La Triste Historia de Rigo Tovar
Rigo Tovar, uno de los íconos de la música tropical mexicana, vivió una vida marcada por el éxito, los excesos y una trágica caída.
Nacido en Matamoros, Tamaulipas, el 29 de marzo de 1946, Tovar alcanzó la fama con su estilo único, fusionando cumbia con rock, mariachi, disco y música clásica.
Su primer disco, Mi Matamoros Querido, lanzado en 1972, lo catapultó a la popularidad y lo convirtió en el “Jim Morrison mexicano” debido a su imagen rebelde con chaquetas de cuero y gafas oscuras.
A pesar de su éxito en la música, Tovar enfrentó muchos problemas personales.
Su vida sentimental estuvo marcada por múltiples relaciones y el nacimiento de 12 hijos con distintas mujeres.
La fama también le pasó factura, pues en los años 80 comenzó a sufrir las consecuencias de su estilo de vida.
La muerte de su madre y su hermano en el terremoto de 1985 lo sumió en una profunda depresión, que agravó sus problemas de salud.
En 1986, Tovar fue diagnosticado con retinitis pigmentosa, una enfermedad degenerativa que lo dejó ciego con el tiempo.
Esto, combinado con la diabetes y el vitíligo, afectó su salud de manera irreversible.
A pesar de los tratamientos y operaciones, su vida comenzó a deteriorarse rápidamente.
Su salud mental también se vio afectada por las adicciones, lo que lo llevó a una vida cada vez más aislada.
La decadencia de Tovar fue notoria en sus últimos años.
Se retiró de los escenarios en 1995, y su vida se llenó de controversias.
Uno de los episodios más extraños fue cuando afirmó haber mantenido relaciones con figuras políticas internacionales como Bill Clinton, George Bush y varios presidentes mexicanos, asegurando incluso que tenía una línea telefónica secreta proporcionada por la NASA.
A medida que su salud se deterioraba, sus entrevistas se volvieron cada vez más incomprensibles, lo que llevó a muchos a cuestionar su salud mental.
Tovar fue internado en un hospital psiquiátrico debido a su comportamiento errático, pero fue sacado por sus hermanos.
Su salud física empeoró, y en su último año de vida, sufrió de deshidratación severa y complicaciones renales.
En sus últimos días, fue atendido por su esposa Isabel Martínez, pero murió el 27 de marzo de 2005, a solo dos días de cumplir 59 años.
Su muerte estuvo rodeada de conflictos familiares, especialmente por la herencia que dejó, lo que llevó a peleas entre sus hijos y exesposas.
El legado musical de Rigo Tovar perdura, pero su vida estuvo llena de altibajos.
A pesar de ser un gran ícono de la música tropical, Tovar vivió sus últimos días en el abandono, alejado de los reflectores que una vez lo adoraron.
Su historia es un recordatorio de que el éxito no siempre garantiza la felicidad y que, detrás de la fama, pueden existir tragedias personales que marcan para siempre.
