5 curiosidades sorprendentes sobre la Princesa Leonor que no sabías.
La princesa Leonor, primogénita de los reyes Felipe y Letizia, acaba de cumplir 19 años el pasado 31 de octubre, marcando un hito en su vida.
A la vuelta de las festividades, el 11 de enero de 2025, iniciará un capítulo crucial en su formación y preparación para el futuro de la monarquía española: embarcará en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, con una travesía que la llevará a recorrer diversos continentes, siguiendo el legado de su abuelo, el rey Juan Carlos, y su padre, el rey Felipe VI.
Mientras se prepara para este gran paso, repasamos algunos de los detalles más fascinantes de la vida de la heredera al trono, revelando aspectos de su personalidad y vida privada que no siempre salen a la luz.
1. Un nacimiento inesperado: la cesárea de Leonor
Leonor nació a las 3:25 de la madrugada del 31 de octubre de 2005, mediante cesárea, en el Hospital Universitario de la Princesa de Madrid.
En su momento, su nacimiento fue un evento histórico, al ser la primera hija del entonces príncipe Felipe, y no solo por ser la futura heredera al trono, sino también porque a pesar de su nacimiento sin complicaciones, pronto comenzaron a circular rumores sobre su salud.
La princesa nació sana, con un peso de 3,540 kg y 47 cm de altura, pero a las pocas semanas de vida apareció un pequeño angioma en su nariz que, según los médicos, no representaba ningún riesgo. Esta marca desapareció de forma natural con el tiempo.
Además, la preocupación por su presunta sordera se desmentiría años después.
2. El nombre real con una gran historia
El nombre de la princesa no es casual. Leonor fue elegida en honor a la única reina de Navarra que llevó ese nombre, Leonor de Navarra, quien ostentó la corona solo 15 días.
Desde su proclamación como heredera, tras la ascensión de su padre al trono en 2014, Leonor adquirió el título de Princesa de Asturias, que simboliza su posición como primera en la línea de sucesión.
Además, tiene otros títulos nobiliarios, como la Princesa de Gerona y la Duquesa de Montblanc.
Si bien históricamente el título de Princesa de Asturias había sido exclusivamente masculino, con Leonor se abre una nueva era para las mujeres en la Corona.
3. Formación en un colegio privado de élite
A pesar de su condición real, la princesa Leonor tuvo una educación marcada por la normalidad dentro de los círculos más elitistas de la sociedad española.
Ingresó en el Colegio Santa María de los Rosales, el mismo centro educativo donde su padre, el rey Felipe VI, cursó sus estudios.
Este colegio es conocido por su formación académica rigurosa y su alta demanda entre las familias más influyentes de Madrid.
El colegio, aunque no se encuentra entre los más prestigiosos de la capital en los rankings académicos, ha sido elegido por los monarcas por su estabilidad y su enfoque pedagógico integral.
Además, el hecho de que la familia real pague cerca de 700 euros al mes por la educación de cada hija subraya el compromiso personal con su formación fuera de los circuitos monárquicos tradicionales.
4. Una zurda real
En un detalle aparentemente trivial pero significativo, la princesa Leonor ha demostrado que, como muchos de sus compatriotas, es zurda.
En diversos actos oficiales, se ha podido observar cómo Leonor firma libros de honor o realiza otras actividades con la mano izquierda, una característica que la convierte en una de las pocas personas dentro de la familia real española con esta particularidad.
Aunque no es algo que se mencione habitualmente, ser zurdo en un entorno tradicionalmente diestro le ha dado un matiz único en su personalidad y en su carácter.
5. Dieta estricta y pasión por la comida sana
Desde pequeña, Leonor ha mostrado un firme compromiso con una alimentación saludable, algo que su madre, la reina Letizia, ha fomentado en la familia real.
Se sabe que, al igual que su abuelo, el rey Juan Carlos I, la princesa tiene un gusto por la buena comida, pero al mismo tiempo ha sido educada para cuidar lo que consume.
En su infancia, se rumoreaba que la familia real había logrado que en su colegio se restringiera la comida frita, limitando el consumo de huevo frito a una vez al mes.
Además, su madre es conocida por su insistencia en incorporar alimentos con antioxidantes y nutritivos en la dieta familiar, lo que ha influido mucho en las elecciones alimenticias de Leonor.
A pesar de su estricta dieta, se ha visto en ocasiones a la princesa disfrutando de platos típicos como croquetas y tapas, cuando sus responsabilidades no la obligan a seguir una dieta tan estricta.
Con estos cinco puntos, la Princesa Leonor sigue sorprendiendo por su humanidad, sus tradiciones familiares y su preparación para un futuro incierto pero prometedor como heredera de la Corona española.
Su vida, siempre en el ojo público, continúa siendo un tema de interés para todos aquellos que siguen de cerca el destino de la monarquía en España.