La Tragedia de Raby Pérez: Revelaciones Impactantes y un Legado Inquebrantable
La República Dominicana aún no se recupera del impacto de la tragedia que sacudió a Santo Domingo la noche del 8 de abril de 2025.
Lo que comenzó como una noche mágica de merengue terminó en un desastre que cobró la vida de uno de los íconos más queridos del país, Raby Pérez, junto a otras víctimas.
La discoteca Jetset, repleta de seguidores emocionados, se convirtió en el escenario de un colapso estructural que dejó a la nación en luto.
Raby Pérez, conocido como “La Voz del Merengue”, había dedicado décadas a llevar alegría con su música.
Esa noche, a pesar de enfrentar problemas de salud, decidió subir al escenario una vez más, impulsado por su amor por el público.
Según Fernando Soto, su manager y amigo cercano, Raby había sufrido una caída días antes del concierto, lo que agravó una lesión antigua en la pierna.
Los médicos le recomendaron reposo absoluto, pero él se negó a cancelar la presentación, diciendo: “No voy a defraudar a nadie por un dolorcito”.
El concierto comenzó con la energía característica de Raby, quien entregó todo en el escenario.
La discoteca estaba llena de vida, con familias, jóvenes y admiradores cantando al unísono sus éxitos más icónicos.
Sin embargo, la alegría se transformó en terror cuando, alrededor de las 3:30 de la madrugada, el techo comenzó a ceder.
Un crujido seco fue el preludio de una avalancha de escombros que sepultó el escenario y gran parte del público.
María Fernández, una de las sobrevivientes, recordó el momento con horror: “Primero fue un ruido, luego todo se vino abajo.
Había polvo por todas partes, no podíamos respirar ni ver nada”.
La confusión y el pánico dominaron el ambiente mientras los asistentes intentaban escapar.
Entre los escombros y el caos, surgió una pregunta angustiante: ¿dónde estaba Raby Pérez?
Los testimonios iniciales eran contradictorios.
Algunos afirmaban haberlo visto ser evacuado, mientras que otros aseguraban que estaba en el centro del escenario cuando ocurrió el colapso.
La incertidumbre se mantuvo hasta que, a la mañana siguiente, Fernando Soto confirmó la devastadora noticia: Raby Pérez no había sobrevivido.
Identificar su cuerpo en el Instituto Nacional de Patología Forense fue un golpe indescriptible para su manager, quien lo consideraba como un hermano.
La tragedia no solo afectó a Raby, sino también a su banda y a su familia.
Sulinka Pérez, su hija y corista, sobrevivió gracias al sacrificio de su esposo, Rafael Mendoza, quien resultó gravemente herido al protegerla.
Otros miembros de la banda sufrieron lesiones de diversa gravedad, mientras que Luis Emilio Solís, saxofonista y amigo de toda la vida de Raby, perdió la vida en el escenario.
El colapso de la discoteca Jetset ha generado una ola de indignación y cuestionamientos.
Documentos revelaron que el lugar había sido multado por problemas estructurales apenas semanas antes del desastre.
Las investigaciones están en curso, pero el sentimiento general es que esta tragedia pudo haberse evitado si se hubieran tomado las medidas necesarias.
Mientras tanto, la República Dominicana llora la pérdida de Raby Pérez y de las otras víctimas.
El presidente Luis Abinader declaró tres días de duelo nacional y anunció medidas para apoyar a los afectados.
La comunidad artística, profundamente conmovida, rindió homenaje al cantante con emotivos mensajes y tributos musicales.
Milly Quezada, Juan Luis Guerra y Sergio Vargas, entre otros, destacaron el impacto de Raby en la música y la cultura dominicana.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida y recuerdos de la carrera de Raby.
Sus canciones resonaron en las calles de Santo Domingo, donde surgieron altares improvisados con flores, velas y fotos.
En medio del dolor, una pregunta persiste: ¿qué causó realmente el colapso?
Las autoridades prometen respuestas, pero para muchos, el daño ya está hecho.
Sulinka Pérez, en una entrevista exclusiva, compartió detalles desgarradores de los últimos momentos junto a su padre.
“Nunca lo vi tan feliz como esa noche”, dijo entre lágrimas.
Recordó cómo Raby ajustó las voces para una canción y la abrazó, como si supiera que sería la última vez.
A pesar de la tragedia, pidió a los fans que lo recuerden por su música y su sonrisa, no por el caos de esa noche.
El legado de Raby Pérez trasciende su trágica partida.
Su música sigue viva en el corazón de sus seguidores, y su impacto en el merengue es innegable.
Como dijo Juan Luis Guerra: “Tu voz nunca será silenciada mientras haya un dominicano dispuesto a cantarla”.
Aunque su ausencia deja un vacío enorme, su espíritu permanece en cada nota y en cada baile que su música inspira.
La tragedia de la discoteca Jetset es un recordatorio doloroso de la importancia de la seguridad y la responsabilidad.
Mientras el país busca justicia para las víctimas, también celebra la vida y el legado de un hombre que dedicó su vida a llevar alegría a los demás.
Raby Pérez será recordado no solo como un ícono del merengue, sino como un símbolo de pasión, resiliencia y amor por su gente.
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