El día que se DERRUMBÓ la DISCOTECA JET SET en República Dominicana: la tragedia que conmocionó al país entero
Más de 15 personas disfrutaban del espectáculo en la discoteca Jet Set de República Dominicana cuando, en medio del concierto del icónico Rubby Pérez, ocurrió lo impensable.
Era la madrugada del 8 de abril de 2025, y la noche que prometía ser inolvidable terminó transformándose en una de las tragedias más estremecedoras de la historia reciente del país.
Entre luces, humo y aplausos, una lluvia de polvo y escombros presagiaba el desastre que estaba por venir.
Rubby Pérez, el consagrado merenguero de 69 años, estaba en el escenario ofreciendo un show cargado de energía, carisma y pasión.
Con más de cinco décadas de trayectoria, Rubby era considerado uno de los grandes estandartes de la música dominicana.
Días antes, había sido galardonado con el Premio Soberano al Mérito, como si el destino lo hubiera honrado justo antes de su partida.
Esa noche, el artista había logrado agotar entradas, y la discoteca estaba repleta no solo de fanáticos sino también de personalidades del ámbito político, deportivo y artístico que acudieron para disfrutar de una velada que nadie imaginó terminaría en horror.
Los primeros indicios de que algo andaba mal se manifestaron cuando del techo comenzaron a caer pequeñas partículas de polvo.
Algunos asistentes captaron el fenómeno con sus teléfonos móviles, pensando que se trataba de un efecto más del espectáculo.
Pero en cuestión de segundos, la estructura colapsó por completo, sepultando a cientos de personas bajo toneladas de concreto, luces y escombros.
Los gritos de auxilio, la desesperación de los sobrevivientes y la llegada inmediata de los rescatistas marcaron el comienzo de una carrera contrarreloj para salvar vidas.
El panorama era dantesco.
La visibilidad era casi nula debido al polvo y el humo.
Los equipos de emergencia trabajaron sin descanso, mientras los medios de comunicación comenzaban a llegar y los familiares de los asistentes se agolpaban en los alrededores, con fotos en mano y oraciones en los labios.
En medio del caos, se organizaron listas con los nombres de las personas hospitalizadas, pero la lista que crecía con mayor rapidez era la de las víctimas fatales.
Con el correr de las horas, el dolor fue tomando forma concreta: hasta el momento, se confirmaron 280 fallecidos, 189 rescatados con vida y más de 500 heridos.
Entre los fallecidos se encontraban figuras destacadas como el exlanzador de la MLB Octavio Dotel, el beisbolista Tony Enrique Blanco Cabrera, el diseñador de moda neoyorquino Martín Polanco, un capitán del ejército, el presidente del Banco Popular y su esposa, el artista José Bienvenido Ureña y Nelsy Milagros Cruz Martínez, gobernadora de la provincia de Monte Cristi.
Se reveló además que Cruz logró llamar al presidente Luis Abinader para alertarlo de lo que ocurría, en lo que sería su última comunicación antes de perder la vida entre los escombros.
Respecto a Rubby Pérez, durante las primeras horas circularon versiones esperanzadoras que aseguraban que el artista había sido hallado con vida gracias a que había estado cantando para guiar a los rescatistas.
Sin embargo, dicha historia fue desmentida al día siguiente por su representante, quien, conmovido, confirmó que el cuerpo de Rubby había sido hallado sin vida por las autoridades.
Relató además que, fiel a su tradición, el músico había subido al escenario con entusiasmo, saludando a su equipo con una palmada en la espalda y preparado para dar lo mejor de sí.
El gobierno anunció que le rendiría un homenaje en el Teatro Nacional, pero muchas voces críticas pidieron que ese gesto no sirviera para ocultar las verdaderas responsabilidades de lo ocurrido.
La investigación posterior arrojó que en el año 2023, Jet Set había sufrido un fuerte incendio provocado por un rayo que impactó su planta eléctrica.
Aunque las llamas fueron controladas, varios especialistas advirtieron que un evento de esa magnitud podría haber comprometido seriamente la estructura del edificio.
Si bien se suponía que debía haber una revisión exhaustiva antes de permitir nuevas actividades, hoy se sospecha que esa habilitación se realizó de forma negligente o influenciada por intereses privados.
Además, arquitectos independientes analizaron videos de la discoteca y coincidieron en que el lugar carecía del número de columnas necesarias para soportar el peso del equipamiento colgante, como bolas de espejos, luces y altavoces de gran tamaño.
La fiscal Rosalva Ramos declaró que por ahora la prioridad es dar con las personas aún desaparecidas, aunque no descartó responsabilidades legales para los propietarios y para quienes hayan autorizado la reapertura sin los controles pertinentes.
Por su parte, los dueños de Jet Set afirmaron estar colaborando con la justicia.
El presidente Abinader decretó tres días de duelo nacional y el Papa Francisco envió sus condolencias a las familias afectadas.
Mientras los rescatistas continúan removiendo escombros con ayuda de perros entrenados y maquinaria pesada, República Dominicana permanece en estado de shock.
La herida abierta por esta tragedia es profunda y probablemente deje secuelas imborrables tanto físicas como psicológicas en cientos de personas.
Una vez más, la mezcla de desidia institucional, ambición empresarial y falta de controles cobra un precio altísimo, dejando una lección dolorosa para toda una nación.
Los inocentes que fueron a celebrar la música terminaron envueltos en una pesadilla.
Y aunque nada podrá devolverles la vida a las víctimas, el clamor popular exige justicia para que algo así no vuelva a repetirse jamás.