Una mujer que impactó a toda una generación con su talento, su carisma y sus locuras, locuras que tienen una triste y profunda explicación, marcando una historia llena de altibajos.
Desde sus inicios, Alejandra Guzmán se destacó por ser desenfadada, rebelde y progresista, convirtiendo lo que otros considerarían una falencia en su sello personal gracias a ese tono ronco que desafiaba las voces melodiosas de la industria.
Nacida el 9 de febrero en Ecatepec de Morelos, Estado de México, bajo la mirada de los reflectores, Alejandra proviene de una de las dinastías más respetadas y polémicas del país, hija de la legendaria actriz Silvia Pinal y del reconocido cantante Enrique Guzmán.
Desde muy joven, supo que el mundo del espectáculo era su destino y se formó en diversas disciplinas como el baile, el teatro y las bellas artes, lo que la llevó a estar en el ojo de la prensa rosa incluso antes de dar inicio a su carrera artística.
La historia de sus padres, quienes se conocieron en el programa “Ahora Silvia” y mantuvieron una relación intensa desde 1967 hasta 1976, marcó un precedente en un ambiente donde el amor, el drama y la exposición mediática dejaron una huella imborrable en su vida.
En medio de un ambiente familiar lleno de amor y conflictos, los primeros años de la maternidad de Silvia Pinal se vieron alterados con el nacimiento de su hijo, situación que transformó el clima en el hogar y dejó una marca en la vida de Alejandra.
Impulsada por esa herencia artística, Alejandra incursionó en el mundo del espectáculo participando en novelas y obras teatrales, lo que le abrió las puertas para sumarse a la obra musical “Mame” junto a su madre, marcando el inicio de su carrera como cantante.
En 1988, tras colaborar en coros para bandas de rock y enfrentar proyectos frustrados con grupos como Garibaldi, Flans y Fresas con Crema, el productor español Miguel Blasco apostó por ella y produjo su primer álbum debut titulado “By Mama”, cuyo grito de independencia le causó distanciamiento con su madre.
Ese primer disco destacó temas como “La Plaga”, “Luz de Luna”, “La Planta”, “Pero ya no vale” y “A Mi Manera de Ser”, arrasando en premios y reconocimientos, y consolidándola como la revelación del año y la rockera más auténtica del continente.
En 1990, lanzó un álbum homenaje a los clásicos del rock de los años 60 y 70 llamado “Dame Tu Amor”, y poco después presentó su tercer disco “Eternamente Bella”, con el que inició una gira que la llevó a presentarse ante 17,000 personas en México y a conquistar audiencias en Estados Unidos, Centro y Suramérica, obteniendo el reconocimiento de cantante del año y certificaciones de tres veces disco de platino.
Entre los éxitos de ese disco se encuentran temas como “Llama por Favor” y “Cuidado con Mi Corazón”, siendo “Llama por Favor” escrita en un momento de desesperación por el abandono de su ex esposo, según relató su productor Miguel Blasco.
En 1991, Alejandra Guzmán se consolidó en la cultura mexicana al influir en la forma de comportarse de las mujeres de su época, evidenciado en canciones provocadoras como “Hacer el Amor con Otra” del disco “Flor de Papel” y en “Hey Güera”, tema que surgió a raíz de un triángulo amoroso con Erik Rubín, ex integrante de Timbiriche, y que se convirtió en uno de sus himnos irreverentes.
A lo largo de su carrera, tanto colaboró como se enfrentó musicalmente con otras figuras, dando lugar a éxitos que han marcado su trayectoria y dejando claro hasta dónde estaba dispuesta a luchar por el amor que sentía por la música y por sí misma.
En 1993, marcó una nueva etapa con el lanzamiento del álbum “Libre”, que le valió un triple disco de oro y mostró un nuevo look y una producción más personal con canciones como “Malayerba”, “Mírala Míralo” y “Libre”, además de la emotiva balada “Yo Te Esperaba”, dedicada a su hija Frida Sofía, fruto de su romance con el empresario Pablo Montezuma.
En 1999, tras haber llenado escenarios en diversos países, lanzó su primer corte del álbum “Algo Natural”, el cual alcanzó las primeras posiciones en México y Estados Unidos gracias a sus 14 temas que resaltaban su poderosa voz y su inquebrantable pasión por la música.
La vida de Alejandra ha estado llena de espectáculos y controversias, y desde joven mantuvo una relación sentimental con Luis Miguel, amistad que perdura y se celebra en encuentros llenos de camaradería.
Su primer matrimonio, en 1998 con el empresario Fabián Goldman, terminó abruptamente cuando fue arrestado en el aeropuerto de Düsseldorf, Alemania, por tener 1.6 kilogramos de droga, situación que la obligó a pedir el divorcio.
