunque sabía que su estatura no era suficiente.
Intentó métodos para crecer, como colgarse de una puerta, en un esfuerzo por alcanzar su sueño deportivo.
Sin embargo, la música apareció en su vida de manera inesperada.
Al principio, solo cantaba para sí mismo en el monte mientras cuidaba animales, sin imaginar que esa pasión lo llevaría a la fama.
Fue hasta que comenzó a cantar con sus amigos en Apodaca, Nuevo León, que la música se convirtió en su camino.
Aunque al principio fue un hobby, pronto se transformó en su vocación y medio de vida.
Lupe y sus compañeros —Eric, Javier y Choche— formaron el grupo Bronco, que empezó tocando en bodas, bautizos y fiestas pequeñas.
Sin apoyo discográfico ni reconocimiento, trabajaron duro para grabar sus primeras canciones pagando de su propio bolsillo.
El camino no fue fácil; enfrentaron el desánimo y la falta de público, hasta que finalmente lograron un éxito que los catapultó a la fama.
Una de las canciones más emblemáticas de Bronco, “Sergio el Bailador”, fue escrita por Lupe y se convirtió en un himno que millones de personas cantan en toda Latinoamérica.
A pesar de no ser una obra literaria perfecta, la canción logró conectar con el público y consolidar el nombre de Bronco en la escena musical.
La carrera de Lupe no estuvo exenta de dificultades.
En un concierto en Veracruz, una pelea afuera del evento provocó la cancelación del show y la trágica muerte de varias personas, un suceso que marcó profundamente al cantante.
También vivió la pérdida de su amigo y compañero Homero Hernández en un accidente, y más recientemente, la caída de un templete en San Pedro que causó otra tragedia.
Estos momentos dolorosos han sido parte del precio que Lupe ha pagado por su carrera, pero también han inspirado canciones como “Cumbia Triste”, dedicada a las víctimas de esos eventos.
Además de la música, Lupe entrenó durante un tiempo en lucha libre, una experiencia que disfrutó y que le permitió conocer otra faceta del espectáculo y la disciplina física.
Entrenó con grandes figuras como Blue Fish y Herodes, enfrentando entrenamientos duros y aprendiendo sobre la importancia del compromiso y la preparación.
La lucha libre y la música comparten para él la pasión y el sacrificio necesarios para triunfar, aunque reconoce que en ambos mundos hay tentaciones y riesgos, como el consumo de drogas y alcohol, que él ha logrado evitar.
Hoy, Lupe disfruta de trabajar junto a sus hijos, quienes forman parte del grupo Bronco y manejan la logística y producción.
A pesar de los años en la carretera y los sacrificios, valora profundamente el tiempo que puede compartir con ellos y la continuidad de la historia familiar en la música.
También es empresario, con un gimnasio que fundó hace más de 25 años, aunque aclara que para él es más un gusto personal que un negocio lucrativo.
El ejercicio ha sido una constante en su vida, ayudándole a mantener la disciplina y el bienestar.
Lupe reconoce que el éxito puede marear a cualquiera, pero que la madurez y la experiencia le han permitido mantenerse con los pies en la tierra.
Ha vivido momentos de vanidad, como cuando compró un auto lujoso, pero rápidamente se dio cuenta de que eso no definía su felicidad ni su identidad.
También ha enfrentado discriminación y desaires, como cuando en una entrega de premios en Estados Unidos intentaron impedir que recibiera un reconocimiento por su trabajo.
Estas experiencias lo fortalecieron y le enseñaron a seguir adelante con humildad y determinación.
Para quienes están comenzando o enfrentan dificultades, Lupe tiene un mensaje claro: ser auténtico y luchar incansablemente.
Recomienda ser el mejor en lo que se hace, destacarse por la originalidad y la entrega, y no rendirse ante los obstáculos.
Su propia historia es un ejemplo de que el éxito no llega de la noche a la mañana, sino que es fruto del trabajo constante y la pasión por lo que se ama.
Con más de 45 años de carrera, Lupe el de Bronco sigue activo y motivado.
Próximamente realizará giras en Estados Unidos, México, Centroamérica y Sudamérica, llevando su música a nuevas generaciones y manteniendo vivo el legado de Bronco.
Su historia es la de un hombre que, desde la humildad y la adversidad, supo encontrar en la música una forma de expresión, identidad y éxito.
Una historia que inspira a todos aquellos que luchan por sus sueños, recordándoles que, con esfuerzo y perseverancia, es posible transformar la vida.
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