José Luis Perales es uno de los músicos, cantantes y compositores más emblemáticos de España, con una carrera que ha trascendido generaciones y fronteras.
Nacido el 18 de enero de 1945 en Castejón, un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, Perales creció en un entorno humilde donde la música era una parte esencial de la vida diaria.
Su voz profunda, sus letras emotivas y su habilidad para contar historias a través de sus canciones han conquistado millones de corazones en España y América Latina.
Desde muy joven, José Luis mostró un talento especial para la música.
A los 10 años comenzó a tocar la guitarra y a componer canciones, aunque sus orígenes humildes y las dificultades económicas de su familia le impidieron inicialmente soñar con una carrera artística.
Después de terminar la escuela secundaria, se mudó a Madrid para estudiar ingeniería eléctrica y trabajó como técnico, mientras por las noches se dedicaba a componer canciones que hablaban del amor, la nostalgia y los sueños incumplidos.
Su carrera profesional despegó en 1973 cuando compuso la canción “Por ti” para el grupo Mocedades en Eurovisión.
Aunque no ganó el concurso, llamó la atención del productor Rafael Trabucchelli, quien lo animó a cantar sus propias composiciones.
En 1974 lanzó su álbum debut *Mis canciones*, que incluía el éxito “Celos de mi guitarra”.
Este álbum fue un fenómeno tanto en España como en Latinoamérica, catapultando a Perales a la fama internacional.
El apogeo de su carrera llegó en 1981 con la canción “Y cómo es él”, incluida en el álbum *Entre el agua y el fuego*.
Esta canción se convirtió en un clásico, versionada por artistas de renombre como Marc Anthony y José Feliciano, y le valió a Perales numerosos premios, incluido el prestigioso Grammy Latino.
Otros temas como “Un velero llamado Libertad”, “Te quiero” y “Sí” también se convirtieron en himnos que han marcado a varias generaciones.
A lo largo de más de cinco décadas, Perales ha lanzado más de 20 álbumes y vendido más de 50 millones de copias en todo el mundo.
Su éxito no solo se debe a su talento vocal y compositivo, sino también a la sinceridad y profundidad emocional que transmite en cada canción.
A pesar de su éxito, la vida de José Luis Perales no ha estado exenta de desafíos y momentos dolorosos.
La mayor tristeza en su vida no fueron las dificultades económicas ni la presión de la fama, sino los problemas de salud de su hijo menor, Pablo.
En los primeros años de vida de Pablo, tanto él como su esposa Manuela Vargas enfrentaron un periodo difícil marcado por complicaciones médicas que afectaron profundamente a la familia.
Perales se ha resistido a hablar públicamente sobre estos temas por respeto a la privacidad familiar, pero en entrevistas raras ha compartido el dolor que sintió al ver a su hijo sufrir, sin poder hacer más que acompañarlo y rezar.
Esta experiencia dejó cicatrices profundas en su alma y se convirtió en una fuente constante de tristeza que impregnó muchas de sus canciones.
Además, su carrera artística exigía largas ausencias por giras y compromisos en diferentes países, lo que lo alejaba de su familia durante largos periodos.
Manuela, su esposa, se encargaba sola del cuidado de sus hijos, enfrentando la soledad y las responsabilidades de madre y padre.
Perales admitió sentirse culpable por perderse momentos importantes en la vida de sus hijos, como presentaciones escolares o momentos emotivos con Pablo.
José Luis y Manuela se conocieron a principios de los años 70 en Madrid, cuando él comenzaba su carrera musical y ella lo acompañó en todos los altibajos de su vida.
Se casaron en 1977 y formaron una familia con sus dos hijos, María y Pablo.
Su matrimonio ha sido una historia de amor, compañerismo y sacrificio, donde Manuela ha sido un pilar fundamental para Perales.
A pesar de las dificultades, su amor se mantuvo fuerte durante más de cuatro décadas.
Manuela ha sido la luz en los momentos oscuros de Perales, apoyándolo en su carrera y en los momentos personales más difíciles.
Él mismo ha reconocido que sin ella no sería el hombre ni el artista que es hoy, valorando la importancia de la compañía y el apoyo mutuo más allá de los momentos románticos.
La trayectoria de Perales no siempre fue fácil.
Al llegar a Madrid, fue rechazado por varios productores que consideraban que su voz no encajaba en el mercado pop de la época.
Su segundo disco, *La lluvia* (1976), no tuvo el éxito esperado, lo que lo llevó a cuestionarse su futuro en la música.
En ocasiones, se sentaba solo en la oscuridad de su apartamento y lloraba, dudando si realmente pertenecía a ese mundo.
En la década de 1990, intentó modernizar su estilo con el álbum *La espera* (1991), pero fue criticado por alejarse de la poesía que caracterizaba su obra.
Las bajas ventas y las críticas lo hicieron sentir que había perdido parte de su identidad artística.
Sin embargo, su amor por la música y el escenario lo mantuvieron firme, y siguió creando canciones que han tocado el corazón de su público.
José Luis Perales es considerado un poeta del alma por su capacidad para convertir emociones cotidianas en canciones atemporales.
Ha actuado en escenarios prestigiosos como el Carnegie Hall en Nueva York, el Teatro Colón en Buenos Aires y el Wising Center en Madrid.
También ha compuesto para otros grandes artistas como Isabel Pantoja, Rafael y Julio Iglesias.
Además de su éxito comercial, Perales ha sido reconocido con premios importantes, incluyendo el Grammy Latino a la trayectoria en 2019, que confirma su estatus como una voz emblemática de la música en español.
Fuera del escenario, Perales se dedica a actividades benéficas, apoyando causas sociales y culturales, y considera que su mayor logro no son los discos vendidos, sino las sonrisas y el impacto positivo que ha dejado en la vida de muchas personas.
La noticia más dolorosa para José Luis Perales y su familia fue la enfermedad de su hijo Pablo, que finalmente falleció tras años de lucha.
Este suceso dejó una profunda marca en la vida del cantante y su esposa Manuela, quienes enfrentaron juntos el miedo, la incertidumbre y el dolor.
Manuela ha sido una figura clave en estos momentos difíciles, brindando apoyo incondicional a Perales y manteniendo la unidad familiar.
A pesar de la tristeza, su amor y fortaleza han sido un ejemplo de resistencia y esperanza.
José Luis Perales ha vivido una vida dedicada a la música, marcada por el éxito, el sacrificio y las emociones profundas.
Sus canciones continúan siendo un refugio para quienes buscan consuelo, inspiración y belleza en las letras y melodías.
Hoy, a sus 80 años, Perales sigue siendo un símbolo de pasión y dedicación artística, recordándonos que detrás de cada canción hay una historia humana, llena de luces y sombras, alegrías y tristezas.
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