Mario Quintero Lara Rompe el Silencio y Revela Secretos que Dejan al Mundo Sin Aliento
Mario Quintero Lara, a sus 49 años, ha decidido romper el silencio y contar su historia sin filtros ni censuras.
Originario de un pequeño rancho llamado La Bebelama en Sinaloa, su vida comenzó lejos de los reflectores y el glamour que hoy lo rodean.
Con apenas unas pocas casas y mucho silencio, fue en ese entorno donde nació su pasión por la música y los corridos, que lo impulsaron a formar en 1987 la legendaria banda Los Tucanes de Tijuana.
Aunque la agrupación se identifica con Tijuana, Baja California, Mario siempre ha reconocido que su alma y raíces están firmemente ancladas en la tierra sinaloense.
Su camino no fue fácil ni lleno de lujos, sino de trabajo arduo y perseverancia, luchando por hacer realidad su sueño musical.
En lo personal, Mario está casado con Adriana desde que tenían 19 años, un amor que define como a primera vista y que ha sido su pilar fundamental.
Adriana, una mujer de carácter y elegancia, ha sido su apoyo constante, especialmente en los momentos difíciles de la fama y las giras interminables.
Juntos han formado una familia que Mario describe como su motor y equilibrio, y de la cual se siente profundamente orgulloso.
Sin embargo, la vida no ha estado exenta de episodios turbulentos.
Mario admitió abiertamente haber tenido romances con figuras públicas como Galilea Montijo y Alicia Machado, relaciones que ocurrieron en distintos momentos y que no busca ocultar.
Aunque fueron breves, confiesa que cada una dejó una huella y enseñanzas importantes en su vida.
Más allá de los amores, la historia de Los Tucanes de Tijuana está marcada por cambios y conflictos internos.
La salida en 2011 de Mario Moreno Quintero, primo de Mario y uno de los fundadores, generó rumores de peleas y traiciones.
Sin embargo, la verdad fue que se trató de una decisión basada en principios y diferencias creativas, lo que llevó a la formación de nuevos proyectos paralelos.
También hubo la partida silenciosa de Clemente Flores, tecladista de la banda durante más de una década, y la polémica salida de Joel Higuera, segunda voz y acordeonista, quien enfrentó problemas de adicciones que afectaron su desempeño y relaciones dentro del grupo.
Joel falleció en 2020, dejando un legado musical y un recuerdo imborrable para la banda y sus seguidores.
Entre los miembros del grupo, Mario destaca la importancia de sus parejas, quienes han soportado las exigencias y sacrificios de la vida en gira, siendo musas e inspiración detrás de muchas canciones.
La carrera musical, reconoce, es agotadora y desgastante, pero el amor y apoyo en casa han sido fundamentales para mantener la estabilidad.
En cuanto a los integrantes actuales, Mario presenta a Alfredo González “El Zurdo”, el acordeonista que llegó en 2002 y revolucionó el sonido del grupo con su estilo único y enérgico.
También menciona a Gustavo Labrada, baterista desde el 2000, un músico reservado que prefiere mantener su vida privada lejos de los reflectores, y al joven bajista Luis Adrián Cázares Gómez, quien desde 2018 aporta frescura y talento a la banda.
Mario no evade hablar de los escándalos familiares, como el caso de David Servín Raya, baterista fundador, cuyo hijo fue detenido en 2015 por estar involucrado en actividades criminales.
Mario expresó su dolor y distanciamiento, aclarando que no tuvo contacto con su hijo y que cada persona debe asumir las consecuencias de sus actos.
Con sinceridad y humildad, Mario destaca que Los Tucanes no llegaron a la fama por casualidad, sino por años de trabajo constante, tocando en cantinas, bodas y clubes latinos, ganándose el respeto y reconocimiento con discos de oro, platino y premios Grammy.
A pesar de las críticas y comparaciones iniciales, lograron consolidarse como una leyenda de la música regional mexicana.
Finalmente, Mario reflexiona sobre sus romances con Galilea Montijo y Alicia Machado, reconociendo que aunque no fueron amores eternos, fueron experiencias reales y significativas.
Aclara que no se arrepiente y que aprendió a guardar ciertos recuerdos en el corazón, lejos del ruido mediático.
Este testimonio sincero y sin censura de Mario Quintero Lara revela la complejidad de su vida detrás del escenario: triunfos, amores, pérdidas y desafíos que forman parte del hombre y artista que millones admiran hoy.
Su historia es un recordatorio de que detrás de la fama y la música hay seres humanos con historias profundas y emociones intensas, y que el verdadero legado se construye con autenticidad y pasión.
Mario Quintero continúa siendo un ícono que, con humildad y fuerza, sigue haciendo bailar al mundo mientras mantiene los pies en la tierra y el corazón en la música.