Don Francisco ya Tiene Más de 80 Años y su Vida es Triste
Don Francisco, el icónico presentador chileno que durante más de cinco décadas fue el rostro de “Sábado Gigante”, ya supera los 80 años y vive una etapa muy distinta a la que acostumbraba cuando estaba bajo los reflectores.
A sus 83 años, Mario Kreutzberger —su verdadero nombre— ha comenzado a abrir su corazón sobre los desafíos emocionales y personales que ha enfrentado en esta etapa de su vida, marcada por la introspección, la distancia del mundo del espectáculo y, en muchas ocasiones, la tristeza.
Durante años, fue sinónimo de alegría, dinamismo y cercanía con el público.
Cada sábado, millones de familias sintonizaban su programa para verlo animar concursos, entrevistar a celebridades y brindar esperanza con su Teletón.
Sin embargo, tras su retiro de la televisión en 2015, Don Francisco se enfrentó a una nueva realidad, mucho más silenciosa y, según él mismo ha reconocido, profundamente solitaria.
En entrevistas recientes, ha confesado que el retiro no fue fácil.
Pasar de una vida activa, llena de compromisos, giras y cámaras, a un día a día sin agenda ni escenario, fue un golpe emocional que no esperaba.
Ha dicho que, aunque su cuerpo agradece el descanso, su mente sigue anhelando la energía del estudio, el calor del público y la emoción de lo impredecible.
Además, ha tenido que lidiar con la partida de amigos cercanos y figuras con las que compartió momentos inolvidables.
Estas pérdidas le han hecho reflexionar aún más sobre la fragilidad del tiempo y lo efímero de la fama.
También ha mencionado que, pese al amor incondicional de su familia, hay momentos en los que se siente apartado, como si el mundo que alguna vez lo aclamó ya lo hubiera dejado atrás.
Aunque sigue participando en actividades sociales y eventos relacionados con la Teletón, su presencia ya no es tan constante como antes, y eso ha sido difícil para alguien que dedicó su vida entera a estar cerca del público.
En sus propias palabras, “el éxito fue hermoso, pero lo que viene después no siempre es fácil de aceptar”.
Con una mezcla de nostalgia y sinceridad, Don Francisco comparte ahora una mirada más humana sobre el envejecimiento, la soledad y el silencio que llega cuando los aplausos se apagan.
No obstante, también muestra una actitud reflexiva, agradecida por lo vivido y con el deseo de seguir aportando desde otro lugar.
Sabe que dejó una huella imborrable en millones de personas, y aunque ya no esté frente a las cámaras, su legado continúa vivo en la historia de la televisión hispana.
Su historia es un recordatorio de que incluso los más grandes también son vulnerables, y que detrás del personaje hay un ser humano enfrentando el paso del tiempo con honestidad y coraje.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
..