Laura Bozzo es una de las figuras más polémicas y reconocidas de la televisión latinoamericana.
Su nombre ha estado siempre ligado a controversias, batallas legales y escándalos públicos, pero más allá de eso, la presentadora peruana mantiene un estilo de vida rodeado de lujo y opulencia, incluso en medio de profundas crisis financieras y legales.
En 2025, Laura asegura haber perdido gran parte de su fortuna debido a problemas fiscales y demandas millonarias, pero sigue disfrutando de impresionantes mansiones, autos de alta gama y viajes exclusivos que pocos podrían imaginar.
El 18 de agosto de 2021, la Fiscalía General de la República (FGR) de México solicitó una ficha roja de Interpol para localizar a Laura Bozzo, acusada de fraude fiscal por 12 millones de pesos.
El caso se originó tras la supuesta venta de un inmueble embargado por el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Este escándalo despertó dudas sobre la verdadera magnitud de su fortuna.
Según diversos reportes, Bozzo recibía un sueldo mensual aproximado de 200,000 pesos mexicanos.
Además, es propietaria de una lujosa residencia en Miami valorada en más de 5 millones de dólares y un penthouse en Acapulco con un valor estimado en 11 millones de pesos.
Su salario en TV Azteca llegó a ser millonario, ganando hasta 100,000 pesos mensuales, lo que equivale a cerca de 380 millones de pesos colombianos.
A pesar de su éxito, la carrera de Laura Bozzo ha estado marcada por polémicas.
Su cercanía con Vladimiro Montesinos, exasesor del dictador Alberto Fujimori, le costó una condena suspendida de cuatro años por peculado y asociación ilícita en 2005.
Además, ha roto relaciones personales importantes, como con el productor Roberto Romagnoli, quien la ayudó a relanzar su carrera en México en 2009, pero luego fue ignorado por ella.
El productor Federico Wilkins también describió trabajar con Bozzo como “un infierno”, recordando un incidente en Televisa donde ella descalificó públicamente al equipo técnico.
Estas tensiones reflejan la personalidad fuerte y a veces conflictiva de la presentadora.
Laura Bozzo enfrentó una orden de arresto por no cumplir con acuerdos fiscales.
En 2021, interpuso un amparo que le permitió suspender temporalmente la orden de captura, pero no cumplió con el pago de 300,000 pesos ni entregó su pasaporte, lo que llevó a la ejecución de la orden.
Su deuda con el SAT ascendía a entre 17 y 20 millones de pesos, incluyendo impuestos no pagados, multas e intereses.
El abogado Gustavo Herrera, representante de los actores Gabriel Soto e Irina Baeva, también involucrados en una demanda contra Bozzo por difamación, mencionó que la presentadora nunca se presentó voluntariamente en prisión debido a la gravedad de los cargos y la duración potencial de la pena.
Tras convertirse en prófuga de la justicia, Laura Bozzo se refugió en su casa de Acapulco, ocultando su identidad mientras Interpol la buscaba.
A pesar de todo, ella misma ha declarado que no está en bancarrota gracias a las propiedades heredadas de sus padres en Perú, que le generan ingresos por rentas.
En medio de la crisis, Bozzo lanzó su libro *Más Allá del Infierno*, donde relata detalles íntimos de su vida, sus amistades y su ascenso a la fama en América Latina.
También anunció proyectos futuros, incluyendo una bioserie sobre su vida y su participación en un reality show de celebridades.
La mansión de Laura Bozzo en Acapulco es un símbolo de su estilo de vida lujoso.
Ubicada frente al mar, cuenta con piscina en la azotea, vistas panorámicas al océano y una decoración que mezcla arte y confort.
Su terraza es un espacio favorito, con una piscina donde suele relajarse tomando el sol o nadando de noche.
Su sala y comedor, con enormes ventanales, espejos en forma de pez y muebles de madera tradicionales, son puntos icónicos que ha compartido en redes sociales.
