A los 65 años, Maribel Guardia finalmente rompió el silencio y compartió con el mundo lo que muchos habían sospechado durante años.
Detrás de su imagen de mujer fuerte, sexy y exitosa, había una vida marcada por el dolor, los escándalos y las pérdidas más desgarradoras.
Nacida en San José, Costa Rica, el 29 de mayo de 1959, Maribel conquistó al mundo desde joven ganando Miss Costa Rica y luego Miss Fotogénica en Miss Universo.
Televisa no tardó en llevarla a México, donde comenzó una carrera multifacética en teatro, cine y televisión.
Su belleza y carisma la convirtieron en un ícono del espectáculo latino, pero su vida personal estuvo lejos de ser perfecta.
Uno de los momentos más controvertidos de su vida fue su relación con Joan Sebastian.
A pesar de formar una de las parejas más queridas del espectáculo, el matrimonio terminó por culpa de los celos, las infidelidades y las tensiones profesionales.
La traición más dolorosa vino cuando Maribel vio en televisión que Joan había sido visto con otra mujer.
Sin pensarlo, lo echó de casa.
Años después, el dolor se intensificó con la inesperada muerte de su único hijo, Julián Figueroa, fruto de esa relación.
Julián, músico e intérprete, luchó contra el alcoholismo y, con valentía, ingresó voluntariamente a rehabilitación.
Pese a sus esfuerzos, falleció a los 27 años por un infarto agudo al miocardio mientras dormía.
El golpe fue devastador para Maribel, quien se refugió en su fe, su nieto José Julián y su actual esposo Marco Chacón, con quien ha mantenido una relación de más de 25 años.
A pesar de los rumores de crisis matrimonial y de ataques provenientes incluso de su entorno familiar, Maribel ha demostrado que su fortaleza está más allá de las apariencias.
Recientemente, decidió abrir la habitación de su hijo fallecido para montar un altar del Día de Muertos, como un gesto de amor eterno y aceptación del duelo.
Su testimonio sobre esa noche trágica es estremecedor: supo de la muerte de Julián mientras iba camino al teatro, y fue su esposo quien le dio la noticia.
Desde entonces, ha enfrentado los días con dolor, pero también con gratitud por lo vivido.
A lo largo de su vida, Maribel ha sido criticada, idolatrada, juzgada y admirada.
Sin embargo, a los 65 años, su valentía para contar su historia, con sus luces y sombras, ha conmovido a millones.
Hoy, más allá de la artista, el público ve a una madre que ha amado profundamente, una mujer que ha sobrevivido a la tormenta y que sigue adelante con dignidad.
Su vida, marcada por el éxito y la tragedia, es un recordatorio de que detrás del brillo del espectáculo hay almas que también sufren, luchan y aman.
