Alejandra Marta Guzmán Meyer, conocida como Alejandra Meyer, nació el 26 de febrero de 1937 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
A lo largo de su vida, se convirtió en una de las actrices y comediantes más queridas de México, destacándose en el cine, el teatro y la televisión.
Su legado perdura a través de sus icónicos personajes, especialmente Doña Cata en la exitosa serie “El doctor Cándido Pérez”.
A pesar de los desafíos que enfrentó, su pasión por la actuación y su carisma la convirtieron en una figura inolvidable en el mundo del entretenimiento mexicano.
Alejandra Meyer creció en un entorno artístico, siendo hija de la actriz Kika Meyer, quien participó en más de 20 películas durante la época de oro del cine mexicano.
Desde pequeña, Alejandra estuvo expuesta al mundo del espectáculo, pero curiosamente, no soñaba con ser actriz.
Su vida dio un giro inesperado tras un accidente automovilístico en el que se vio involucrada junto a su madre.
Este incidente dejó a Kika con lesiones graves, y Alejandra tuvo que asumir la responsabilidad de ayudar a su familia.
Para solventar los gastos médicos y familiares, Alejandra abandonó sus estudios de comercio y comenzó a trabajar en el mundo del cine.
Con la ayuda de Pedro Infante y otros amigos de su madre, empezó como extra en películas y obras de teatro a la edad de 14 años.
Este fue el comienzo de una carrera que la llevaría a convertirse en una de las actrices más reconocidas de su generación.
La carrera de Alejandra Meyer despegó rápidamente. En 1953, tuvo su primer papel importante en la obra de teatro “Préstame a tu marido”.
Su talento y dedicación la llevaron a participar en varias películas, incluyendo “Pablo y Carolina” en 1957, donde actuó junto a Pedro Infante y Irma Serrano.
Con el tiempo, Alejandra se convirtió en una actriz versátil, capaz de interpretar tanto papeles cómicos como dramáticos.
A lo largo de su carrera, participó en numerosas películas, entre las que se destacan “María Isabel” (1968), “El cuerpazo del delito” (1970) y “No puedo, acabo de recibir la caja” (1976).
Su habilidad para combinar la comedia con momentos emotivos la hizo destacar en la industria cinematográfica.
La televisión fue el medio donde Alejandra Meyer realmente brilló. A partir de la década de 1970, comenzó a aparecer en telenovelas, consolidando su lugar en el corazón del público.
Participó en producciones como “Mundo de juguete” (1974), “Gabriel y Gabriela” (1982) y “Juana Iris” (1982).
Sin embargo, su papel más emblemático fue el de Doña Cata en “El doctor Cándido Pérez”, una comedia que se emitió desde 1987 hasta 1992.
El personaje de Doña Cata, la suegra metiche del doctor interpretado por Jorge Ortiz de Pinedo, se convirtió en un ícono de la televisión mexicana.
La serie fue tan exitosa que se realizaron dos películas basadas en ella: “Cándido Pérez, especialista en señoras” (1991) y “Cándido de Díaz Pérez de noche” (1992).
La popularidad de Alejandra como comediante la llevó a participar en otros programas, incluyendo “Cachún Cachún Ra Ra” y “Chespirito”.
A lo largo de su vida, Alejandra Meyer mantuvo un perfil relativamente bajo en cuanto a su vida personal. Se casó con el músico Pepe Arévalo, con quien tuvo un hijo, Josué Arturo.
La familia siempre fue una prioridad para ella, y a pesar de los retos de su carrera, Alejandra se esforzó por ser una madre presente y cariñosa.
Sin embargo, su vida personal también estuvo marcada por dificultades. En sus últimos años, Alejandra enfrentó problemas de salud que afectaron su calidad de vida.
En noviembre de 2007, fue hospitalizada en el Hospital Santa Elena de la Ciudad de México debido a un severo problema renal.
A pesar de los esfuerzos médicos, falleció el 7 de noviembre de ese mismo año, a la edad de 70 años.
El legado de Alejandra Meyer perdura en la memoria colectiva de México.
Su capacidad para hacer reír y su carisma en el escenario la convirtieron en una figura entrañable para varias generaciones.
A lo largo de su carrera, recibió numerosos elogios por su trabajo, y su personaje de Doña Cata sigue siendo recordado con cariño.
Su contribución al cine, la televisión y el teatro mexicano ha sido reconocida por colegas y fanáticos por igual.
Alejandra no solo fue una talentosa actriz, sino también una pionera en la comedia, abriendo puertas para futuras generaciones de artistas.
Su historia es un testimonio del poder del arte para conectar con las personas y dejar una huella duradera en sus vidas.
Alejandra Meyer fue una mujer que dedicó su vida al arte y la comedia, superando adversidades y dejando un impacto significativo en la industria del entretenimiento.
Su trayectoria es un ejemplo de pasión, dedicación y amor por la actuación.
A medida que recordamos su vida y su obra, celebramos a una artista que, a través de su talento, trajo alegría y risas a millones de personas.
A pesar de su partida, Alejandra Meyer sigue viva en los corazones de aquellos que la admiraron y disfrutaron de su trabajo.
Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de actores y comediantes, recordándonos la importancia de la risa y la conexión humana en el mundo del espectáculo.
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