¡La última imagen de Valeria que nadie esperaba! ¿Un escape voluntario o un engaño macabro? “Claro, porque los niños siempre deciden desaparecer solos…”
La desaparición de Valeria Afanador sigue siendo un enigma que mantiene en vilo a Cajicá y a todo el país.
A 17 días de que la niña de 10 años desapareciera de su colegio, un video exclusivo obtenido por Noticias RCN ha sacudido la investigación y ha generado nuevas preguntas sobre lo ocurrido aquel fatídico 12 de agosto.
Las cámaras de seguridad del Gimnasio de los Laureles captaron los últimos momentos de Valeria dentro de la institución.
En las imágenes, que datan de las 10 de la mañana durante el recreo, se observa a la pequeña caminando sola por los pasillos del colegio.
Cerca de ella aparece un hombre que parece ser un trabajador del plantel, ubicado junto a un pasamanos, pero no interactúa directamente con Valeria.
Lo que más llama la atención es la determinación de la niña al acercarse a un arbusto que rodea una reja, que delimita la salida del colegio.
Valeria intenta cruzar esta barrera, agachándose y finalmente logrando salir del recinto.
A partir de ese momento, su rastro se pierde, exactamente a las 10:05 a.m.
Este video no muestra a ninguna persona acompañándola o guiándola, lo que hace que la escena resulte aún más desconcertante.
¿Por qué una niña de 10 años decide cruzar una reja y abandonar su colegio sin compañía?
¿Fue un acto espontáneo o hubo alguien que la convenció o engañó para hacerlo?
La Fiscalía de Cundinamarca ha intensificado las investigaciones tras conocer estas imágenes.
Se han realizado entrevistas a funcionarios del colegio, labores de campo, revisiones exhaustivas de otros videos y un trabajo conjunto con grupos especializados y perros rastreadores para encontrar pistas.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, no se ha logrado localizar a Valeria ni aclarar las circunstancias exactas de su desaparición.
Además, el caso ha revelado serias irregularidades en el manejo inicial de la denuncia y en las primeras etapas de la investigación.
Esto ha generado críticas y sospechas sobre cómo se ha manejado el proceso, lo que podría haber afectado la obtención de pistas cruciales en los momentos más importantes.
El video también ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de la niña dentro del colegio, un lugar que debería ser seguro.
La ausencia de adultos supervisando ese momento clave y la facilidad con la que Valeria logró salir por una reja cuestionan los protocolos de seguridad del establecimiento.
La comunidad sigue en estado de alerta y exige respuestas claras y rápidas.
Los padres y familiares de Valeria viven una angustia constante, aferrándose a cualquier indicio que pueda llevarlos a su hija.
La difusión del video ha reavivado la esperanza, pero también ha intensificado el drama y la incertidumbre.
Este caso no solo es una tragedia personal, sino un llamado de atención sobre la protección de los niños en espacios educativos.
La pregunta que muchos se hacen ahora es si Valeria actuó por voluntad propia, si fue víctima de un engaño o si hay fuerzas ocultas que aún no han salido a la luz.
Mientras tanto, las autoridades continúan con la búsqueda y el análisis de todas las evidencias.
El video, aunque impactante, no ha resuelto el misterio, sino que lo ha profundizado.
Cada segundo que pasa sin noticias aumenta la presión para encontrar a la niña y esclarecer qué ocurrió realmente aquel día.
La historia de Valeria Afanador es un recordatorio cruel de que la desaparición de un niño puede ocurrir en el lugar menos esperado y bajo circunstancias que desafían la lógica.
La última imagen de Valeria en el colegio es ahora un símbolo de la urgencia y la desesperación que viven quienes la buscan.
En conclusión, el video de seguridad es una pieza fundamental que podría ser la clave para desentrañar este caso.
Pero también plantea más preguntas que respuestas, dejando a todos con la inquietud de qué pasó realmente en esos últimos minutos.
La verdad está ahí, oculta tras una reja y una sombra, esperando ser descubierta para traer justicia y esperanza a Valeria y su familia.