Posteriormente, vivió un intenso romance con Gerardo Gómez Borbolla entre 2002 y 2004, que la llevó a quedar embarazada por segunda vez, aunque un aborto la sumió en la depresión, y se vio envuelta en escándalos cuando se supo que él vendía sus fondos a los paparazzis y fue acusado de clonar tarjetas bancarias.
La infancia y juventud de Alejandra también estuvieron marcadas por tragedias familiares, como la pérdida de figuras tan queridas como Silvia Pasquel y Viridiana Alatriste, esta última fallecida a los 19 años en un accidente automovilístico, lo que la sumergió en un mundo de drogas y alcohol del que tuvo que luchar para salir.
A pesar de tener el dinero y el éxito, la fama también trajo consigo momentos oscuros, y Alejandra confiesa que, en su juventud, las drogas y el exceso estuvieron siempre presentes, hasta que finalmente una rehabilitación le permitió reencontrar el camino.
En 2001, lanzó su noveno álbum “Soy”, producido por Desmond Child y Randy Cantor, que fue tan exitoso que le valió un Grammy Latino, además de discos de oro y platino, consolidándose con temas emblemáticos como “De Verdad” y “Volveré a Amar”.
El año 2004 trajo consigo el fracaso comercial del disco “Lipstick”, pero en 2006 la rockera resurgió con “Volveré a Amar” de su disco “Indeleble”, tema escrito por ella y Marius de Um, que se convirtió en uno de los más valorados por su público y le otorgó nuevos premios y nominaciones al Grammy Latino.
En su juventud, también tuvo conflictos con su madre, Silvia Pinal, debido a personalidades disímiles, pero ambos momentos de tensión y reconciliación marcaron episodios decisivos, como el autoexilio en Miami tras verse involucrada en un fraude que no cometió.
En 2007, lanzó el álbum “Fuerza” y, dos años después, “Único”, producciones que dejaron sencillos inolvidables como “Soy Solo un Secreto”, “Hasta el Final” y “Mentiras Piadosas”.
Ese mismo año, enfrentó uno de los desafíos más grandes de su vida al ser diagnosticada con cáncer de mama, una enfermedad que, aunque detectada a tiempo y tratada con éxito, la hizo sentirse mutilada y la impulsó a celebrar su fortaleza a través de tratamientos y la incorporación de más de 115 tatuajes en su cuerpo.
En 2009, un procedimiento estético erróneo la dejó en un estado crítico, obligándola a someterse a alrededor de 22 cirugías durante seis meses en una intensa lucha por recuperar su salud.
En 2011, en plena celebración de su trayectoria, lanzó el álbum doble “20 Años de Éxitos en Vivo con Moderatto”, demostrando que a pesar de los altibajos, no estaba dispuesta a retirarse del escenario.
En 2013, su vasta experiencia la llevó a participar como jurado en la tercera temporada del reality show “La Voz México”, y ese mismo año lanzó “Guzmán Primera Fila”, un proyecto en formato CD y DVD que conmemoró sus 100 presentaciones en vivo, destacando el sencillo “Mi Peor Error”.
En 2017, Alejandra se reinventó una vez más con el álbum “Versos”, en colaboración con Gloria Trevi, y posteriormente presentó una versión en vivo que reunió algunos de sus mayores éxitos, reafirmando su capacidad de evolución e innovación.
Durante la década de los 90, mantuvo también un romance intermitente con el portorriqueño Ricky Martin, siendo la única mujer que llegó a romperle el corazón, aunque esa relación terminó definitivamente tras múltiples altibajos.
En 2018, el 12 de octubre, lanzó su sencillo “Soy Así”, una balada que invita a quererse y aceptarse tal como uno es, y al año siguiente presentó su sexto álbum en directo, un homenaje a 24 grandes canciones de rock en español, entre las que destacan “Mi Enfermedad” y “Oye Mi Amor”.
En julio de 2020, en plena crisis sanitaria, Alejandra Guzmán presentó el sencillo “Vive y Deja Vivir” en colaboración con Miengo Flow, reafirmando su legado con interpretaciones conmovedoras y letras que desafían las convenciones.
A lo largo de su carrera, Alejandra ha demostrado ser una rebelde del rock, dispuesta a desafiar cualquier obstáculo y a expresar sin reservas lo que siente, dejando una huella imborrable en la música y en el corazón de su público.
Su vida ha sido un viaje lleno de triunfos y tragedias, de amores intensos y momentos de profunda superación, convirtiéndola en una de las figuras más icónicas y auténticas de la cultura latina.
