A sus 51 años, Galilea Montijo ha vivido una vida repleta de éxitos, controversias y sobre todo, amores que han marcado profundamente su camino.
Desde sus inicios como reina de belleza hasta consolidarse como una de las conductoras más reconocidas de la televisión mexicana, su vida profesional ha sido tan comentada como su vida sentimental.
Siempre carismática y con una presencia imponente frente a las cámaras, Montijo también ha sido blanco constante de la prensa del corazón, que ha seguido cada paso de sus romances y rupturas.
Aunque durante años fue considerada una de las solteras más codiciadas del medio artístico, su historial amoroso ha estado marcado por relaciones fallidas, compromisos cancelados y rumores interminables.
Se le ha vinculado con empresarios, colegas del medio y hasta políticos, pero uno de los romances más sonados y mediáticos fue el que sostuvo con el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco.
Su historia, entre rupturas y reconciliaciones, fue seguida de cerca por el público, especialmente cuando Galilea decidió hacerlo oficial durante su participación en Big Brother VIP.
La relación, que comenzó en secreto, terminó en 2005 tras múltiples altibajos, dejando huella en la memoria colectiva del espectáculo mexicano.
Después de ese capítulo, Galilea tuvo otros romances igualmente intensos.
Desde su noviazgo con el cubano Gilberto Sobrero, que se tornó polémico por las críticas que él recibió por su ocupación en la construcción, hasta su mediática relación con el doctor Jorge Krasovsky.
A pesar de la aparente estabilidad con Krasovsky, la historia tampoco prosperó.
Sin embargo, fue con Fernando Reina con quien finalmente decidió formalizar una relación y casarse.
En una ceremonia sorpresa en Acapulco en 2011, rodeada de amigos y con el corazón lleno de ilusión, Galilea selló su compromiso, dando un giro inesperado a su vida sentimental.
Durante su matrimonio con Reina, formaron una familia ensamblada que Galilea siempre ha descrito con cariño y respeto.
Incluso tras su separación en 2023, ambos han mantenido una relación cordial, priorizando el bienestar de su hijo Mateo y manteniendo vínculos afectivos con los hijos de Reina.
La madurez emocional con la que Galilea ha manejado su divorcio refleja una nueva etapa en su vida, más centrada en la paz interior y el crecimiento personal que en las apariencias o expectativas ajenas.
En medio de esta transición, el destino volvió a sorprenderla.
Contra todo pronóstico, después de su divorcio encontró el amor en Isaac Moreno, un modelo español con quien mantiene una relación actual.
Lejos del escándalo y la presión mediática, Galilea ha descrito este nuevo vínculo como una etapa serena, donde no hay prisa por formalizar nada.
A pesar de las especulaciones sobre una posible boda o embarazo, ella misma ha aclarado que por ahora está disfrutando del presente, sin planes concretos de volver a casarse, pero sí abierta a la idea de agrandar la familia.
Montijo ha confesado que conocer a Moreno fue un regalo inesperado, justo cuando pensaba que su siguiente etapa sería de soltería y fiesta.
“Dios me ama tanto que me mandó a alguien que me dio paz”, compartió con emoción en una entrevista reciente.
Incluso ha dicho que si no lo hubiera conocido, no sabe cómo habría salido de ese momento emocionalmente difícil.
Con un tono de gratitud y alegría renovada, Galilea no descarta una mudanza a España en algún punto, pero por ahora asegura que está feliz con cómo están las cosas, enfocada en vivir el momento con tranquilidad.
A pesar de los rumores, críticas y escándalos que la han rodeado, Galilea Montijo ha sabido reinventarse, mantenerse vigente y mostrarse más humana que nunca.
En su reciente confesión, dejó claro que Cuauhtémoc Blanco fue uno de los grandes amores de su vida, una historia marcada por la intensidad y los reflejos del pasado, pero que también le enseñó lecciones profundas.
Sin embargo, hoy, lejos del ruido y la controversia, Montijo está en un momento de introspección, calma y amor verdadero.
La historia de Galilea es la de muchas mujeres que han amado, sufrido, aprendido y vuelto a amar.
Es una historia donde el amor no se define por un final perfecto, sino por la capacidad de abrir el corazón una y otra vez, sin miedo, con esperanza.