El dormitorio principal es un verdadero santuario, con cama king size, vestidor enorme y acceso directo a la piscina y balcón.
Además, posee un departamento en Ciudad de México ubicado en una zona exclusiva, que incluye gimnasio privado y un vestidor con ropa y zapatos de diseñador.
Se dice que también tiene propiedades en Miami y el Estado de México, aunque no hay fotos públicas de estas residencias.
Laura Bozzo es conocida por su gusto por los autos de lujo. Su Cadillac Escalade, un vehículo popular entre celebridades y políticos, tiene un valor aproximado de 100,000 dólares.
También ha sido vista con modelos europeos de Mercedes-Benz y BMW, que van desde 70,000 hasta 110,000 dólares según la versión.
Su pasión por el lujo se extiende a los vuelos en jets privados, que utiliza para evitar filas en aeropuertos y viajar cómodamente entre México, Miami y Europa.
Aunque no está claro si es propietaria de alguno, sus publicaciones muestran que es usuaria frecuente de este tipo de transporte, cuyo alquiler puede costar entre 5,000 y 20,000 dólares por hora.
Los viajes de Laura Bozzo reflejan su estilo de vida extravagante.
Dubai es uno de sus destinos favoritos, donde se hospeda en hoteles cinco estrellas como el Burj Al Arab, con estancias que pueden superar los 50,000 dólares por semana.
También disfruta de ciudades europeas como París, Roma y Madrid, donde combina cultura, moda y lujo en tours privados con autos con chófer y suites de alto nivel.
En Latinoamérica, suele escaparse a resorts exclusivos en el Caribe, con villas frente al mar turquesa que pueden costar 1,000 dólares por semana.
Estos viajes le permiten mantener su imagen de diva y vivir con el mismo nivel de opulencia en cualquier parte del mundo.
Aunque Laura Bozzo se autodenomina “la abogada de los pobres”, su guardarropa cuenta otra historia.
Posee una amplia colección de ropa, bolsos y zapatos de diseñador que rivalizan con las estrellas de Hollywood.
Su armario, que suele mostrar en redes sociales, es más grande que muchos departamentos y está lleno de piezas exclusivas de Gucci, Louis Vuitton y Dolce & Gabbana, con precios que oscilan entre 5,000 y 10,000 dólares por prenda.
Su colección de bolsos incluye varios Hermes Birkin, valorados entre 15,000 y 100,000 dólares según rareza y materiales, además de piezas de Chanel y Prada.
Los zapatos, especialmente los tacones de Christian Louboutin, Jimmy Choo y Manolo Blahnik, son otro de sus caprichos, con precios que van de 1,000 a 3,500 dólares por par.
En 2024, Laura Bozzo perdió una demanda por daño moral contra los actores Gabriel Soto e Irina Baeva, quienes la acusaron de difamación y acoso.
El tribunal mexicano ordenó a Bozzo pagar 2 millones de pesos (unos 300,000 soles). Las declaraciones de Bozzo habían sido duras y ofensivas hacia la pareja, lo que afectó su reputación.
Bozzo apeló la decisión y negó rumores sobre un embargo de sus bienes, afirmando que la sentencia aún no era firme.
Este caso reavivó el debate en México sobre los límites entre la libertad de expresión y el derecho a la privacidad de las celebridades.
La vida de Laura Bozzo en 2025 sigue siendo un tema de debate.
Sus mansiones multimillonarias, autos de lujo y viajes en jets privados contrastan con sus problemas legales y financieros.
Algunos la admiran por su capacidad para mantenerse en la cima a pesar de las adversidades; otros la critican por sus escándalos que parecen opacar su éxito.
Lo cierto es que, amada u odiada, Laura Bozzo continúa siendo una de las personalidades televisivas más comentadas y fascinantes de América Latina, con una vida que parece sacada de una telenovela llena de lujo, drama y controversia.
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