La muerte de la princesa Diana sigue siendo uno de los eventos más impactantes y debatidos de la historia moderna.

A pesar del paso del tiempo, el misterio que rodea su fallecimiento junto a Dodi Al-Fayed continúa generando preguntas.

La tragedia ocurrida el 31 de agosto de 1997 en un túnel de París marcó un punto de inflexión en la percepción pública de la familia real británica y del papel de los medios de comunicación en la vida de las celebridades.

La versión oficial concluyó que el accidente fue resultado de la conducción imprudente de Henry Paul, quien estaba bajo los efectos del alcohol, pero las dudas nunca se disiparon por completo.

Desde el principio, la versión oficial fue cuestionada.

La presencia de los paparazzi, la velocidad del vehículo y la misteriosa aparición de un Fiat Uno blanco en la escena del accidente generaron sospechas.

La persecución de los fotógrafos, que buscaban capturar imágenes exclusivas de la pareja, fue señalada como un factor determinante en el trágico desenlace.

Algunos testigos aseguraron que en lugar de ayudar a los heridos, los fotógrafos se dedicaron a tomar imágenes del momento.

Sin embargo, los paparazzi arrestados fueron posteriormente absueltos de los cargos de homicidio involuntario.

Mohamed Al-Fayed, padre de Dodi, nunca aceptó la versión oficial.

Desde el inicio, aseguró que su hijo y la princesa fueron víctimas de una conspiración meticulosamente planeada por fuerzas poderosas con intereses en mantener la verdad oculta.

A lo largo de los años, presentó diversas pruebas y argumentos que sostenían su teoría.

Uno de sus principales puntos de controversia fue la afirmación de que Henry Paul no estaba realmente ebrio al momento del accidente, sugiriendo que la evidencia forense había sido manipulada para encubrir la verdad.

Uno de los elementos más enigmáticos de la tragedia fue el Fiat Uno blanco que, según testigos, se encontraba en la escena y que nunca fue identificado.

Mohamed Al-Fayed insistió en que este vehículo tuvo un papel clave en el accidente, posiblemente desviando el Mercedes de su trayectoria.

A pesar de múltiples investigaciones, ni el conductor ni el automóvil fueron hallados, dejando abierta la posibilidad de una intervención intencional en los acontecimientos de aquella noche.

Entre las pruebas más impactantes presentadas por Mohamed Al-Fayed se encontraba una carta escrita por la propia princesa Diana en 1995.

En ese documento, Diana expresaba su temor de que su vida estaba en peligro y mencionaba la posibilidad de morir en un accidente automovilístico.

Estas palabras, que parecían premonitorias, fueron tomadas como una advertencia de que la princesa sospechaba de un complot en su contra.

Para Al-Fayed, esta carta representaba una prueba clara de que la muerte de su hijo y de Diana no fue accidental, sino un acto deliberado para silenciarlos.

A lo largo de los años, Mohamed Al-Fayed insistió en que la relación entre Diana y su hijo representaba una amenaza para la familia real británica.

Sostenía que la posibilidad de que Diana se casara con Dodi y tuviera un hijo con él era vista como un riesgo para la monarquía.

En sus últimos años de vida, Al-Fayed hizo una confesión impactante: afirmó que la princesa estaba embarazada en el momento de su muerte y que ella y su hijo planeaban casarse.

Esta revelación generó aún más especulaciones y reavivó el debate sobre las verdaderas circunstancias de su fallecimiento.

Las investigaciones oficiales concluyeron que no había evidencia de que Diana estuviera esperando un hijo.

Los análisis de sangre realizados después de su muerte descartaron la posibilidad de un embarazo.

Sin embargo, la insistencia de Mohamed Al-Fayed en que esta información fue suprimida por fuerzas poderosas mantuvo viva la teoría de la conspiración.

La idea de que la familia real británica y el establishment británico orquestaron el accidente con el propósito de evitar un matrimonio entre Diana y Dodi siguió siendo una de las principales tesis defendidas por Al-Fayed hasta su muerte.

A pesar de los esfuerzos de Mohamed Al-Fayed por mantener el caso en la esfera pública, las conclusiones oficiales nunca cambiaron.

Las autoridades británicas y francesas mantuvieron su postura de que el accidente fue causado por la combinación de la velocidad excesiva y la intoxicación del conductor.

Sin embargo, las preguntas persistieron.

La presencia del Fiat Uno, la posibilidad de una manipulación en la investigación y la carta de Diana continuaron alimentando la teoría de que su muerte no fue un simple accidente.

Mohamed Al-Fayed falleció el 2 de febrero de 2023 a los 94 años.

Hasta el final de su vida, nunca dejó de buscar justicia para su hijo y para la princesa Diana.

Su incansable lucha por la verdad convirtió su historia en un símbolo de resistencia ante el poder.

Aunque su versión de los hechos fue desacreditada por las investigaciones oficiales, sus declaraciones dejaron una huella imborrable en la historia de la princesa Diana y en la percepción de los acontecimientos que rodearon su trágico fallecimiento.

El legado de Diana y Dodi sigue vivo en la memoria colectiva.

Para muchos, su historia es una muestra de las complejas dinámicas del poder, la fama y la influencia.

La confesión de Mohamed Al-Fayed, aunque recibida con escepticismo por algunos, sirvió como recordatorio de que hay preguntas que siguen sin respuesta.

Su determinación por desafiar la narrativa oficial mantuvo viva la especulación en torno a una de las tragedias más impactantes del siglo XX.