Emma Roldán, conocida también como María Blasa Emma Roldán, fue una de las actrices de reparto más reconocidas del cine y la televisión mexicana, especialmente recordada por sus participaciones en películas de corte ranchero durante la Época de Oro del cine mexicano.
Sin embargo, detrás de su exitosa carrera artística, su vida estuvo marcada por controversias, conflictos personales y un trágico final que conmocionó a la industria y al público.
Emma Roldán nació el 3 de febrero de 1890 en San Luis Potosí, México, en una familia de clase media.
Sus padres eran dueños de un hotel ubicado frente al Teatro La Paz, un importante centro cultural de la época.
Desde joven, Emma mostró interés por las artes escénicas y, durante su adolescencia, se enamoró de Pedro Jesús Ortega, un actor con quien se casó y tuvo dos hijos.
Sin embargo, la vida en constante viaje que exigía la carrera de su esposo y su propio temperamento fuerte provocaron conflictos que terminaron en su separación.
Buscando nuevas oportunidades, Emma se unió a la Compañía Teatral de Esperanza Iris como bailarina.
Más adelante, se trasladó a Colombia, donde consolidó su carrera como actriz en cine mudo, debutando en la película “María” en 1922.
Durante su trayectoria, participó en más de 80 películas y alrededor de 12 telenovelas, convirtiéndose en una figura recurrente en el cine mexicano.
Además de su labor frente a las cámaras, Emma destacó como diseñadora de vestuario, colaborando en al menos seis producciones cinematográficas.
Fue nominada en tres ocasiones a los premios Ariel, el máximo reconocimiento del cine mexicano, aunque nunca logró ganar.
Entre sus películas más recordadas se encuentran “La sombra de Chucho el roto” (1946) y “Vino el remolino y nos levantó” (1950).
Emma Roldán no solo fue conocida por su talento, sino también por su carácter fuerte y, en ocasiones, violento.
Esta actitud le generó enemigos dentro del gremio actoral, especialmente entre las autoridades de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Se sabe que solía portar una pistola y no dudaba en usarla cuando consideraba que la situación lo ameritaba, lo que la llevó en varias ocasiones a tener problemas con la ley.
Su relación con Mario Moreno “Cantinflas” fue especialmente conflictiva.
Cantinflas acusó a Emma de engañar a jóvenes actrices para que tuvieran relaciones íntimas con ella a cambio de dinero, declaraciones que derivaron en una demanda por difamación que obligó a Cantinflas a pagar una considerable indemnización.
A pesar de estos enfrentamientos, Emma fue galardonada en varias ocasiones por su trayectoria artística.
Lamentablemente, los últimos años de Emma Roldán estuvieron marcados por la ruina económica y la soledad.
Se comenta que, tras perder gran parte de sus ingresos por disputas legales y problemas con ANDA, se dedicó a vender productos de jarciería y utensilios de cocina en la Colonia Impulsora, en la Ciudad de México.
Durante este periodo, Emma vivió con una joven que enfrentaba problemas de adicción.
Vecinos relataron que la convivencia era difícil, ya que la joven, en estado de intoxicación, intentaba agredirla, aunque Emma siempre trataba de calmarla.
A pesar de la preocupación de sus amigos y colegas, Emma rechazó la ayuda ofrecida por el entonces secretario general de ANDA, Jaime Fernández, quien le propuso vivir en la casa de un actor para mejorar sus condiciones.
En agosto de 1978, vecinos de la Colonia Impulsora reportaron un olor fétido proveniente de la vivienda donde Emma residía.
Al acudir las autoridades, encontraron a Emma Roldán muerta desde hacía tres días.
Lo que hallaron en la casa fue aterrador: junto al cuerpo de Emma, la joven que convivía con ella también fue encontrada sin vida, con un cuchillo clavado en el estómago y sin tres dedos de la mano izquierda.
Las investigaciones policiales indicaron que probablemente hubo un forcejeo previo a las muertes, pero nunca se esclarecieron las razones detrás de la violencia, ni por qué Emma había cortado los dedos de la joven.
Oficialmente, se determinó que Emma murió de un paro cardíaco, mientras que la joven falleció por las heridas provocadas.
A pesar de las tragedias y controversias que marcaron su vida personal, Emma Roldán dejó un legado importante en la historia del cine mexicano.
Su participación en más de 80 películas y su contribución como diseñadora de vestuario la consolidaron como una figura multifacética y valiosa para la industria.
Su vida también refleja las dificultades que enfrentaron muchas actrices de la Época de Oro, quienes, a pesar de su fama y talento, vivieron situaciones complejas y, en ocasiones, dolorosas fuera de los reflectores.
La historia de Emma es un recordatorio de la fragilidad humana detrás del brillo del espectáculo.
La muerte de Emma Roldán y las circunstancias que la rodearon siguen siendo un misterio y un tema de reflexión sobre la vulnerabilidad de quienes dedicaron su vida al arte y la cultura.
Su historia, llena de éxitos y sombras, invita a valorar no solo el talento artístico, sino también la dignidad y el bienestar de quienes forman parte del mundo del entretenimiento.
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